Así lo confirmó el subjefe de la fuerza, comisario René Molina, al destacar la importancia de este operativo para combatir la comercialización de partes robadas.

“El operativo no es nuevo, pero lo hemos reforzado. Buscamos garantizar que la actividad de reparación sea lícita y no sirva de canal para ubicar motocicletas sustraídas o sus autopartes”, explicó Molina, refiriéndose a los procedimientos que lleva adelante el Departamento de Sustracción Automotores, dependiente de la Dirección General de Investigaciones.
Durante los controles, los oficiales verifican la existencia de un registro detallado de los vehículos ingresados a los talleres, la documentación que acredite la titularidad y la coincidencia de los datos con los rodados presentes. “El dueño del taller debe tener anotado cuántas motos ingresaron, con qué características y la documentación de cada una. Si hay más motos de las registradas, aunque no sean robadas, ya es una infracción”, advirtió el comisario.

La autoridad policial remarcó que estas acciones no sólo se limitan a la Capital, sino que se extienden al interior de la provincia. “Cualquier comisaría tiene la facultad de realizar estos controles, y los jefes regionales ya fueron instruidos al respecto”, afirmó.
Consultado sobre los criterios de legalidad en el ingreso a domicilios, Molina aclaró que se respeta estrictamente el Código Procesal Penal, y que todo procedimiento está sujeto a órdenes judiciales salvo casos excepcionales.

Además de los talleres, los operativos de seguridad abarcan controles vehiculares, alcoholemias, inspecciones nocturnas y monitoreo en rutas, con apoyo de cámaras lectoras de patentes. “Queremos sostener el prestigio de ser una de las provincias más seguras del país”, enfatizó Molina.
Finalmente, hizo un llamado a los propietarios de motocicletas y a los mecánicos a actuar con responsabilidad. “Aceptar o vender una pieza de origen dudoso puede derivar en problemas legales. Todos debemos colaborar para prevenir el delito”.