Con apenas 16 años recién cumplidos, Lucero Ruarte Alex Xavier es un ejemplo de esfuerzo, pasión y perseverancia. Nacido y criado en Desiderio Tello, una pequeña localidad del interior riojano que apenas supera los 800 habitantes y pertenece al departamento Rosario Vera Peñaloza, Lucero ha elegido un camino poco común para los jóvenes de su comunidad: el ciclismo.
“Desde que tengo memoria, mi papá me llevaba a ver carreras. Así fue como descubrí este deporte que hoy es mi vida”, cuenta Lucero. Subirse a una bicicleta, dice, es su manera de desconectarse de los problemas y conectarse con lo que más ama: pedalear. Y aunque ha ganado varias competencias y otras no, para él el verdadero premio está en participar, hacer amigos y aprender todos los días.
Detrás de cada carrera, sin embargo, hay un esfuerzo inmenso. El Ciclismo es un deporte costoso en todos los sentidos, y Lucero es el único joven de su pueblo —y del interior de Chepes— que lo practica de forma activa. Para costear sus viajes, inscripciones e incluso parte de su indumentaria, ha encontrado maneras creativas de generar ingresos: aprendió de su padre a sacar fotos deportivas en carreras de caballos, canchas de fútbol y rally, y con una pequeña colaboración de los participantes logra juntar dinero. Además, colabora con su familia en la organización de beneficios y realiza repartos cuando se necesita.
Su familia está compuesta por ocho integrantes: sus padres, Deolinda y Víctor, sus cuatro hermanas, su hermano y él, que es el cuarto hijo. Todos lo apoyan y acompañan como pueden, y su papá es su principal sostén en cada competencia.
En cuanto a su equipamiento, cuenta con la ayuda de personas que han creído en él: David Padilla, desde España; Gustavo Toledo, de Chamical; y Juan Vall, de la Capital riojana, quienes le han regalado indumentaria para que pueda presentarse en cada carrera. Pero aún le falta algo fundamental: su propia bicicleta de ruta. Actualmente compite con bicicletas prestadas por amigos, lo que muchas veces limita su entrenamiento y desempeño.
“Mi sueño es llegar a ser un ciclista profesional y representar a mi pueblo, mi provincia y mi querida Argentina”, afirma con convicción. Lucero pide una mano solidaria para poder alcanzar ese sueño. Su historia no solo refleja la realidad de muchos jóvenes del interior profundo que luchan por una oportunidad, sino que también inspira. Porque, como él mismo dice, “el objetivo es participar, hacer amigos y aprender del día a día.”
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