El próximo sábado 3 de septiembre, a partir de las 22 en Mama Killa Casa Cultural, la cita es con la celebración del presente, pero también y fundamentalmente, la cita es con la celebración de lo que está por venir, del futuro que llegó hace rato, pero que se prolonga hacia un horizonte en el que la música es el punto de partida y, al mismo tiempo, el punto de encuentro en lo constante de un tiempo que depara nuevos territorios por explorar.
La aparición de Ecuánime, de la que ya se cumple un año, trajo frescura a la escena musical riojana, entre la sorpresa y la admiración por una conformación basada en la brevedad de las edades de sus integrantes, pero también en la grandeza de una búsqueda que no sabe de limitaciones a la hora de desandar la pasión que supone montarse en un proyecto colectivo que florece cada día con las mismas ganas, con el mismo ímpetu y con un compromiso que hasta puede ser considerado como inédito para estos tiempos caóticos, desordenados, en los que la mirada que juzga, muchas veces, se posiciona sobre la adolescencia, para asestar allí los golpes de todas las problemáticas, carencias y frustraciones de una sociedad que camina a tientas, sin ideas claras y con dudas existenciales en igualdad de proporciones.
Ecuánime, la banda integrada por Benja Navarro, Lucca Gianello, Manu Navarro, Enzo Viano, Sofi Valero, Yomara Moreno y Tomi Arabel transita su primer año de vida, pero en ese camino reciente parece haber atravesado toda una vida en la que los instrumentos musicales se vuelven el fundamento constante y la herramienta que les permite dar espacio a una propuesta que no solo rescata al rock nacional a partir de sus referentes más esenciales, sino que también canaliza los intereses artísticos de cada uno ellos, en una fusión que se convierte también en un viaje hacia el interior, para derivar luego en sus propias composiciones. Se sabe, en este punto, de dónde vienen, pero resulta prácticamente imposible trazar en el GPS de sus potencialidades individuales y grupales, el sendero hacia el dónde van.
Voces que se conjugan, que se congregan y que se afianzan con cada nueva presentación, desde aquella primera vez cargada de nervios y expectativas (también en Mama Killa) hasta este hoy que los muestra consolidados en esa determinación de hacer de la convivencia plena una manera de oponer a lo cotidiano la fuerza de las melodías de los corazones jóvenes, esos que laten al ritmo de la pasión y de los sueños que se construyen en la práctica, en lo concreto, en el hacer más allá de las particulares circunstancias para comenzar a dejar, de esa manera, un legado del que ya aprendimos (y aplaudimos) de memoria su nombre: Ecuánime.
O la cita con la celebración de lo que está por venir. Del futuro que llegó hace rato, pero que se prolonga hacia un horizonte en el que la música es el punto de partida y sigue siendo, al mismo tiempo, el punto de encuentro.
ECUÁNIME / INTEGRANTES
BENJA NAVARRO: 13 años / Baterista / Colegio 1.
LUCCA GIANELLO: 16 años / Bajista / Colegio 1
MANU NAVARRO: 16 años / Guitarra y voz / Colegio 1
ENZO VIANO: 17 años / Guitarra / Colegio 1
SOFI VALERO: 17 años / Vocalista / Escuela Gabriela Mistral
YOMARA MORENO: 14 años / Saxo y voz / Escuela San Martín
TOMI ARABEL: 15 años / Piano / Escuela San Francisco
Celebración de lo que está por venir
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