Sociedad

Piden por la urgente detención del “gigoló” riojano

Carlos Ruben Colman, el Gigolo profugo

La voz de M es la voz de una mujer quebrada emocionalmente, rota en su intimidad, violentada en su confianza, en su autoestima y en su estabilidad psicológica. Pero la voz de M es también la voz de una mujer que está dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias en busca de Justicia y de resarcimiento, frente a un hecho delictivo que en La Rioja parecería impensado, pero que ocurre con frecuencia.
Por fortuna, M no está sola en este tortuoso proceso. La reconocida abogada Silvina Santángelo Carrizo, especializada en Cibercrimen, junto a la doctora Ana Sol Herrera, tomó este caso como querellante y viene trabajando intensamente con M no sólo para poner a disposición de la Justicia los elementos de convicción necesarios que enriquezcan la instrucción del caso, sino para visibilizar y concientizar sobre un hecho que afecta a muchas mujeres, pero que no suele ser denunciado por todo lo que conlleva en un entorno social en el que se sigue cuestionando a la víctima, en lugar de poner la mirada sobre el victimario.
El relato de M, que decidió exponer su caso a este medio, resulta desgarrador. Con lágrimas en los ojos, describe cómo fue engañada y estafada por un hombre identificado como Carlos Rubén Colman (47), sobre quien pesa un pedido de captura y detención, quien logró infiltrarse en su vida. Lo que comenzó como una relación casual se transformó luego en un entramado de engaños, hurtos y estafas que terminaron por menoscabar la integridad emocional y financiera de la mujer, al tiempo que sumirla en una profunda angustia y un temor constante.
“Se fue metiendo tanto en mis cosas, en mis movimientos, en mi vida diaria, que la verdad que se fue ganando mi confianza; como cualquier persona adulta que establece una relación con alguien, no estás pensando que tenés en frente a un tipo que sabe menoscabar y que sabe por dónde ir para que la mujer se brinde. Le fui dando mi confianza, le fui comentando mis cosas, cómo yo me movía cuando iba de viaje por mi trabajo. Sabía todos mis movimientos. Hizo un trabajo tan fino en ganarse mi confianza, en irme encerrando metódicamente, que en un momento sentía que todo mi entorno era malo, que todo el tiempo me iban a joder y que el salvador era él”, cuenta M.

Pedido de captura y detención. Carlos Rubén Colman es el hombre que busca la Justicia. Está acusado de los delitos de robo, hurto y estafa en concurso real.

El encuentro inicial ocurrió en un vivero de la zona sur de Capital que sería de su propiedad, donde la víctima conoció al hombre que más tarde se convertiría en su estafador. “No puse interés en un principio”, narra. Sin embargo, la insistencia de Colman en tener contacto con ella, fue el primer paso hacia un largo camino que se tornaría tortuoso para M. A pesar de intentar evitarlo y manifestar que no estaba interesada, finalmente terminó cediendo.
“La verdad es que el tipo estaba a disposición mía, hacía todo lo posible, se esmeraba en complacerme. Eso fue haciendo que yo me fuera abocando más a esa relación y le di un lugar en mi vida, hice una apertura de la intimidad de mi casa; incluso llegó a compartir tiempo con mi hija”.
Sin embargo, detrás de esa fachada de hombre servicial, Colman ocultaba otras intenciones y fue adentrándose también en los asuntos personales y financieros de M, conociendo sus movimientos y accediendo a su hogar en su ausencia.
“El año pasado, estando yo en la provincia donde tengo mi negocio, me entran a robar en mi casa; me roban elementos de mucho valor. Le comento a él la situación, desesperada y angustiada y él me dice que no hiciera la denuncia, que iba a perder tiempo, que él tenía amigos en la policía, que ya los iba a hablar para que me dieran una mano y que solucionen eso, que no me angustiara, que me quedara tranquila, que lo iba a solucionar. Pasó el tiempo y obviamente las cosas nunca aparecieron”.
M recuerda que su familia mostraba ciertas dudas respecto de Colman, pero “uno hasta que las cosas no pasan no se termina de dar cuenta”. Y continúa narrando: “Este tipo estaba al tanto de que mi hija en el mes de junio cumplía sus 15 años, que yo estaba luchando por un permiso para que pudiera viajar al exterior, y ahora me doy cuenta de que era como que rogaba que ese permiso no saliera, porque claramente él ya me había sustraído dinero, y otros elementos”.
“Lo que esta persona hizo conmigo fue un flagelo tan punzante”, afirma M y se lamenta al asegurar que Colman “cometió los delitos de estafa, hurto y robo, aparte de la estafa emocional, porque esto menoscaba en la intimidad, porque vos decís cómo una persona que estuvo compartiendo tu intimidad, con la que hacías el amor, que tenías relaciones, que compartías todo, haga esto”. Desde su dolor, M advierte a otras posibles víctimas: “en el imaginario colectivo la gente te dice ‘che, pero cómo no te vas a dar cuenta’, y la verdad es que no te das cuenta de que es un tipo que trabaja en tu cabeza, que está adaptado a este tipo de cosas, que ya lo ha hecho, que tiene un modus operandi”.

Ese modus operandi, precisamente, es el que lo llevó a seguir cometiendo hechos que perjudicaron gravemente a M, quien en una primera instancia nada sospechaba, pero que luego, alertada por familiares, comenzó a abrir los ojos frente a situaciones que se reiteraban.

“¿Cuándo me hace click todo esto? Fue en el mes de julio, cuando yo estaba en esta provincia en la que tengo mi negocio y me entran a robar nuevamente en mi casa; él estaba conmigo”, cuenta M, quien en ese momento pidió asistencia a su madre, quien concurrió a la vivienda para corroborar que había rotura de vidrios, puertas violentadas y que faltaban diferentes elementos.
A diferencia de la vez anterior, es su madre la que le pide que haga la denuncia, pero Colman nuevamente le insiste en lo contrario. “Ya llamo a la comisaría y hablo con el comisario”, le dijo el hombre en ese momento. “Siempre me decía que tenía amigos en la policía, que me quedara tranquila, que me relaje, que ya lo iba a solucionar él; entonces envía unos audios, llama a gente de La Rioja, hace toda una pantomima para que yo me quede tranquila, y todo queda ahí”.
“El tipo es tan macabro que estando al frente mío me estaba mintiendo, y en esa misma situación de vulnerabilidad y aturdimiento, me hizo transferir cierto dinero por unos teléfonos, ya que sabía que mi hija se iba a ir al exterior. Entre que yo estaba con el tema del robo y que me había salido con esta oportunidad de comprar esos teléfonos, transfiero el dinero (más de 2 millones de pesos), y él estaba detrás de esa otra estafa; logramos descubrir que resultó que el dinero finalmente fue retirado por un ‘amigo suyo’, al que le había pedido ‘conseguirle una cuenta bancaria’ –llamativamente como en otras oportunidades- para transferir este dinero, a cambio de una jugosa comisión, cuestión que mi abogada pidió incorporar a la investigación”.
En ese manto de sospechas que iban en aumento, fue la madre de M la que terminó por advertirla respecto de la persona que tenía a su lado. “En ese momento empecé a tener miedo, porque estaba sola con él, en otra provincia”, cuenta y recuerda que ante ese cuadro, decidió tranquilizarse, continuar con su trabajo en la oficina, pero concluyó que tenía que eliminar cualquier duda al respecto; por eso llamó a sus hermanos para que constataran en su casa en La Rioja, si aún estaban sus ahorros en un lugar específico al que solo Colman había accedido en ocasión de que M realizó el cambio de ese dinero. Eran más de 32 mil dólares que ya no estaban en ese lugar. Al recibir esa noticia, con el inmenso golpe emocional y el dolor de lo que esto implicaba, M decide no volver a la casa que compartía con Colman.

Antecedentes. Colman tendría antecedentes penales en otra provincia, en tanto que en La Rioja habría estafado también a compañeros del club “Los Chelcos”.

“Ese día anduve hasta las 5 de la mañana en la calle porque estaba él ahí, y yo en el shock de no poder creer lo que pasaba. Hasta el día de hoy lo cuento y esto es muy fuerte porque no es que el tipo me ganó porque fuera más vivo que yo, sino porque se ganó mi confianza, porque me cagó ahí; el tipo sabía dónde yo tenía mi plata, y obviamente me duele tanto porque ese dinero, con todo lo otro que me robó, es esfuerzo de muchos años de mi vida, de estar lejos de mi hija, de no pasar fiestas acá y estar laburando allá, de momentos de mucho sacrificio”.
El robo de ese dinero fue la gota que colmó el vaso y que dio inicio a un proceso en el que M debió armarse de fuerza para intentar resarcir tanto sufrimiento y angustia que, hasta el día de hoy, persisten.
“Actualmente tengo mucho miedo porque él sabe horarios y actividades de mi hija, dónde me manejo yo, dónde va mi gente. Tengo mis temores, porque al tipo ya se le cayó toda su estructura de estafa y de delincuencia”, afirma M, quien además debió atravesar por la engorrosa situación de tener que ampliar su denuncia, exponiendo su intimidad.
“Tratamos de dar todos los datos, pero hasta el día de hoy el tipo está libre. La verdad que si me preguntás qué me gustaría, te digo que me gustaría que no caiga otra persona, que en el hueco donde esté no tenga alguna presa para seguir cagando, que no vuelva a hacerle este daño a alguien y que pague de alguna manera”, indica M y agrega: “Esto es mucha angustia, es mucho temor, es mucha desilusión. Te menoscaba en tu intimidad, en tu confianza, en tu autoestima. Un tipo al que le abrís la puerta de tu casa, tu negocio, la intimidad de la familia, y planifica tan macabramente todos estos hechos para ejecutarlos en el tiempo es una persona a la que no le importa nada y obviamente pienso: ¿hasta dónde puede llegar?”

Pedido de Justicia

Ya sobre el final de su angustiante relato, M no duda respecto de su búsqueda personal y cuando se le pregunta qué le devolvería un poco de tranquilidad contesta: “Quiero que vaya preso. Quiero justicia. Lo positivo, por decir de alguna manera, es que me saqué un gusano de encima, un tipo que es un delincuente un criminal que ataca los sentimientos de la vida de las personas, de las mujeres. Me gustaría que se haga justicia y que no le pase a otra persona”.
Asimismo, M reflexiona y sostiene que Colman “me ha vulnerado muy íntimamente en muchas emociones que tienen que ver con la calidad humana. Es un tipo que no puede estar suelto, porque en el agujero donde esté metido debe estar pensando a quién va a joder. A mí me lo hizo y con mi abogada y su equipo vamos a ir hasta las últimas consecuencias, así no recupere el dinero, pero tengo que responder ante la gravedad de la situación de vulnerabilidad en la que él me puso a mí y a mi hija. Es una situación muy dolorosa que me quebró emocionalmente, no lo puedo entender, me siento muy dolida. Quiero justicia, porque creo que me la merezco, porque fue una persona criminal conmigo, que menoscabó mi dignidad, mi autoestima, mi confianza, mi trabajo, mi sacrificio de toda mi vida y no hay derecho”.

“Visibilizar este caso”

Por su parte, la reconocida abogada Silvina Santángelo Carrizo, representante legal de M y querellante particular junto a su equipo profesional, ante la concurrencia de varios hechos delictivos y la estafa emocional devastadora, brindó a NUEVA RIOJA su mirada sobre el caso que envuelve al hoy prófugo de la Justicia Carlos Rubén Colman, un hombre que presentaría algún antecedente en otra provincia y ahora está acusado en La Rioja por robo, hurto y estafa en concurso real.
“Lo más importante es que ella pueda contar su historia desde lo que vive, desde su parte emocional, porque es una historia más habitual de lo que se cree”, afirma Santángelo Carrizo, quien señala además que “lo fundamental en este momento es encontrar a este hombre”, que aún permanece prófugo.
Colman, quien jugaba en el equipo de rugby “Los Chelcos”, no solo estafó a la víctima, sino que también habría engañado a algunos de sus propios compañeros de equipo, de acuerdo con dichos que habrían brindado, aunque no quedó registrada una denuncia, cuestión por la que también se insta a los damnificados, partir del proceso de instrucción actual, a efectuar.
“Tras investigar el caso, resulta evidente que nos encontramos frente a un delincuente con un modus operandi claro. Conocía a varias personas al mismo tiempo, lanzaba anzuelos, analizaba a su víctima y la detectaba muy eficazmente, sabía a donde apuntar. Existe otro antecedente de su modus operandi, donde la víctima vivió una situación similar, pero decidió no efectuar denuncia porque es una mujer de conocida trayectoria en la Provincia.

Silvina Santángelo Carrizo. La reconocida abogada, que viene trabajando intensamente junto a la víctima, remarcó la importancia de “visibilizar este caso”.

"Ocurre que lamentablemente sigue pasando: a pesar de las innumerables conquistas de las mujeres por la igualdad, seguimos en una sociedad donde se condena el accionar de la mujer en vez de poner el foco en el perfilamiento criminal de estos hombres que hacen uso del romance y el amor de pareja, como medio para cumplir sus objetivos criminales”, reflexionó la abogada.
En este contexto, Santángelo Carrizo indicó a este medio que la situación se agrava porque Colman, con un perfil que podría describirse cercano al de un “psicópata narcisista”, involucró en al menos alguno de sus actos delictivos a parte de su familia.
“Articuló una red de estafas que involucra a parte de su familia, donde hemos logrado la imputación de su propio hijo. Además hemos aportado evidencia clara que persigue la imputación de al menos uno de sus amigos y de otro familiar cercano involucrado; por lo que nos encontramos a la espera de la decisión de Jueza de Instrucción de la causa, explicó Santangelo Carrizo.

La víctima, identificada como M para proteger su identidad, sufrió no solo varios delitos claramente calificados y engaño económico sino también un profundo impacto emocional.

“Ella estaba enamorada, comprometida con su relación de pareja y pasaron algunos meses antes de que descubriera la verdadera naturaleza del hombre que tenía a su lado. Él no solo se aprovechó de su cariño, de su amor, de su confianza para delinquir, sino que además planificó con total premeditación cada paso, cada golpe criminal contra su víctima”, detalló la abogada.

Desde el 3 de julio, pesa sobre Carlos Ruben Colman una orden de detención y captura en todo el territorio provincial y nacional, emitida por la jueza Dra. Cecilia Córdoba, a cargo del Juzgado de Instrucción N°1 de esta Capital riojana, quien ha sido reconocida por Santángelo Carrizo por su impecable actuación y diligencia en la instrucción de la causa, tras las pruebas aportadas por la querella y la rapidez de las medidas adoptadas en un caso que inicialmente se encontraba estancado.

Destacó además el trabajo de la División de Robos y Hurtos de la Policía de la Provincia. Sin embargo a pesar de los esfuerzos “hay que asumir que estamos frente a un criminal que se considera impune”, recuerdó la abogada, quien además indicó que Colman “continúa dirigiendo su red de estafas, aún en situación de imputado de este proceso, desde el lugar que se encuentra escondido, prófugo de la justicia, en exceso total, aunque no lo será por mucho tiempo, teniendo en cuenta que vivimos tiempos donde la tecnología permite acceder a herramientas de gran eficacia aplicadas a la investigación”.

No obstante, Santángelo Carrizo destacó que “lo importante de visibilizar este caso es que esa persona es capaz de hacer cualquier cosa y que es necesario actuar aun con mayor agilidad para evitar cuestiones mayores”.

En ese marco, la abogada concluyó haciendo hincapié en la gravedad del caso: “Merece realmente una justicia ejemplar, que marque un antes y un después, para este tipo de casos jamás judicializados porque justamente esto pasa muy habitualmente y las mujeres no se animan a denunciarlo porque siguen siendo siempre expuestas a una condena social muchas veces muy violenta. Esto no se trata de un caso por resentimiento sentimental; la que puso fin a la relación fue ella, la que descubrió la verdad fue ella. Hablamos de un delincuente que llevó adelante su plan criminal, articuló su propia red de familiares y amigos para concretarlo y lo ejecutó en su totalidad en el claro marco de Violencia de Género, ejerciendo violencia psicológica, económica e incluso sexual sobre su víctima. Es importante que quede claro”.
La búsqueda de Rubén Colman continúa, mientras la Justicia y Santángelo Carrizo trabajan para llevarlo ante la ley y prevenir futuros delitos que puedan afectar a otras mujeres, mucho más si se tiene en cuenta que el daño fue profundo, no solo en términos materiales, sino también y fundamentalmente en lo emocional.

Autor: 83983|
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