Hace más de 200 años, el economista inglés Thomas Malthus anunciaba que la relación entre el crecimiento lineal de la producción y el crecimiento exponencial de la población conduciría a la Humanidad al hambre y a la miseria.
Como todos sabemos, el desarrollo tecnológico que posibilitó la revolución industrial incrementó a tal nivel la producción de bienes, que transformó la advertencia prospectiva de Malthus en una maldición incumplida. Al menos por ahora, cuando la amenaza de no poder producir lo suficiente deja lugar a otra amenaza más irreparable: la destrucción de nuestro proveedor gratuito de materias primas: el planeta Tierra, nuestra casa común.
Esto viene a cuenta porque cada vez con más insistencia, me hago una pregunta a la que no consigo darle una justa respuesta.
Si la Humanidad ha alcanzado un desarrollo tecnológico que permite producir lo suficiente para satisfacer sus necesidades básicas ¿por qué entonces hay cada vez más pobres en el planeta?
Algunos lo atribuirán a una perversidad ínsita del ser humano. Otros a la mentada "lógica del poder". No faltará quién se alce de hombros y diga que "pobres habrá siempre"... La verdad es que no creo en ninguna de esas explicaciones.
Estoy seguro de que es posible desarrollar un pensamiento y una acción que conduzcan a una producción y distribución de la riqueza que sea inclusiva y socialmente justa. Creo, además, que éste es el momento de hacerlo.
La desaparición del trabajo, la crisis ambiental, la creciente concentración económica y financiera, la multiplicación de gobiernos represivos, la pobreza generalizada, el incremento de la conflictividad bélica. Todas estas realidades son indicadores incontrastables del agotamiento del sistema capitalista que creciera con la Revolución Industrial. Un sistema que creció impulsado por un desarrollo tecnológico que privilegia a la ganancia como factor determinante de su crecimiento.
Hoy, el paradigma tecnológico, motor del desarrollo capitalista que privilegia a la ganancia y también de su agotamiento, se transforma de manera vertiginosa en otra cosa: el Paradigma Tecnocrático. En palabras del Papa Francisco:
“El paradigma tecnológico encarnado por la inteligencia artificial corre el riesgo de dar paso a un paradigma mucho más peligroso, que ya he identificado con el nombre de ‘paradigma tecnocrático’ ”. (Papa Francisco ante líderes del G7).
“El paradigma tecnocrático también tiende a ejercer su dominio sobre la economía y la política. La economía asume todo desarrollo tecnológico en función del rédito, sin prestar atención a eventuales consecuencias negativas para el ser humano. Las finanzas ahogan a la economía real.“ (Papa Francisco - LaudatoSI #107).
Economía y globalización tecnocrática
Jonathan Taplin nos describe los planes de cómo los multimillonarios tecnocráticos encabezados por Elon Musk se aproximan a su objetivo de gobernar al mundo, con una humanidad sustentada por una Asignación Universal pagada en criptomonedas, mientras que estos dioses berretas del transhumanismo dan a luz a una nueva especie: los cyborgs de vida eterna y facultades suprahumanas que reemplazarían a nuestra incómoda y contradictoria especie.
Nos encontramos ante una realidad que asombra y desconcierta a muchos de los que todavía intentan analizarla con teorías hijas del capitalismo, que ya no dan respuesta a un mundo que cambia sin vuelta atrás.
Por eso creo necesario sumarse a la batalla cultural con la que nos desafían desarrollando una nueva mirada sobre la economía:, que podría denominarse como la Economía Conveniente. Me gusta ese nombre. Remite a la definición sobre Tecnología Conveniente, que plantea dos objetivos que son totalmente compatibles con una nueva mirada sobre la economía: mejorar la calidad de vida de la sociedad y respetar a la Naturaleza.
Entonces me pregunto: ¿qué pasaría si también invertimos el sentido del camino que va desde la producción al consumo? ¿si pensásemos al proceso económico desde la satisfacción de las necesidades humanas -no sólo las materiales- y consideráramos a la producción de la riqueza como su consecuencia?
Porque es genuino considerar a las necesidades humanas como impulsoras del proceso productivo, ya que traccionan el desarrollo tecnológico para satisfacerlas. Y al considerar no sólo a las necesidades materiales, se resignifica al trabajo como el verdadero productor de la riqueza y eje fundante de una economía antropocéntrica.
Cuando trabajamos, intentamos obtener mucho más que solamente lo que necesitamos para poder sobrevivir. Procuramos el reconocimiento social que sólo da el trabajo, entendido como "cualquier actividad que implique alguna transformación de lo existente".
Infoworkers afirma que Tecnología Conveniente es la que crea trabajo para todos, porque es el camino para lograr una vida digna y plena, que es un derecho inalienable de toda la Humanidad. Sintetiza su convicción con cuatro apotegmas:
Apotegma 1. El trabajo es un derecho inherente a la condición humana y el camino para alcanzar su plena dignidad.
Apotegma 2. El capitalismo ha reducido al trabajo y al trabajador a la categoría de un insumo más.
Apotegma 3. La tecnología, puesta al servicio del pensamiento capitalista, conspira contra la posibilidad de crear trabajo.
Apotegma 4. Los denominados “avances tecnológicos” constituyen el corazón de la dependencia.
La construcción de una Economía Conveniente es una alternativa en la que se avanza sosteniendo a la alegría como hábito y la esperanza como virtud. Creemos que esa actitud nos ayudará a encarar sin prejuicios ni inercias, los caminos que nos conduzcan a realizarnos como pueblo y como personas.
Con información de Perfil
Porqué es necesaria una economía conveniente
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