1591 Cultura + Espectáculos

El rescate de Nerio Tello: memoria, cine y literatura desde La Rioja

Mencionar a Nerio Tello equivale a ingresar en un universo de múltiples dimensiones en el que, sin la necesidad de un derrotero preestablecido, se mueve con precisión arquitectónica, construyendo paso tras paso un legado que se expande como los brazos de un árbol, hacia un cielo posible, tangible entre palabras e imágenes que ya lo perduran y que lo seguirán perdurando a partir de ese hacer creativo incansable que, por otra parte, se fundamenta en una inagotable capacidad de abrirse camino al andar. Huella tras huella, Tello va dejando esa marca indeleble que lleva su nombre, su apellido, pero también la profundidad incuestionable de una raíz que lo envuelve en la riojanidad heredada de sus primeros años de vida, cuando absorbió del aire de la pequeña Ulapes la génesis de su originalidad, los apuntes de un manuscrito que, desde las brasas de una memoria inquieta, van cobrando en lo constante el calor abrazador del fuego de lo propio.
Dimensiones Nerio Tello. Espacios personales, particulares, inherentes en los que habita con la naturalidad de un originario al que cada uno de sus múltiples universos le pertenecen, pero que lejos de apoltronarse en lo conocido e identificable (las famosas zonas de confort), continúa explorando en un más allá en el que su visión amplificadora le calza a la perfección. Un traje a la medida de su indagación constante, que lo llevó a recorrer (y seguir recorriendo) los senderos del periodismo, de la escritura, de la dramaturgia, del guion y, ahora también, de la dirección, pariendo una obra de estreno reciente y trayectoria inimaginable, con punto de partida en suelo riojano, pero con claro destino de universalidad.
“El rescate”, cortometraje basado en un cuento homónimo del reconocido escritor Daniel Moyano, es la primera experiencia de Tello como director, pero bajo ningún punto de vista se puede circunscribir a ese única definición para un hecho que se torna cultural y que, al mismo tiempo, tiende puentes de diálogo con cada una de sus dimensiones previas. La escritura, esencialmente, con sus más de 40 libros editados, pero también su aproximación siempre vital con la dramaturgia, la actuación, las piezas teatrales, los guiones para televisión y cine. Todo ello conforma un ideario que hoy se traduce en un proyecto que reunió a un equipo técnico y artístico de diversas provincias argentinas, incluyendo La Rioja, Mendoza, Córdoba y Buenos Aires, y contó con el apoyo de la Film Commission de la Dirección de Cine del Ministerio de Turismo y Culturas y del Municipio del Departamento General San Martín, pero que también viene a dar cuenta, junto con la reedición de “Brasas de Ulapes”, ahora renombrado “Ulapes, si escuchas esa voz”, de su íntima y estrecha relación con su más profunda raíz riojana.
“Estas historias no son verdaderas. O sí. Tienen la verdad de lo que se construye con la palabra. Casas descascaradas y caballos indómitos. Una tropilla parda de niños; vientos desterrados. Todo me remonta a cosas que pasaron, que escuché, que imaginé. Viví en Ulapes hasta los seis, casi siete años. Sesenta años después me vino una imagen, y ya no pude detenerme”, cuenta Nerio Tello a modo de introducción para “Ulapes, si escuchas esa voz” (Lampalagua Ediciones, 2025).

Es en este punto precisamente que el hombre, en todas sus dimensiones, comienza a dar pistas y señales de todo lo que tiene guardado, atesorado en un imaginario en el que las “sensaciones de una vida” que le vuelven en forma de relato, se entremezclan, inevitablemente, con su rol de director del cortometraje “El rescate”, filmado íntegramente en Ulapes y estrenado el pasado 7 de julio en Espacio 73, donde Tello reunió además a quienes lo acompañaron en esta aventura fílmica. “De eso se trata, de raspar la tierra que esconde una piedra tallada”, insiste y se afirma. “Un día, hace pocos años, estaba en el patio del Club. Solo. Era una mañana fresca. Un viento suave de la sierra me rozó la cara y me volví a ver allí, correteando, escapando a la siesta para ir al estanque. Me llegaba un perfume muy leve, poleo supongo. Dónde estoy, me pregunté. Quién soy. Cuándo me fui. Por qué volví”.
Las respuestas para esas preguntas, muy probablemente, aún no existan. Son preguntas a las que Tello va lanzando al viento para que, entre todos, podamos -aunque más no sea en el tiempo de la lectura- llegar a habitar todas y cada una de esas dimensiones en las que él habita. Y en el mientras tanto, nos va dando señales, pistas de todo lo que tiene guardado, atesorado en su imaginario.
“Creo que sí, porque ahí me sentía como en mi casa; era natural, era el paisaje”, asegura Nerio Tello cuando desde 1591 Cultura+Espectáculos se le pregunta por la relación que pudiera existir entre el lugar elegido para filmar “El rescate” y esas historias que construye con la palabra en “Ulapes, si escuchas esa voz”. “Para mí la historia es una historia que puede suceder perfectamente en Ulapes. Todo para mí era muy acogedor, muy contenedor, estar ahí, en el pueblo. Es como un espacio propio, digamos, a pesar de que no vivo ahí hace un montón de años, pero lo sentía como un espacio propio, era local digamos, y me sentí muy cómodo en ese aspecto, muy abrigado, muy contenido por el paisaje, por el pueblo”. Es precisamente desde esa visión arraigada a su existencia que el escritor, dramaturgo, guionista y director de cine reafirma no sólo el compromiso con su tierra natal y con la preservación de la memoria literaria de La Rioja, sino que también comparte con este medio su experiencia sobre la adaptación cinematográfica de la obra de Moyano, los desafíos de filmar en estas tierras y la importancia de narrar vivencias que reflejen la identidad y lo cotidiano de su comunidad, frente a un hecho incontrastable como el estreno de “El rescate”.
DE AQUELLOS PRIMEROS PASOS -RECUERDO QUE NOS ENCONTRAMOS Y ESTABAS CON UNA CARPETITA CON EL PROYECTO- A ESTE PUNTO FINAL, EN EL QUE NACE EL CORTOMETRAJE, ¿CÓMO FUE ESE PROCESO Y CÓMO TE SENTÍS CON EL PRODUCTO FINAL EN RELACIÓN A AQUELLA PRIMERA IDEA?
Para mí fue todo un proceso muy natural, nunca me generó tensiones, nunca pensé que no lo iba a hacer. Le di para adelante, tenía gente que me apoyaba, por lo menos anímicamente, incluso algunos hasta me dieron unos mangos en Buenos Aires. O sea, veía gente más entusiasmada alrededor mío que yo mismo (risas). Entonces es ahí cuando uno se siente obligado; la voz del otro te obliga y te dice: ‘Bueno, hagamos esto’. Entonces, te sentís cada vez más obligado en ese sentido, pero yo lo viví como un proceso muy natural. Acá (en La Rioja) me dijeron ‘hablá con el ministro (de Turismo y Culturas Gustavo Luna)’ y todo fantástico. Cuando volví a Buenos Aires dije: ‘Bueno, ya está, todo armado, ahora voy a buscar la gente’. Me pasa que en todo producto, sobre todo en un producto fílmico, pero también en literatura, uno tiene como una idea de cómo quiere resolver eso visualmente, plásticamente, pero yo tenía mucha confianza en el paisaje, en la casa, había estado en la casa, entonces de acá me fui a Ulapes a hacer lo que se llama el ‘scouting’, sacamos fotos, tomé medidas, dije acá va a ser tal escena, acá va a ser tal otra...
ENTONCES YA TENÍAS TODO EN MENTE, PRÁCTICAMENTE DESDE EL PRINCIPIO MISMO...
Sí, digamos que sí, pero luego hubo que acomodarlo porque depende de las horas del día, de la luz, hay un montón de temas técnicos que además a mí me superaban en algún punto. No obstante, creo que me manejé con mucha plasticidad en el sentido de aceptar la opinión de los otros, en el consultar. Hay cosas que yo no sé, que no sabía en ese momento; ahora sé un poco más. Yo no estudié cine, hice talleres de guion, tengo experiencia en actuación, en teatro, pero esto es otra cosa.
PERO TU RELACIÓN CON EL CINE ES MUY CERCANA...
Siempre vi mucho cine y me gusta mucho analizar el cine cuando lo veo. Es más, veo películas a veces dos o tres veces. Me gusta, ahora que uno tiene la posibilidad con el streaming, detener una escena y volverla a ver, analizarla. Además tomo ejemplos de cualquier película, de cualquier temática. Hay una escena en la película que tomé la idea estética de una de las películas de la saga de Jason Bourne. Otra escena, la de la actriz en la cama, quieta, la tomé de una película de Naomi Watts, que a ella también se le mueren los hijos, una película de acción, en medio de la montaña, ella muy sola y en un momento se sienta en el borde de la cama, y la cámara la toma así; está por hacer algo y se detiene ahí, con el pensamiento. ‘A esta escena la quiero así’, dije, pero después la cama me dio diferente, no se podía poner la cámara donde yo quería que se pusiera, la cama tenía una ubicación distinta, la habitación tenía una ubicación distinta, entonces uno se acomoda a esas cosas. Si uno fuera una gran producción, hace lo que quiere; acá tenés que acomodarte a lo que hay. Todas esas cosas se fueron acomodando, gracias a que la gente tenía muy buena voluntad y por otro lado yo sugería las cosas, las ponía en común. Solo en dos o tres momentos me puse firme y dije: ‘no, esto lo quiero así’. Cuando empecé a ver las primeras imágenes, dije: ‘Ah, esto está bueno, esto es lo que quería’; había muchas más cosas para hacer y muchas más cosas para mostrar, pero se trataba de un corto y, por otro lado, hay muchos problemas técnicos que tienen que ver con el tiempo de producción.
ES DECIR QUE APARTE DE LO QUE TENÉS EN MENTE, TENÉS QUE TENER UNA ENORME CAPACIDAD PARA PODER ADAPTARTE A DIFERENTES SITUACIONES...
Claro, es muy difícil, pero al mismo tiempo es apasionante hacerlo.
HABLANDO YA ESPECÍFICAMENTE DE LO QUE TIENE QUE VER CON EL GUION, EL HECHO DE TOMAR A DANIEL MOYANO, ¿TE GENERÓ ALGÚN DESAFÍO EN PARTICULAR?
No sé si es por inconsciencia o qué, pero no me generó nada en particular. A mí me gusta la historia, hice una adaptación y me gustó la adaptación, incluso se la mandé a Ricardo Moyano (hijo de Daniel Moyano) para que la leyera, a ver si había alguna objeción, ya que hay una interpretación libre en muchas cosas. Además, hay resoluciones prácticas que por ahí tergiversan un poco la historia, pero no hacen a la esencia. Hubo un par de personas que me señalaron que no estaba resaltado el tema del agua, pero la verdad es que el agua se menciona tres veces en un corto de 20 minutos, y para mí eso ya es mucho. Por otro lado, el conflicto no es el agua. El agua es un disparador, pero el conflicto es la relación entre ella y ese chico, por qué se da eso, el rescate; ese es el conflicto, no el agua. Además, yo no quería hacer una película panfletaria, política o de denuncia.
LA ELECCIÓN DE LOS ACTORES... ¿CÓMO TRABAJASTE CON ESO? ¿SIEMPRE TUVISTE EN MENTE QUE TENÍAN QUE SER ACTORES RIOJANOS?
Sí, tenían que ser actores de La Rioja y a eso lo tenía claro por dos razones: primero porque la historia es de acá y por otro lado es muy difícil imitar las voces, las tonadas. Eso es algo muy fuerte, sobre todo para el local; en cualquier otra provincia pasa, pero acá es un tema. Por otro lado, la había visto en teatro a Paulina (Carreño) y me había gustado mucho su imagen. Dije: ‘esa es la mujer que quiero para el cortometraje’. En el cuento, esa mujer no tiene nombre, aparece mencionada como ‘la vieja’, pero a mí me parecía que no era una vieja, me parecía que era una mujer joven. Además, si tenía un chico de 20 años, muy vieja no podía ser. Y además, adjudico la pelea que desencadena todo a una cuestión propia de la pasión juvenil; si hubieran sido más grandes, quizás no hubieran llegado a eso, pero son dos pibes y están defendiendo cuestiones familiares. Quería ese perfil de personaje donde la mujer fuera una mujer entristecida por la situación, pero no pasiva. Una mujer empoderada; quería sacarla del prejuicio que hay acerca de la función de la mujer, sobre todo en el campo. Además, está también el tema del acoso que aparece de alguna manera con la figura del policía (interpretado por el propio Nerio Tello), y tenía que ser una mujer atractiva. Y además están los hechos arquetípicos: el hombre grande, la mujer deseada y el joven. Este es un triángulo histórico en la cultura, en la literatura, en todo; está el tema edípico, el tema de Abel y Caín. El tema del cuchillo, que también es un tema arquetípico, simbólico. Yo no sé si todas estas cosas las pensaba Daniel (Moyano), pero más allá de que haya pensado o no, Moyano sabía captar cuál era la esencia de las historias, sobre todo las historias populares, en las que se debaten esas cosas. Por lo que viví en Ulapes, la violencia en las zonas rurales es más extrema, la vida es más extrema, la violencia es más violenta y quizás el amor también lo sea. Hay menos sutileza o menos corrección política. Eso pasa mucho en el campo y a veces hasta se justificaba; es una cultura más extrema en esos aspectos, todo es más llevado a los límites.

LA FUERZA DEL PAISAJE
En su dialogo con 1591 Cultura+Espectáculos Nerio Tello profundiza en la relación entre el paisaje de Ulapes (con presencia fundacional en su más reciente publicación) y la realización de “El rescate”. Aunque la historia no estaba pensada para un lugar específico, el director explica por qué eligió filmar en su pueblo natal y cómo ese entorno marcó la atmósfera del cortometraje. Tello también comparte recuerdos personales de su infancia que se colaron en las escenas y reflexiona sobre el sentido de pertenencia y el respeto hacia su comunidad, evitando imponer una mirada externa y buscando, en cambio, aportar desde su propia experiencia y arte.
AL PRINCIPIO HACÍAS REFERENCIA AL TEMA DEL PAISAJE, ¿SIEMPRE ESTUVO EN TU MENTE ULAPES PARA FILMAR “EL RESCATE”? ¿TIENE QUE VER ESO CON TU PERTENENCIA A ESE LUGAR?
Eso es relativo, en realidad. En primer lugar la historia no estaba ambientada en ningún lugar en particular. Lo que necesitaba es que hubiera una sierra, porque uno de los protagonistas del cuento se escapa a la sierra. Después, necesitaba canales de agua y eso no había, pero eso se puede hacer, como lo hice. No obstante, la historia no está ambientada en los Llanos particularmente; está ambientada en algún lugar que puede ser en los Llanos, pero con cultivos. Cerca de Ulapes hay algunas poblaciones que tienen cultivos. Necesitaba además el paisaje del monte que me encanta. No quería un rancho, porque no quería entrar en esa cosa prejuiciosa y costumbrista del interior, donde la gente vive en un rancho, no tiene gas, no tiene agua. En esta casa que elegí había todo. La locación era una casa en el medio del campo y con las sierras al fondo. Lo que quería era una casa más cerca de los cerros, pero no había. Siempre, cuando tomamos la casa, la perspectiva tenía que ser el fondo, tenían que ser los cerros. Por otro lado, en Ulapes tengo más facilidades que en otros lugares de la provincia porque conozco a la gente; ahí podía resolver muchas cosas que en otros lugares no sabía si iba a poder resolver, así que fue una cuestión más bien práctica. Es lo que conozco, el paisaje me tira, el cerro y la casa eran ideales.
SIN EMBARGO, ESTO SE MEZCLA UN POCO CON EL LIBRO QUE ACABÁS DE REEDITAR (ULAPES, SI ESCUCHAS UNA VOZ), ESTO DE QUE SEA ULAPES, QUE TE TIRE EL PAISAJE, ¿QUÉ SENTISTE POR EL HECHO DE HABER ESTADO ALLÍ FILMANDO? ¿TIENE ALGÚN PLUS? ¿TE MOVILIZA DE ALGUNA MANERA?
Creo que sí, porque ahí me sentía como en mi casa; era natural, era el paisaje, y para mí la historia es una historia que puede suceder perfectamente en Ulapes. Todo para mí era muy muy acogedor, muy contenedor, estar ahí en el pueblo. Era como un espacio propio, digamos, a pesar de que no vivo ahí hace un montón de años, pero lo sentía como un espacio propio, era local digamos, me sentí muy cómodo en ese aspecto, muy abrigado, muy contenido por el paisaje, por el pueblo, la gente pasaba a saludarte, pasaba la policía, pasó el intendente; era eso, el sentirse local.
MIENTRAS DESARROLLABAS ESTA HISTORIA, ¿ENTRABAN OTRAS HISTORIAS? ¿ENTRABA TU HISTORIA EN ULAPES, TU INFANCIA?
La escena en que la actriz le da de comer a las gallinas es una escena de mi madre dándole de comer a las gallinas. Necesitaba tener a las gallinas ahí, era parte de la escena, del sonido, junto con las vacas, los perros. Cuando la actriz camina por esa acequia seca... eran cosas que nosotros hacíamos de chicos para ir de una casa a la otra, atravesar el campo esquivando el monte. Cualquier cosa que hacías ya era campo. Eso de ir entre los yuyales, apartando... quedaron escenas que yo las tengo de mi infancia, que salíamos mucho, nos clavábamos espinas, andábamos con alpargatas...
¿SENTÍS QUE TENÉS ALGUNA DEUDA EMOCIONAL CON ULAPES? ¿ALGUNA NECESIDAD EN PARTICULAR DE DEVOLVER ALGO DE AQUELLA PRIMERA INFANCIA? ¿DECIR QUE SOS PARTE DE ESO TAMBIÉN?
No, no lo siento como deuda, pero siempre tengo la necesidad de dar una mano en algo, si pudiera. Lo he visto en otras personas y no quisiera transformarme en eso que pasa cuando uno va de afuera y quiere organizarle la vida a los demás. A los tipos de ciudad que van a un lugar chico se les ocurren un montón de ideas, pero siento que eso es molesto para la gente del lugar. Lo que siento a veces es que a mí me gustaría dar siempre una mano en algo, y como lo mío es esto, trato de hacerlo desde este lugar.

SUEÑOS, APRENDIZAJES, IMPULSOS
Con esa visión amplia que lo caracteriza, Nerio Tello reflexiona sobre el impacto de “El rescate”, no solo en su trayectoria, sino también en la escena cultural de La Rioja. Desde la realización independiente y con recursos propios, hasta la responsabilidad que siente por seguir promoviendo el legado de Daniel Moyano y la cultura local, no deja de revelar su pasión por el teatro y la escritura, así como su visión sobre la narrativa audiovisual como un medio potente para contar historias. Además, comparte cómo la experiencia de filmar en su tierra y trasladar la obra de Moyano a un contexto actual abre nuevas perspectivas para su trabajo artístico.
¿QUÉ PUERTAS SENTIS QUE SE ABREN, DESDE LO PERSONAL, CON ESTA MOVIDA QUE GENERASTE Y QUE ES MUY GRANDE PARA LA RIOJA?
Para mí el proyecto de ‘El rescate’ era filmar y lo filmé. Está hecho. Por otro lado, soy una persona que no tiene sueños a largo alcance; se me ocurre una cosa y la hago. Ahora, por ejemplo, tengo dos o tres novelas en marcha, pero estoy más entusiasmado con el tema del teatro, así que tengo varias obras que estoy promocionando; este año voy a tener tres obras en cartel, lo que para mí es una gran cosa. Pero volviendo a la pregunta, puedo decir que el estreno de ‘El rescate’ generó muchísimas expectativas y muchísimas reacciones muy lindas, muy positivas. Y resulta que ahora empiezo a sentirme con cierta obligación. Tanto en La Rioja el ministro (Gustavo) Luna como el intendente de Ulapes me insistieron en que hay que seguir haciendo cosas. Lo que quiero ahora es llevar la película a algunos lugares del interior para hablar también de (Daniel) Moyano, incentivar un poco la lectura de sus libros, porque se habla mucho de él, pero no sé si se lo lee tanto. Mi idea es ir al interior de La Rioja y generar un hecho cultural.
¿SOS CONSCIENTE, DE ALGUNA FORMA, QUE GENERASTE ESTA CUESTIÓN DE QUE LAS COSAS SE PUEDEN HACER, MÁS ALLÁ DE LOS RECURSOS?
Supongo que debe haber mucha gente que acá quiere hacer películas y nunca las hace, porque no se puede o porque están esperando el apoyo de afuera. Yo conté el mango sobre mango, soy un jubilado con la mínima. En la época de la pandemia, que no salía a ningún lado, que comía en mi casa, no gastaba nada y tuve mucho laburo, así que fui juntando la plata y llegó un momento en que dije: ‘Bueno, acá tengo esta guita, la puedo gastar, ¿Y en qué la voy a gastar?’ Para comprar un auto no me alcanzaba, para una casa menos, pero para una película chica sí. No voy a depender de que me den o no me den. Después, bueno, me dieron y eso me ayudó mucho. Ahora veo que se ha generado un gran ‘run run’ alrededor de esto. Tengo en ese sentido una actitud muy positiva, y además soy una persona agradecida a la vida y a las cosas que consigo.
¿QUÉ TENÉS PENDIENTE?
No sé, después de esta experiencia, por ahí hay que aprovechar el envión y proponer otra cosa. Me gustaría proponer algo, quizá siguiendo la línea de (Daniel) Moyano, pero que esté más integrada la gente de acá, trabajar con un guionista de acá, por ejemplo. Creo en las distintas miradas y en este primer guion no tuve muchas interconsultas. Ahora lo hablaría con otra gente que tenga una idea más clara. Estamos muy contentos con el producto, aunque hay cosas que las hubiera hecho de otra forma. Lo cierto es que quería hacer un corto de 20 minutos y salió un corto de 20 minutos. Lo que pensé, está, y con esto aprendí muchísimo.
¿EN QUÉ SENTÍS QUE TE CAMBIA ESTA EXPERIENCIA EN LO PERSONAL, EN TU FORMA DE OBSERVAR, DE PARTICIPAR EN EL ARMADO, EN TU MIRADA MÁS LITERARIA?
El relato cinematográfico me resulta muy atractivo. Me resulta muy atractivo contar y no hablar, sintetizar las voces a lo mínimo y que la historia se cuente por sí misma, que es algo que no pasa en la literatura, que uno tiene que contar. Sin embargo, mi literatura es muy visual. Esa es mi idea: no contar lo que pasa, sino mostrar cosas y que uno imagine que algo le está pasando al protagonista. Siempre es más rica la imaginación del lector que lo que yo pueda decir.
MÁS ALLÁ DE QUE UNO SEPA QUE EL PUNTO DE PARTIDA ES DANIEL MOYANO, SE PUEDE DECIR LUEGO DE VER EL CORTOMETRAJE QUE UNO TIENDE A OLVIDARSE DE QUE ES UN CUENTO DE MOYANO, ¿ERA ESA UN POCO LA IDEA?
Sí, porque lo traje a otra época. Lo de Moyano es en un tiempo indefinido, hace mucho. Y esto es una cosa actual; la mujer es actual. Hay un vehículo policial relativamente moderno; en algún momento hasta pensé que ella tuviera un celular, pero finalmente no le encontré mucho sentido a eso, me lo trivializaba mucho, pero el corto tiene algunas cosas del progreso que ubican la historia en cierta actualidad.
LOS CONTRASTES DE TU EXPERIENCIA DE VIDA EN OTRAS PROVINCIAS COMO MENDOZA O BUENOS AIRES, ¿TE MARCAN A LA HORA DE CONTAR UNA HISTORIA?
Sí, porque yo creo que esto si bien es una historia trasladada a la actualidad, a un habitante urbano le llama mucho la atención. Tiene que tener verdad la historia, pero llama la atención esa forma de vida, que no es una vida de pobre, desesperado, que no tiene nada, sino que la mujer tiene una casa normal, limpia, ordenada, nada más que en una zona rural y se las ingenia para vivir. Me parece que es muy atractivo para la gente de la ciudad tener una mirada sobre ese mundo rural y esas pasiones, como decíamos al comienzo, que tienen más que ver con ese mundo casi arcaico, pero que son historias creíbles en ese contexto; esos climas me remiten a mi propia infancia, a mi vida, a mis vivencias.
El rescate no solo es una adaptación cinematográfica de un cuento de Daniel Moyano, sino un acto de amor hacia La Rioja en todas sus dimensiones y en las múltiples dimensiones de Nerio Tello: su literatura, su gente, su paisaje y su cultura; la escritura, la dramaturgia, la actuación, el periodismo, el cine. Nerio Tello, con su profunda conexión con Ulapes y su compromiso artístico, logra dar vida a una historia que trasciende el tiempo y el espacio, mostrando con sinceridad y respeto la identidad local. El valor de este cortometraje radica también en el esfuerzo conjunto de un equipo que, desde distintos rincones del país, aportó talento y dedicación para que esta visión se concretara. Cada actor, cada locación y cada detalle son testimonio de un trabajo apasionado que pone en valor las raíces riojanas y su riqueza cultural. Más allá de su dimensión artística, “El rescate” es un llamado a leer a Moyano, a conocer las voces y paisajes de La Rioja, y a comprender que las historias pequeñas, contadas con verdad y corazón, son las que perduran y transforman. Pero “El rescate” es, también, una generosa e ineludible invitación a ingresar a las múltiples dimensiones de Nerio Tello.

“EL RESCATE”: UN CORTO RIOJANO BASADO EN UN RELATO DE DANIEL MOYANO
“El Rescate”, de Nerio Tello, revive la tensión del desarraigo y la memoria en los paisajes de Ulapes
El cortometraje El Rescate, basado en un cuento homónimo del reconocido escritor Daniel Moyano, fue filmado en la localidad de Ulapes, y estrenado recientemente en Espacio 73. Con guion y dirección del periodista y escritor Nerio Tello, la obra recupera el clima de tensión y soledad característico del autor, a través de una historia atravesada por el dolor, la memoria y una inesperada irrupción.
La trama se centra en una mujer que vive sola en el campo, atravesada por la pérdida de su hijo, asesinado en una disputa por el agua. Años después, el asesino -escondido en los cerros- aparece en su puerta, desesperado, buscando protección. El guion adapta la intensidad narrativa del cuento de Moyano y pone en primer plano la fuerza expresiva del paisaje riojano, tanto física como simbólicamente.
La producción, colectiva y colaborativa, reunió a profesionales del ámbito cinematográfico de La Rioja, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires. Entre ellos se destacan Carlos Lasso en la dirección de fotografía, Bruno Szister en la producción ejecutiva, y Gabriela Tello D’Elía en dirección de arte. La actuación estuvo a cargo de Paulina Carreño, Fabricio Quinteros y Franco Oliva, todos provenientes de La Rioja.
Rodado en septiembre de 2024 en escenarios naturales de Ulapes -cabecera del departamento General San Martín-, el proyecto fue declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Turismo y Culturas de la Provincia de La Rioja y por la Municipalidad local. Además, cuenta con el aval académico de la Cátedra Daniel Moyano de la Universidad Nacional de La Rioja y el respaldo de la Universidad de Oviedo, en España, donde se conserva el archivo del autor.
Nerio Tello, nacido en Ulapes en 1951, es un prolífico escritor, con más de 40 libros publicados. Ha trabajado como actor en filmes de directores como Pablo Trapero, Mariano Llinás y Hugo Santiago, y cuenta con formación en guion cinematográfico y televisivo. Su regreso a su tierra natal para dirigir esta obra marca un cruce entre memoria personal, herencia literaria y compromiso artístico.
“El Rescate” no solo recupera una obra clave de Moyano, sino que la traslada a la pantalla con sensibilidad, aprovechando la potencia narrativa del relato y la riqueza humana de un equipo comprometido con el cine independiente y regional.

FICHA TÉCNICA
Título: El Rescate
Género: Ficción – Cortometraje
Año de producción: 2024
País: Argentina
Basado en el cuento de: Daniel Moyano
Guion y Dirección: Nerio Tello
Locación: Ulapes, La Rioja, Argentina
EQUIPO TÉCNICO Y ARTÍSTICO
Guion y Dirección: Nerio Tello (CABA)
Dirección de Fotografía: Carlos Lasso (Florencio Varela, Buenos Aires)
Producción Ejecutiva: Bruno Szister (CABA)
Producción en Línea: Oscar Tello (Ulapes, La Rioja)
Dirección de Arte: Gabriela Tello D’Elía (Mendoza)
Vestuario: Paula Tello Buleisman (Córdoba / La Rioja)
Cámara 2 / Iluminación: Pablo Tello (Mendoza)
Sonido: Luca Trabanco (La Rioja)
Asistencia de Dirección: Dana Soria (Mendoza)
Continuista / Claqueta: Carolina Morales (Mendoza)
Maquillaje: Agostina Guardia (Ulapes, La Rioja)
Peluquería: Josué Giménez (Ulapes, La Rioja)
Handyman: Javier Romagnoli (Mendoza)
Catering: Fabián Tello Giménez (Ulapes, La Rioja)
Diseño: Florencia Miranda – Norma Bao (CABA)
Administración: Silvia Andorno (CABA)
Prensa: Hugo Mouján (CABA)
ELENCO
Paulina Carreño (La Rioja)
Fabricio Quinteros (La Rioja)
Franco Oliva (La Rioja)
APOYOS INSTITUCIONALES
Declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Turismo y Culturas de la Provincia de La Rioja
Declarado de Interés Cultural por la Municipalidad de General San Martín
Aval académico de la Cátedra “Daniel Moyano” (UNLaR)
Apoyo del Gobierno de la Provincia de La Rioja
Respaldo de la Universidad de Oviedo (España)
SOBRE DANIEL MOYANO

DANIEL MOYANO (1930-1992) NACIÓ EN BUENOS AIRES, PERO SIENDO NIÑO SU FAMILIA SE TRASLADÓ A LAS SIERRAS CORDOBESAS. EN 1937, SE INSTALÓ EN LA CIUDAD DE CÓRDOBA, EN DONDE ESTUDIÓ Y TRABAJÓ DE ALBAÑIL. EN 1959 SE RADICÓ EN LA RIOJA Y SE AUTO IDENTIFICÓ COMO “UN RIOJANO MÁS”. TRAS SER DETENIDO EN 1976 DURANTE EL GOBIERNO MILITAR, SE EXILIÓ EN ESPAÑA, DONDE RESIDIÓ HASTA SU MUERTE EN 1992. A DANIEL MOYANO SE LO CONSIDERA EL AUTOR MÁS EMBLEMÁTICO DE LA RIOJA, PERO SU OBRA (CONFORMADA POR OCHO LIBROS DE CUENTOS Y SIETE NOVELAS) SE LEE Y RECONOCE EN TODO EL MUNDO. LA CREACIÓN DE LA CÁTEDRA DANIEL MOYANO EN LA UNIVERSIDAD RIOJANA DA CUENTA DE SU IMPORTANCIA Y TRASCENDENCIA. ASIMISMO, HAY JORNADAS DE ESTUDIO QUE LLEVAN SU NOMBRE POR LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO, ESPAÑA, CASA DE ALTOS ESTUDIOS EN LA CUAL EJERCIÓ COMO PROFESOR INVITADO.

Autor: 83983|
NERIO TELLO EL RESCATE CORTOMETRAJE ULAPES ESPACIO 73 DANIEL MOYANO

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