El comienzo de 2025 trae desafíos para el vino argentino con el riojano incluido. Así lo expresó el presidente de Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina) y presidente de CARPA (Cámara Riojana de Productores Agropecuarios), Mario González.
Desde la Cámara Riojana de Productores Agropecuario lo ataron a diversos factores que hacen caer las expectativas de venta tanto en el mercado interno como también el de exportaciones, pese a que esperan una cosecha “positiva”.
En ese contexto, sostuvo en declaraciones a Riojavirtual Radio que “estamos en los comienzos de la vendimia, se avizoraba una muy buena cosecha, se hablaba de un 9% (más que 2024), pero creo que será parecido al año pasado, quizás con un leve incremento. Esperamos una cosecha normal”.
Sin embargo, sostuvo que para el sector “será un año muy difícil el 2025, se darán varias situaciones conjugadas que nos generan mucha precaución. Principalmente porque la vitivinicultura está en un proceso de disminución en el mundo, entonces afecta el mercado interno y las exportaciones”.
“El consumidor está eligiendo bebidas más frescas, la gente está buscando ese tipo de consumo. Estamos haciendo mucho esfuerzo para poder adecuarnos y desmitificar el vino y sus características”.
Según el informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) sobre la comercialización de vinos y mostos en el mercado externo, Argentina exportó 12,2 millones de litros de vino en el primer mes del año, lo que representa 1,4 millones de litros menos que en enero de 2024.
La Rioja es la tercera provincia vitivinícola de Argentina, precedida por Mendoza y San Juan. Concentra el 3,6% del total de la superficie de vid y el 5% del total de viñedos. Se registran 7.210 hectáreas de vid en la provincia, distribuidas en 1.125 viñedos, siendo Chilecito el departamento con mayor presencia vitivinícola.
El tamaño medio del viñedo en la provincia es de 6,4 ha, inferior a la media país que se ubica en 9 ha.
La Rioja tiene diversificada su matriz productiva con superficie de uvas aptas para elaboración de vino y mosto (82,1%) y uvas para elaborar pasas (16,6%). La tendencia nos indica que existe una disminución en la superficie de variedades aptas para elaboración y un aumento de las uvas aptas para pasas. En los últimos 10 años, Flame Seedless y Fiesta (ambas aptas para pasas) son las variedades que más crecieron en superficie. También es la segunda provincia exportadora de pasa de uva, luego de San Juan, participando en el total país con el 8,6% y 9,3% en el volumen y valor FOB respectivamente. El precio medio por kilo de pasa de uva exportada es mayor al precio medio del total país.
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