En declaraciones radiales, Di Fiori explicó que desde la central obrera “se intentó abrir canales de diálogo con el Ejecutivo”, aunque definió al Gobierno como “cerrado y autoritario”. Detalló que el texto preliminar de la reforma contempla “aumento de horas laborales, pago de liquidaciones en doce meses y salarios diferenciados por empresa”, medidas que consideró “retrocesos inaceptables”.
“Una reforma no necesariamente es algo negativo, pero en este caso se traduce en menos derechos. Pretenden que las condiciones se negocien entre trabajadores y empresarios sin sindicatos, lo que deja a la gente indefensa”, sostuvo.
El referente gremial confirmó además que la CGT nacional definirá en los próximos días su nueva conducción, encabezada por Cristian Jerónimo, “un joven de 40 años con fuerza renovada”. Según anticipó, la nueva cúpula buscará reabrir el diálogo con el Gobierno para frenar el avance de la iniciativa.
Consultado sobre el rol del movimiento sindical, Di Fiori reconoció la necesidad de autocrítica dentro de la CGT: “Hubo una paz excesiva. No me ofende decir la verdad: estuvimos demasiado quietos, y eso generó incomodidad entre los dirigentes del interior”.
Con información de Radio La Ciudad
        
        
    
                
            
            
            
            
            
            
            
            
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