Hace unos días, en el Paraje el Buen Pastor (Punta de los Llanos), se realizó un encuentro fraterno entre los delegados de Comunidades Eclesiales de Base de distintas parroquias de la diócesis de La Rioja. Los temas principales que trataron fue dar a conocer y profundizar el documento final del Sínodo y la preparación del jubileo de las CEBS.
Las pequeñas comunidades eclesiales o de base son un modo de ser Iglesia, la iglesia en la base, en las periferias, en los barrios, sencilla, servidora de la vida y que busca asumir con más fuerza la opción por los pobres. En contacto estrecho con las realidades que vive el pueblo.
Para Medellín son “célula inicial de estructuración eclesial y centro de Evangelización” (Med 15,10). Ellas permiten al pueblo llegar a un mayor conocimiento de la Palabra de Dios, al compromiso social en nombre del Evangelio, al surgimiento de nuevos ministerios laicales y a la educación en la fe de los adultos. Es importante revitalizar las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), un modo de ser Iglesia donde se vive la sinodalidad, promueven la participación de todos, son pocos y se conocen, se pueden escuchar, hay más cercanía y se genera confianza como un espacio de Inclusión de la diversidad y de superación del clericalismo. En ellas, la Palabra de Dios es el centro de la comunión, se brinda un espacio a las personas concretas en sus contextos y se responde mejor a los clamores de los marginados de nuestro tiempo, ejemplo de ello son: el surgimiento de los Hogares de Cristo, como una respuesta concreta a una problemática.
Las Cebs surgen simultáneamente en el continente latinoamericano (en la década del 60), como manifestación del impulso del Espíritu Santo que trajo el Concilio Vaticano II, reconocidas por los obispos de América latina y el Caribe, en los Documentos de: Medellín, Puebla y Aparecida. Esto se concretizo en una experiencia de renovación de la Iglesia. Surgieron en Brasil, Chile, Ecuador. Colombia y Argentina.
En la Rioja surgieron en los barrios periféricos con la llegada del obispo Angelelli a la Diócesis (1968/69) acompañado por Congregaciones de Religiosas. En la pastoral diocesana riojana, varias congregaciones de religiosas marcaron una fuerte presencia de la Iglesia en los barrios y zonas rurales, estableciendo relaciones de tú a tú, lo que genera encuentro fraterno, dignificante. Para muchas personas que sentían que antes no eran tenidas en cuenta. Las misas eran en lugares cercanos y el cura visitaba las familias.
En La Rioja hay Cebs en: Chamical, Chepes, Ulapes en la Capital en varios barrios: Parroquia Divino Niño (Comunidad San José) Parroquia Espíritu Santo (Cdad María Madre de la Iglesia y otras) Parroquia Fátima (edad San Pantaleón) Y Parroquia Santa Rita.
“A nivel Diócesis estamos organizados en un Equipo Diocesano de Cebs, que tiene entre otras la tarea de analizar y elaborar un plan pastoral de Cebs en consonancia con el Plan Pastoral Diocesano. Este equipo lo conforman: dos representantes laicos de cada parroquia donde hay cebs, religiosas o religiosos y sacerdotes, bajo un Estatuto aprobado por el obispo. A nivel regional integramos el equipo NOA de Cebs, con una delegada diocesana: Analia Vega y que participa también en los encuentros del Equipo Nacional de Cebs y del Continental”, detallaron.
Protección de menores
En otro orden, en una audiencia privada en el Vaticano, el Papa León XIV recibió por primera vez a los miembros de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores (PCTM), el organismo creado por el Papa Francisco en 2014 para asesorar al Pontífice en la promoción de políticas de salvaguardia en toda la Iglesia.
Según lo expresó la institución en un comunicado de prensa, la reunión fue “un momento significativo de reflexión, acción de gracias y renovación del compromiso inquebrantable de la Iglesia con la salvaguardia de los niños y las personas vulnerables”.
Durante el encuentro, la Comisión informó al Santo Padre sobre el estado y los avances de varias de sus iniciativas clave, incluyendo el Proyecto Memorare, un programa de formación diseñado para apoyar a las Iglesias locales —especialmente en el Sur Global— en su compromiso con la protección de los menores y la atención a las víctimas de abusos.
Este programa se estructura en torno a tres pilares: la creación de infraestructuras de prevención, la capacitación y el acompañamiento en la aplicación de protocolos de seguridad, y la promoción de redes intercontinentales para compartir conocimientos y fomentar una cultura eclesial de protección, transparencia y comunicación efectiva. El proyecto es adaptable a cada realidad local, respetando su autonomía, pero brindando apoyo esencial para que todas las jurisdicciones eclesiales, sin importar sus recursos, puedan cumplir con su deber de proteger a los más vulnerables.
Otro eje central del diálogo fue el Informe Anual 2024, definido por la PCTM como una “piedra angular” de su misión. Este informe, encargado por el Papa Francisco en 2022, tiene como objetivo evaluar la capacidad de respuesta de las iglesias locales en materia de salvaguardia, proporcionando recomendaciones prácticas ajustadas a las realidades específicas de cada región.
El cardenal Sean O’Malley, obispo emérito de Boston, destaca que escuchar a las víctimas ha sido clave en la reforma de la Iglesia frente a los abusos. Pide a los obispos “reunirse …
La edición de este año se centra especialmente en el concepto de Justicia Conversional, abordado desde la perspectiva de las reparaciones. En este marco, se está desarrollando un nuevo vademécum sobre reparaciones, fruto de un estudio teológico-pastoral y de la recopilación de datos sobre prácticas actuales de reparación en la Iglesia universal. El documento se basa en las experiencias vividas por víctimas y sobrevivientes, y busca orientar a las Iglesias locales a responder con justicia y compasión.
El informe también ha incorporado importantes mejoras metodológicas. Entre ellas, se destaca la ampliación del grupo de discusión con víctimas y sobrevivientes, incluyendo aportes directos de personas de las cuatro regiones representadas por la Comisión.
Asimismo, los datos eclesiales por país han sido complementados con información del proceso de revisión del Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, respondiendo así a la creciente demanda de transparencia basada en fuentes externas. En ese sentido, la Comisión subrayó su colaboración continua con socios de la ONU para mejorar el acceso a datos confiables sobre la prevalencia de abusos, y llamó a otras instituciones —también fuera de la Iglesia— a invertir en mejores sistemas de recopilación de datos que permitan adoptar medidas más fundamentadas.
Durante la audiencia, la entidad reafirmó su compromiso con la unidad y la colegialidad de sus miembros. En una carta firmada tras la Asamblea Plenaria de marzo de 2025, se subrayó “la necesidad de continuidad en nuestro mandato, gobernanza y métodos de trabajo”, al tiempo que se afirmó la independencia del organismo y su papel como asesor de confianza del Santo Padre.
“Expresamos también nuestra gratitud a los Dicasterios de la Curia Romana por su creciente colaboración, e invitamos a seguir trabajando juntos en este ministerio vital”, añade la nota oficial.