Por Paula Monsberger
Camino por tu muestra inmersiva y un cúmulo de emociones sensoriales con sabores agridulces me envuelven, desde visuales pasando por táctiles, sonoras, auditivas y me detengo a escribirte estas líneas sentada frente a tu autoretrato.
Sabes que me pasó Vincent, perdida entre tus lienzos mágicos, que nunca te compraron, y aunque hoy valen millones, sentí la soledad y el no entendimiento y también el no reconocimiento que viviste, y pensé, por eso te escribo: imagina lo que hubiera sido si hubieras estado aquí, saludando entre la gente, contando tus tristezas y alegrías de tu vida, de tu tiempo en un psiquiátrico, y de por qué te cortaste la oreja.
Imagina amigo Van Gogh, en la muestra se exhibieron a través de imágenes proyectadas en pantallas gigantes y música danzante con el sonido y el silencio, casi 200 obras, sí, ¡tus obras! Son las obras que vos pintaste cuando viviste en Arles por el año 1888, entre ellas estaban "Dormitorio en Arles", mi preferida, y "La Noche Estrellada" y " Los Girasoles".
¿Quieres que cuente algo de tu vida amigo Vincent, aunque imagina que muchos ya te conocen?
Mi amigo Vincent nacía en Groot Zundert, en la Provincia de Brabante, Países Bajos. De niño, le costaba adaptarse a las normas sociales y prefería, sumergirse en la naturaleza, juntar insectos, siendo considerado raro por los demás niños en su pueblo. Y si desde inicios de la humanidad los diferentes y especiales fueron y son considerados raros querido Vincent, yo más bien diría que las personas especiales son la mira de aquellos que son comunes, y el mundo está lleno de "gente común" que se cree especial.
Su vida con el arte no fue casualidad. Trabajó en la empresa parisina Goupil & Cie, dedicada a la reproducción de obras de arte iniciando un camino de ida en su amor por el arte y los museos. Vivió en distintos lugares como Bruselas, Londres, París, Ámsterdam haciendo diferentes actividades, entre ellas fue predicador entre los mineros belgas del Borinage. Fuiste un hombre de pensamientos y emociones que transmitías en las cartas escritas a tu hermano Theo, un ser que acompañó tu vida y carrera como artista.
Imaginen, en esas cartas conoceremos que nuestro amigo Vincent realizó casi 900 Pinturas y 1500 dibujos y que sólo vendió una obra En toda su vida: "El Viñedo Rojo".
Fiel admirador de los grabados japoneses, en la muestra se vieron dos de tus cuadros que recorren todos los sentidos Vincent: imagina ese cielo celeste que pintaste "Ramas de un almendro en flor" ese maravilloso cuadro vivo y "El Camino a Saint Remy" lleno de colores cálidos de sol y nubes alborotadas.
Imagino tus sueños en Arles que parecen vivos, al alquilar la Casa Amarilla, para fundar la Colonia de artistas, la cual encierra ese maravilloso "Dormitorio en Arles" tu cuadro ensueño representando la idea de una vida ordenada como tu corazón imaginó querer vivir, pero a veces me pregunto si hubieras sido tú amigo Vincent porque en tus obras se imagina ese reflejo de tu alma interior con esos cielos, esos paisajes, la naturaleza, los campesinos, el sol.
Y tras la visita de Paul Gauguin y vuestras charlas efusivas en ese Dormitorio en Arles, cortaste tu oreja en un delirio que vos mismo describiste como locura, y que es la locura le dirías a Theo en tus cartas, es solo una enfermedad como cualquier otra querido hermano.
Sentada bajo "La noche estrellada" imagino la nostalgia y la tensión en esas pinceladas que me envuelven amigo Vincent, que atraviesan mi mente y alma.
Me quedo mirándote y te recuerdo con lo que solías decirme: "He puesto mi corazón y mi alma en mi trabajo, y he perdido mi mente en el proceso". Pero tú imaginas lo que yo voy a contestarte: "Tu corazón y alma van de la mano con tu mente amigo Van Gogh".
¡Hasta la próxima vez que podamos imaginar, estimado Lector!
LA AUTORA. Paula Monsberger es: Magister en Relaciones Internacionales. Lic. en Ciencia Política, Relaciones Internacionales y Comercio Internacional. Profesora de Alemán. Maestra en Declamación y Recitado. Conductora de Radio y TV. Actriz.
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