Llegó en los años '80 a La Rioja y relanzó los estudios historiográficos. Desde el Profesorado de Historia; el periodismo y el Archivo Histórico. Organizó Congresos nacionales y provinciales; conferencias de todo tipo; hizo la Feria itinerante del Libro; creó la editorial Canguro (alrededor de 250 títulos), impulsó la Ley del libro; escribió alrededor de 50 libros, etc. En lo personal era de un buen humor fantástico; un optimista irreductible y con una generosidad que bordeaba la insensatez. Por algo le decían 'el loco'. Enorme Miguel, y su figura seguirá creciendo", afirma otro gran historiador Riojano, el reconocido y destacado Roberto Rojo, autor, entre otros libros, de "El Divino Joaquín".
Compartía con Miguel Bravo Tedín una amistad de muchos años y de gran profundidad afectiva e intelectual, lo que le permite afirmar, además, que "hasta el final seguía enchufado pensando en conferencias sobre Agüero Vera y empeñado en grabar audiovisuales. Una pérdida gigantesca".
El deceso de Miguel Bravo Tedín se dio a conocer en el transcurso de la mañana de ayer y generó gran congoja en todo el ámbito cultural de la provincia, donde era ampliamente conocido no sólo por su obra, sino también por su particular personalidad, que lo hacía sobresalir en cualquier encuentro. De allí que los saludos no se hicieran esperar, tanto para el como para su familia.
"Vivió intensamente; hizo aportes sustantivos a la producción cultural riojana. Miguel Bravo Tedín, sin hesitar, abrió un derrotero. Sentidas condolencias a Marta y a sus familiares", expresó el también escritor Eduardo Varas, quien agregó: "Dignun laude virum, musa vetat mori.Al hombre digno de alabanzas, las musas le impiden morir".
En este sentido, también se hizo eco de la noticia del fallecimiento de Miguel Bravo Tedín la Secretaría de Culturas de la Provincia, que a través de sus redes sociales señaló: "Despedimos al entrañable escritor e historiador Miguel Bravo Tedín. Recordaremos siempre su persona y su trabajo, legado valioso para nuestra cultura. Abrazamos a su familia y cercanos".
Por otra parte, y en palabras de Florencia Guitelman, coordinadora de Plano Editorial, "Bravo Tedin es, para mí, el nombre propio de una forma de hacer historia, en dos sentidos al menos: se dedicó a la historiografía del lugar adoptado como propio, con un humor capaz de suavizar las miserias más descarnadas, la pobreza y las mezquindades de esta tierra y sus hombres; ejerció una forma de leer y contar que no intentó vanamente librarse de subjetividades y huyó de las solemnidades incluso en sus libros, sobre todo en sus libros, donde unx esperaría cierto decoro impuesto por las normas implícitas de los mecanismos de publicación y distribución de los textos de historia en nuestra provincia.Pero también me refiero a esto: hizo historia porque tuvo la capacidad de seducir -o espantar irremediablemente- a cualquiera que pudiera escucharlo. Se divirtió con todos, los de arriba y los de abajo, los muertos y los vivos; con él mismo en primer lugar. Fue generoso con quienes acudían con proyectos y gravitó entre les riojanes de una manera indiscutible, perforándolo todo con esa mirada implacable y esa lengua feroz que un poco camuflaba pero no ocultaba el amor divertido que sentía por La Rioja -amor o vaya a saber qué, pero divertido al fin. Así hizo historia, hizo política, fue editor, escribió y anduvo, anduvo, anduvo.Era un hombre grande y muy renombrado cuando, siendo aún una adolescente con pretensiones intelectuales, lo escuché por primera vez "revisionando" las hazañas de algún prócer a machetazos; ya era un viejo loco -con enorme amor lo digo- cuando empecé a frecuentarlo y compartir momentos inolvidables con él, con Martha y con su corte de irrespetuosos encantadores.Guardo en mi biblioteca varios de sus libros -que él siempre instaba a robar, era un gran promotor del robo de libros- y en mi memoria su recuerdo de gigante desvencijado, su forma de ser y de decir sin filtros, su voz y la música de las risas.Gracias, Miguel Bravo Tedin".
Una vida dedicada a los libros
A los 16 años, Miguel Bravo Tedín comenzó con el oficio de periodista en el Diario Córdoba, el Diario Orientación y Radio Universidad de Córdoba.
Su deseo por escribir sobre ciencia ficción, lo llevó a estudiar Geología e Historia. Interrumpió sus estudios de Geología cuando ganó una beca para periodistas latinoamericanos en España.
"Era la España del franquismo, de la miseria y de las putas", contaba. La describe como una etapa de vivencias hermosas y recuerda los cafés literarios y las entrevistas a grandes personajes como Alberto de Mendoza, Arturo Vallejo Vera y Ramón Menéndez Pidal.
En el 68' publicó su primer libro "Cuentos para leer y olvidar", una recopilación de los cuentos que había publicado en la Voz del Interior y otros nuevos.
Luego vino "La historia del barrio Clínicas", un libro que cobró gran repercusión por retratar la vida de los estudiantes, actores clave en el Cordobazo del 69'.
En el 71' ya había publicado tres libros con "Una docena de cuentos escritos". Ese año apareció la Revista Hortensia, un boom editorial que introdujo en Buenos Aires el humor cordobés y del interior del país. Él fue uno de sus fundadores.
Durante la última dictadura militar, eligió el exilio y volvió a Europa, esta vez junto a su esposa con quien años más tarde, se radicaría en La Rioja definitivamente.
Llegó en el año 81' y comenzó a trabajar en el Diario el Sol, Radio Nacional y el Archivo Histórico. "Me encantaba estar en el Archivo, pero como era habitual en mí, me echaron", afirma. De todas formas, recordaba esa época como una de las más fecundas. Trabajar en ese lugar, le sirvió para comenzar a escribir una larga lista de trabajos sobre la historia de la provincia. "Si bien pequeña, es quizás una de las historias más originales que hay en el país", sentenciaba Bravo Tedín.
Siempre inquieto, marcó tendencia en el ámbito cultural local, entre otras cosas, abriendo una de las primeras editoriales del interior del país: "Canguro". "Me fundí, pero me sirvió para comenzar a pensar en una Ley Provincial del Libro", contó en una entrevista concedida al sitio Puente Alado.
En el año 2003, a la par de su fundación, Miguel Bravo tedín fue colaborador de NUEVA RIOJA.
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