Sociedad

Carta Abierta al Presidente de la República Javier Milei

A un vil se le conoce en que abusa de los débiles. Los débiles deben ser como los locos para los griegos: sagrados” (José Martí-Libertador de Cuba”
La prudencia se convierte en cobardía cuando calla ante un hecho injusto. Hasta la sanción de la ley que dictó el Congreso sobre discapacidad de las personas he mantenido un prudente silencio confiando en la responsabilidad de los representantes del pueblo. Pero ante el propósito del presidente de la república de no cumplirla a toda costa y judicializar , entre otras medidas, lo que ha votado el Parlamento, dice mi conciencia que como ciudadano debo decir mi palabra y como abuelo de nieto que sufre discapacidad mi airada protesta.
No sé si estas palabras llegarán a oídos del presidente de la república, aturdidos por el bullicio de los aduladores y de las redes sociales, manipuladas por ese coro de grillos que destilan odios y agravios a todo disidente que piense distinto al gobierno, escudados en la cobardía del anonimato o de un seudónimo.
No se siente completo el ánimo sin algo que respetar y venerar, como el hombre honrado debe hacerlo con los más débiles. Tienen las gentes humildes sacrificios heroicos, a las veces más alto que por circunstancias del azar logran premios y renombre, como usted señor presidente. Nada es tan repulsivo como un hombre con poder que se repliega en su egocentrismo y descuida los dolores de los demás. El más alto magistrado de la república debiera saber que la humanidad no se redime sino por determinada continuidad de sufrimientos, y cuando alguno la esquiva, es preciso que algunos la acumulen para que así se salven otros.
Hay que ser fuertes con los fuertes y no fuertes con los débiles, señor presidente. Usted ha agraviado a un niño que padece autismo, por pensar distinto. Agraviar a un niño es agraviar a la humanidad. Él, el niño, cualquier niño sometido a cualquier dolor, halla su minuto de felicidad cuando se lo respeta. Más aún aquellos niños que padecen hambre, el abandono, los malos tratos, los malos ejemplos, la desnudez, la orfandad, las enfermedades, la miseria, en fín , padecimientos que no son bastantes poderosos para arrancar al niño de su beatitud y su pureza .Ningún dolor, ni físico ni moral, arranca al niño el gesto de renunciación de tener un poco de felicidad. Al escribir estas lineas escuché a uno de sus voceros en la sombra como se burlaban de un senador de la nación por tener una hija discapacitada ¡ cobardes, timoratos, caducos, tenebrosos!
Deje de gritarnos señor Presidente como un capataz. Usted está en el sitial de una cátedra, el pueblo argentino es una gran familia, no una tribuna de barrabravas. Es culpable aquel, que ofende la sagrada persona del adversario, en nombre de la libertad.
No quiero pensar si es verdad la grave sospecha que recae sobre el manejo fraudulento de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), de ser cierto eso no sería un delito, es peor, sería un crimen.
Y es condenable también el proceder de algunos políticos que han otorgado pensiones a personas que no son discapacitados, porque inferiorizan al ciudadano y agravian al desvalido.
La firmeza de mis palabras no está exenta del respeto a la investidura presidencial. He aprendido a lo largo de mi larga vida que no debe temer al gobernante quien le señala la manera de corregir sus errores. Los pueblos deben tener una picota para quien los azuza a odios inútiles; y otra para quien no les dice la verdad a tiempo.
Finalizo esta breve carta pública con una coincidencia entre usted, señor Presidente, y quien la escribe: la admiración por Juan Bautista Alberdi; éste decía en sus famosas Cartas Quillotanas: ” La vergüenza de los que delinquen contra las instituciones de la república no consiste en ir a la cárcel, sino en merecerla”

SITUACION NACIONAL CARTA AL PRESIDENTE DISCAPACIDAD

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