El Instituto de Servicios Ambientales (ISA) anunció la incorporación de nuevas técnicas de análisis aplicadas a la industria vitivinícola riojana, con el objetivo de reforzar la trazabilidad, la competitividad y el control de calidad de los vinos producidos en la provincia.
La medida fue comunicada el mismo día que el Gobierno nacional dispusiera la derogación de 973 normas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), bajo el argumento de “simplificar procesos productivos”. En el sector, sin embargo, surgieron advertencias por una posible pérdida de trazabilidad, uno de los pilares de la seguridad y reputación del vino argentino.
Desde el ISA explicaron que las nuevas metodologías abarcan análisis físico-químicos y microbiológicos, aplicables tanto a pequeñas bodegas como a grandes establecimientos, con el propósito de garantizar el cumplimiento de normas nacionales e internacionales de calidad y exportación.
El presidente del organismo, ingeniero Christian Albrecht, sostuvo que “esta puesta a punto de métodos analíticos representa un paso clave para garantizar la calidad y la trazabilidad del vino riojano, fortaleciendo una de las cadenas más emblemáticas de nuestra provincia”.
Además, destacó que el trabajo científico que impulsa el Instituto busca acompañar al productor local con conocimiento y tecnología, aportando datos verificables que contribuyan al desarrollo sustentable y a la inserción internacional de los vinos riojanos.
Contexto nacional
La resolución del Gobierno nacional generó debate en el sector vitivinícola. Si bien algunos especialistas consideraron que parte de las normas derogadas estaban en desuso y que la medida podría reducir la burocracia, también advirtieron que la desregulación fue excesiva.
Entre los riesgos señalados se encuentra la posible afectación de sistemas de control esenciales, como el registro de viñedos o el Sistema de Ingreso de Uva (SIU), fundamentales para asegurar la trazabilidad y autenticidad de los vinos argentinos.
En ese contexto, la iniciativa del ISA se interpreta como una acción preventiva del Gobierno riojano para sostener estándares técnicos y fortalecer la confianza en la producción local.
Con estas acciones, La Rioja busca consolidarse como una provincia pionera en innovación científica aplicada al sector vitivinícola, combinando desarrollo tecnológico y compromiso ambiental, en una coyuntura nacional que plantea nuevos desafíos para la industria.
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