Escribe FERNANDO VIANO
La noticia cayó como un balde de agua fría en gran parte de la comunidad riojana (especialmente la católica) que, por un momento al menos, corrió el eje de su atención. Del coronavirus y la pandemia informativa en tiempos de aislamiento social, preventivo y obligatorio, hacia un hecho que, una vez consumado, será considerado seguramente como un hito histórico. La historia dentro de la historia.
Ocurre que después de más de cuatro siglos de presencia en el actual territorio de la Provincia, la Orden de los Predicadores, más conocida como de los Frailes Dominicos dejará la Diócesis de La Rioja. La fecha prevista para la partida definitiva es el 8 de agosto de 2021, ocasión en que la Iglesia católica -como ocurre cada año- celebra a Santo Domingo de Guzmán, quien fuera el fundador de la Orden.
"Las crónicas de los Frailes Dominicos datan desde las andanzas del primer misionero dominico fray Alonso Trueno en tierras riojanas, en los primeros meses de 1553. En 1587 los Dominicos establecieron casa en Tama, trasladándose a su actual solar con la fundación de la ciudad de La Rioja, que había sido puesta por su fundador bajo la protección del mártir dominico San Pedro de Verona, primer patrono de La Rioja".
El párrafo, correspondiente al comunicado de prensa que se dio a conocer el pasado miércoles en horas de la tarde, y en el que se daba cuenta de la historia y la estrecha relación de los dominicos con La Rioja, venía a poner en dimensión, de alguna manera, la magnitud de la determinación que acababa de tomarse, a instancias del que fuera el último Capítulo Provincial de la Orden, concretado en el mes de diciembre de 2019.
Ya en aquella ocasión, los presagios de vientos de cambios para los Predicadores habían comenzado a teñir de densos nubarrones el futuro de los Dominicos en La Rioja, a partir de lo que significó la decisión de unificar las "provincias" de Argentina y Chile en virtud de la escasez de vocaciones, un mal que aqueja no sólo a esta Orden, sino a la Iglesia toda.
La historia, de aquí en más y una vez que los hechos estén consumados, dará cuenta que los Dominicos ingresaron por el Norte de nuestro actual país en 1550. Los primeros en llegar fueron los padres Gaspar Carvajal y Alonso Trueno, enviados desde Lima por el presidente de la Real Audiencia, don Pedro de la Gasca.
A partir de allí, y luego de diversas vicisitudes, con el advenimiento del siglo XVII se concretaron las fundaciones definitivas de los conventos en el Río de la Plata y en el Tucumán a los que se sumaron los de Córdoba, Santa Fe, La Rioja (donde se encuentra el convento más antiguo del país, que data del año 1623), Asunción y la restauración de Santiago del Estero. Posteriormente, y a medida que avanzaba el siglo XVII, el aporte de personal español comenzaba a decrecer ostensiblemente, pero tomaba un ritmo cada vez mayor y consistente el ingreso de "hijos de la tierra", muchos de los cuales descendían de conquistadores.
Transcurrido más de un siglo, los Dominicos adhirieron ampliamente a la causa de la emancipación. Para ello, basta con recordar el nombre de fray Justo Santa María de Oro, uno de los diputados de mayor relieve en el Congreso de Tucumán de 1816.
En la actualidad, la Provincia Argentina está integrada por cuatro conventos: Buenos Aires (Casa de Estudios), Córdoba (Santuario Arquidiocesano), San Miguel de Tucumán (Casa de Estudios y Universidad Católica) y Mendoza (Colegio Santo Tomás), y seis casas: Santiago del Estero, San Juan, San Luis, Mar del Plata (Noviciado), La Rioja y Santa Fe. Estas dos últimas son las que, finalmente, "bajarán su persiana". Y escribirán, así, la otra parte de la historia dentro de la historia de la Orden en Argentina.
El pasado, la actualidad
Son más de cuatro siglos de historia los que la Orden de los Predicadores -a poco de cumplir sus 805 años de vida- escribieron en la Provincia. Y, en particular, en este territorio capitalino, quedará para la anécdota que los Frailes Dominicos debieron abandonar su tareas junto a la comunidad a escasos dos años de que el Convento Santo Domingo cumpliera sus 400 años.
Se trata, como se dijo anteriormente, del más antiguo en el país (1623), ubicado en el cruce de las calles Pelagio B. Luna y Lamadrid, donde los viejos muros de calicanto levantados por los aborígenes, y el marco de algarrobo tillado del portal de entrada, mantienen en pie los vestigios de aquel comienzo del siglo XVII.
La actualidad, no sólo marca que la estructura fue sufriendo modificaciones a través de las distintas refacciones que se le hicieron y, sobre todo, cuando casi quedó destruido en el terremoto de 1894, sino que dentro de poco más de un año cerrará sus puertas, al menos, de la manera que la conocemos.
Así lo hace saber la noticia que se dio a conocer a través de un comunicado firmado por el Obispo Dante Braida, y también por el Fray Guillermo Fernández Beret (OP), Superior de la Comunidad Dominica de La Rioja, quien ratificó a NUEVA RIOJA que la salida de la Orden es una decisión tomada y que, como tal "es irreversible".
Decisión. Fray Guillermo Fernández Beret (OP) comunicó a la Diócesis riojana la determinación de la Orden de los Predicadores.
"La actual situación vocacional de la Orden en particular y la Iglesia en general llevó al último Capítulo Provincial de la Orden, realizado en el mes de diciembre de 2019 en Tucumán, a la dolorosa y difícil decisión de cerrar dos de sus casas: una de ellas es la de La Rioja", cuenta quien por estos días es el encargado de dar a conocer la situación, pero también de llevar adelante el proceso que desemboque en la última página del libro de los Predicadores por estos pagos.
La esperanza, en este punto, aclara Fray Guillermo, "está puesta en que sean los laicos los que continúen con el funcionamiento de la Orden" y sobre eso se trabajará especialmente, para que llegado el día "todo siga funcionando como hasta ahora".
No son pocos los factores que llevaron a la Orden a la presente situación. Sin embargo esos factores tampoco le son exclusivos. "Muchos cambios culturales, algunos temas que son de índole interna, la falta de entusiasmo de los jóvenes y la creciente secularización", son algunos de los puntos que enumera Fray Guillermo en la ardua tarea de buscar una explicación para el fin de la presencia de los Dominicos en La Rioja. De allí que haga hincapié también en la necesidad de que sean los fieles quienes deban prepararse de aquí en más para sostener esos cuatro siglos de historia que, como tales, no deben quedar en el olvido.
Mientras tanto, el Superior de la Comunidad Dominica de La Rioja informó que se viene trabajando con la Diócesis riojana para establecer una especie de comodato que le permita al Obispado hacer uso de las instalaciones y de los terrenos que pertenecen a la Orden, aunque aún no está muy en claro la utilidad que finalmente se les otorgará, especialmente al Convento, que es uno de los símbolos más importantes con los que los Predicadores cuenta en el País.
"El cierre de la Orden es un shock tanto a nivel religioso como cultural", afirma Fray Guillermo, quien se lamenta entre otras cosas, por el hecho que deberá abandonar la Orden en La Rioja, a sólo dos años de la celebración de los 400 años del Convento Santo Domingo.
"Es muy fuerte para mí tener que ser quien esté a cargo de llevar adelante este proceso, pero confío en que los laicos van a saber dar continuidad a la tarea y que de alguna manera los Dominicos seguiremos presentes, aún cuando se descarta que habrá frailes que visiten la provincia con intermitencia; estamos en la provincia desde antes de la fundación, y en La Rioja desde el día mismo de la fundación, pero esto que nos pasa no nos pasa sólo a nosotros: ya pasó también en su momento con los Mercedarios y con los Salesianos, por ejemplo".
Por último, Fray Guillermo hizo un pedido especial para que el pueblo riojano acompañe a este proceso desde la "comprensión y con la oración encomendada a la Patrona de la Orden, Nuestra Señora del Rosario y a su fundador Santo Domingo de Guzmán".
"Tristeza"
Desde Santiago del Estero, en tanto, Fray Amado Agustín Montironi expresó su "tristeza" por la situación especial que atraviesa la Iglesia católica en general y, en particular, la Orden de los Predicadores, a la que pertenece.
Amado es, sin lugar a dudas, uno de los referentes más importantes entre los Frailes Dominicos, especialmente en La Rioja, donde durante 18 años brindó sus servicios a la comunidad, desarrollando una fuerte tarea que apuntó, muy especialmente, a los jóvenes que son los que hoy, precisamente y de acuerdo con su visión, le "dan la espalda a la Orden".
Referente. Fray Amado Agustín Montironi trabajó durante 18 años en La Rioja. Actualmente reside en Santiago del Estero. Recibió la noticia con "tristeza".
Para Fray Amado, la escasez de sacerdotes y la disminución de las vocaciones no es una problemática desconocida y es, también, uno de los factores esenciales para que la Orden haya llegado a esta determinación. "Las vocaciones no brotan porque sí nomás", afirma y, por otro lado, sostiene que "en estos últimos tiempos se han producido muchos cambios en la sociedad, en la familia, que se ha diluido, y sin familia todo se hace más difícil; hemos perdido la consciencia del pecado".
Por otra parte, Fray Amado hizo referencia también a la crisis por la que están atravesando muchas de las órdenes en el país, y que tiene que ver también con cuestiones económicas. "Hay determinados conventos que no se pueden sostener", afirma y da como ejemplo también la situación por la que atravesaron sus pares Franciscanos. "Vivo todo esto con mucha tristeza, y muy especialmente por lo que ocurre en La Rioja, a la que quiero mucho, y donde estuve 18 años desarrollando mis tareas con muchos grupos, como el Club Juvenil Santo Domingo", sostuvo.
"Lo que se busca de alguna manera es reorganizar la presencia en Argentina de la Orden de los Predicadores, pero entiendo que esta, para nuestra gente, no es una decisión simpática y genera preocupación", concluyó.