
El Papa Francisco fue considerado un hombre humilde y "de barrio" por su origen y estilo de vida. Nacido en Flores, un barrio porteño de clase trabajadora, vivió de manera sencilla y rechazando lujos. En el día de su muerte, cientos de fieles se acercaron hasta su casa para armar un santuario y homenajearlo con flores y ofrendas.
Jorge Mario Bergoglio nació en 1936 en Flores, rodeado de una familia humilde de inmigrantes italianos. Su papá era ferroviario, mientras que su madre, una ama de casa. De adulto, siempre mostró un compromiso con los más pobres visitando barrios marginales, manifestando cercanía con los sectores populares.
Dicha vivencia lo conectó con la realidad de la gente común y esa multitud es la que este lunes se acercó hasta la casa del Papa Francisco, ubicada en la calle Membrillar 531, donde vivió gran parte de su infancia y adolescencia, en el barrio en el que supo encontrar su vocación religiosa.
En 2014, la vivienda pasó a ser un sitio histórico por medio de una iniciativa impulsada por la Legislatura porteña. En la actualidad es identificada con una placa que dice "en esta casa vivió el Papa Francisco".
"Ya está con el Señor y va a encontrar la paz, se lo merece", expresó a Crónica una mujer que lo fue a despedir. "Hay que recordarlo con amor y sentimiento, es importante llevarlo en el corazón, él estuvo haciendo el bien acá en la Tierra porque Dios lo envió", añadió.
Consultado sobre el mensaje que dejó en el mundo, dijo que el recado importante es que "tratemos de ser hermanos", enseñando "lo que es el amor y la buena conducta, hacer el bien". "Dejó un legado en la Iglesia, Tenemos que estar unidos todos, y lo consiguió", agregó.
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