La licenciada Analía Tello, directora del Servicio Penitenciario Provincial, explicó que el sistema consiste en un dispositivo colocado en el tobillo —técnicamente llamado unidad de monitoreo domiciliario— que funciona a través de sensores y conectividad ja. «Ante cualquier movimiento fuera del rango permitido, el sistema emite una alerta inmediata», aseguró.
Misma tecnología, distinto nombre
En La Rioja, las tobilleras electrónicas se aplican a casos judiciales de personas condenadas por abuso sexual, adultos mayores y personas con problemas de
salud. Si bien los casos son provinciales y no de alto perl político, el sistema de vigilancia es idéntico al que se utilizará en el domicilio de Cristina Kirchner
en la Ciudad de Buenos Aires.
“Tenemos nueve dispositivos funcionando en la provincia. Las condiciones deben ser técnicas: conectividad, energía eléctrica, instalación del teléfono fijo. Si esas condiciones no están dadas, el sistema no se puede aplicar, aunque lo ordene la Justicia”, explicó Tello.
Doble monitoreo: provincia y Nación
El sistema cuenta con doble control, tanto por parte del Servicio Penitenciario local como de la empresa nacional prestataria del servicio, Sureli, con sede en Buenos Aires. “Funciona como una especie de reloj digital que emite señales constantes. Si se corta la energía eléctrica, el monitoreo nacional sigue activo.
Cualquier manipulación, corte o falla genera una alarma”, detalló la funcionaria. También se establece un rango geográfico predefinido, conocido como “rango”, que delimita los movimientos permitidos. Si el beneficiario lo traspasa, se activa un protocolo que incluye llamadas al domicilio y, de no responder, el envío de una comisión al lugar.
Aplicación en el caso Kirchner
La expresidenta Cristina Kirchner comenzó a cumplir prisión domiciliaria en su residencia de Recoleta, tras el fallo de la Corte Suprema que dejó firme su condena. Por su edad (tiene 72 años), accedió al beneficio previsto en la legislación argentina.
“Si bien es un caso de alta exposición pública, el sistema es el mismo que usamos para cualquier persona con prisión domiciliaria. La diferencia está en el contexto político y mediático, no en la tecnología ni en el control”, apuntó Tello.
“Lo importante es dejar de lado prejuicios. Hay muchas críticas al monitoreo electrónico porque se desconoce cómo funciona. Es un sistema que cumple con
los protocolos y permite garantizar derechos sin debilitar el control judicial”, expresó la directora del Servicio Penitenciario.
Con información de Radio La Red
En La Rioja 9 personas están con tobillera electrónica y son condenados por abuso sexual
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