De hecho, en el 2011 NUEVA RIOJA contó la anécdota de esta familia. Ahora, ya en territorio continental, Mónica contó en parte todo lo que vivió de esta experiencia, “que fue linda”.
“Yo trabajaba, como la encargada del sistema de educación a distancia, para que los chicos puedan terminar la secundaria. Eran 7 u 8 chicos de edades grandes. Fue una experiencia única. Estábamos en medio de la nada. Esas primeras imágenes, de no ver árboles, no ver casas, nada, eso es lo que primero te impacta”, aseveró esta mujer, que contó cómo fue primero amoldarse a eso y luego disfrutar de la vida y todo lo que se puede hacer.
La experiencia de una mujer en la Base Esperanza
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