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Internacionales

La cruda confesión de un excirujano acusado de abusar de 300 menores: “Soy un perverso”

Durante el megajuicio, Joël Le Scouarnec admitió que también abusó sexualmente de su nieta. Se describió a sí mismo como “un buen cirujano” y un “perverso que no tenía ningún remordimiento”.

Desde fines de febrero, Joël Le Scouarnec, un excirujano acusado de haber abusado de a 299 pacientes en Francia, muchos de ellos menores de edad y bajo los efectos de la anestesia, comparece ante la justicia francesa en un nuevo megajuicio poco después del de las violaciones en serie a Gisèle Pelicot. El médico de 74 años dijo estar listo para “reconocer” algunas violaciones que cometió.

“Hoy me siento preparado para reconocer algunas violaciones que quise esconder, negar, estoy dispuesto a admitirlas, no miento más”, dijo el excirujano de 74 años, que días atrás confesó en pleno juicio haber también abusado de su nieta de seis años.

Le Scouarnec ya cumple una condena desde 2020 por abusar de cuatro menores, entre ellas una vecina y dos de sus sobrinas. Este martes, declaró que podía ser al mismo tiempo un “buen cirujano” y un “perverso que no tenía ningún remordimiento”.

“Mi actividad de pederasta era una cosa y mi actividad profesional, otra, y esta actividad de pederasta no tuvo repercusiones en mi actividad profesional”, afirmó de pie ante el tribunal penal de Vannes, en el oeste de Francia.

"Para algunas personas es incomprensible (...) ¿Cómo puede uno ser cirujano y al mismo tiempo cometer actos de agresión contra algunos de sus pacientes?”, se preguntó, asegurando después que “son dos cosas que se yuxtaponen”. “También fui ese cirujano que aprovechaba su estatus para abusar de niños” y mirar pornografía infantil durante la pausa del almuerzo en su oficina, admitió.

Los diarios del horror

Los investigadores descubrieron el horror tras su jubilación en 2017, cuando una vecina de seis años lo acusó de haberla violado y la policía encontró en su casa unos diarios íntimos en los que relataba con detalles cada uno de sus abusos y anotaba escrupulosamente los nombres de sus víctimas, lo que permitió que los investigadores pudieran rastrear su historial de agresiones.

Según estas notas, el entonces cirujano tocaba por la fuerza, penetraba y practicaba sexo oral a sus jóvenes pacientes cuando estaban bajo los efectos de la anestesia o en controles posoperatorios. Los abusos ocurrieron en una decena de hospitales entre 1989 y 2014, y pese a que había sido condenado a cuatro meses de prisión, con suspensión de pena, por posesión de imágenes pedófilas en 2005.

El hombre enfrenta 111 acusaciones de violación y 189 de agresión sexual, agravadas por el hecho de que abusó de su posición de médico y de que las víctimas eran en su gran mayoría menores de 15 años (256 de las 299). La edad promerdio de las víctimas era de 11 años, pero entre la multitud de hechos que se le atribuyen al médico figura la violación de un bebé de un año y una agresión sexual a un paciente de 70 años.

Junto a esos ficheros había unas 30.000 imágenes y videos. Además de una gran cantidad de imágenes pedocriminales, “pudimos constatar en los discos duros fotos y videos de todo tipo. Él miraba imágenes muy violentas, de ahorcamientos, de decapitación de personas”, declaró el director de investigación, que también mencionó videos de “actos de crueldad animal”.

“De forma bastante general, Le Scouarnec ha reconocido su implicación en muchos de los actos”, así como sus “estrategias de ocultación”, declaró el fiscal de Lorient, Stéphane Kellenberger, tras el cierre de la instrucción.

Pelucas, pañales y muñecas

El hombre, que en sus escritos se considera como un “pedófilo” perseguido por la sociedad. En su casa de la localidad de Jonzac, coleccionaba pelucas y decenas de muñecas, con las que practicaba actos sexuales, y tomaba fotos y videos de sus prácticas, también zoofílicas, escatofílicas, sadomasoquistas.

Según sus declaraciones, citadas por la acusación, el acusado exploró “lo más sórdido, lo más tenebroso” y se entregó “al mundo de la pedofilia”, creyéndose intocable.

Su exesposa dijo que “nunca” sospechó “nada”

Durante el juicio, la exesposa del cirujano francés, que estaba separada desde los años 2000 y se divorció de él en 2023, insistió en que nunca había tenido la menor sospecha de las tendencias pedófilas de su marido, aunque su excuñado la acusó de estar al tanto. “No hay nada que pudiera llevarme a pensar [eso]. Nada, nada, nada [...]Nunca tuve dudas”, declaró Marie-France, de 71 años.

“Joël está habitado por el diablo (...) y no sospechaba nada”, ya había declarado la mujer al diario Le Télégramme en 2019. La mujer aseguró que “nunca” sospechó de él, incluso si lo sorprendió “mirando de forma rara” a jóvenes vecinos.

En una anotación de 1996, Le Scouarnec escribió: “ELLA sabe que soy un pedófilo”, en una aparente referencia a su mujer. Dos hijos del excirujano contaron la devastación que el caso de su padre trajo a la familia. “Su perversión explotó como una bomba atómica en nuestra familia”, dijo ante el tribunal de Vannes su hijo mayor, de 42 años.

“No sé de dónde venía esa perversión. Ni siquiera la entiendo”, afirmó el hijo, que comparó a su padre con “el doctor Jekyll y el señor Hyde”.

Antecedentes familiares de abusos

En el inicio del juicio, Le Scouarnec reconoció haber cometido “actos abominables” y afirmó que quería “asumir la responsabilidad” por ellos, pese a ser “consciente de que estas heridas no se pueden borrar”.

Su propio hijo explicó el tribunal sus dificultades para encajar esas revelaciones con la idea que tenía de su padre. “Tengo esas imágenes en mi cabeza y las tendré para el resto de mi vida”, afirmó. El hombre de 42 años relató al tribunal que él mismo había sido violado y agredido sexualmente por su abuelo, el padre de Le Scouarnec, cuando tenía entre 5 y 10 años de edad.

Preguntado si el cirujano también fue abusado por su propio padre, él respondió: “Creo que sí, pero él siempre me dijo que no”.

Víctimas culpan al sistema por proteger a Le Scouarnec: “Ellos lo sabían”

Los abogados de las víctimas y de las asociaciones de protección de la infancia consideran que este caso pone de manifiesto los fallos sistémicos que permitieron a Le Scouarnec perpetrar sus crímenes.

“¿Cuántas personas sabían que era un pedófilo y le permitieron ejercer la medicina en contacto con niños?”, preguntó indignada una de las víctimas a la AFP. “Ellos lo sabían y nadie hizo nada. Quiero que sean juzgados”, agregó.

Frédéric Benoist, abogado de la asociación de protección de la infancia La Voix de l’Enfant, estima que el hecho de que nunca se prohibiera ejercer a Le Scouarnec pese a que fue condenado por posesión de imágenes de abusos de niños en 2005 y que algunos de sus jefes y el Colegio de Médicos habían sido informados de la condena es un “fracaso colectivo”.

FRANCIA ABUSO SEXUAL
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