Más de 20 trabajadores fueron despedidos de la ex curtiembre de Nonogasta, según confirmó el gremialista Federico Zalazar. La situación fue discutida en una asamblea realizada en la fábrica, donde se planteó la necesidad de que los empleados reciban las indemnizaciones correspondientes.
Según confirmó el gremialista Federico Zalazar, en un medio local, se espera que el próximo lunes comiencen nuevamente las actividades en la planta, aunque los operarios expresaron sus dudas sobre la viabilidad del proyecto. Según la información obtenida por los trabajadores, la empresa que retoma la actividad se dedica al curtido de cuero y ofreció contratos de solo dos años, lo que genera incertidumbre sobre su continuidad a largo plazo.
Actualmente, se estima que había aproximadamente 120 empleados en la fábrica. Sin embargo, algunos trabajadores consideran que, debido al estado de las máquinas, que en muchos casos estarían fuera de servicio, será difícil reactivar la producción en un período tan corto.
Por otro lado, algunos operarios señalaron que la industria del cuero en la región enfrentó dificultades en los últimos años, mencionando la salida de empresarios anteriores y la exportación de cuero crudo como factores que afectan la viabilidad de las curtiembres en el país.
Problemas de larga data
La empresa, que fue propiedad de la familia Yoma, tiene una larga historia de conflictos.
Funcionó con intermitencia durante muchos años, hasta que en 2022 un grupo empresario se hizo cargo de la administración luego del fracaso de inversores brasileños.
Desde el momento en que dio quiebra, en el año 2007, la empresa no pudo volver a estabilizarse. Hace tres años, el gobernador Ricardo Quintela tuvo una reunión con Oscar Ghezzi, nuevo dueño de la curtiembre. El objetivo de este encuentro fue asegurarle que en mayo de 2022 iba a estar funcionando a pleno, bajo el nombre Curtiembre La Rioja.
Y agregó: “Uno de los principales objetivos es exportar los productos a Europa, Estados Unidos y China, sin dejar de abastecer a empresas nacionales, como a los países que integran el Mercosur, en el rubro de marroquinería”.
En este sentido, el empresario indicó que tiene pensado “aprovechar la experiencia del personal que supo trabajar en la planta, y en el corto plazo generar más puestos de trabajo en función del incremento de la producción”.
Desde el año anterior, Quintela estuvo buscando una salida para la planta, luego de que los ex dueños brasileros abandonaran el lugar.
Con el nombre Bom Retiro SRL, los inversores brasileños llegaron un año después de la quiebra. Más tarde pasaron a denominarse Curtume CBR SA. Luego, la compañía entró nuevamente en crisis, los dueños brasileños se fueron y, el año pasado, el gobierno provincial tomó la decisión de expropiarla.
En la planta ubicada en Nonogasta trabajaban 800 personas y tenía una producción diaria de 5.500 cueros.
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