Un grupo de trabajadores y trabajadoras de la cooperativa textil “Victoria” tomó este miércoles las instalaciones del taller en reclamo por sueldos adeudados desde hace hasta seis meses y condiciones de trabajo que califican como “clandestinas”.
Pablo Busquets, uno de los empleados, denunció que hay compañeros que llegaron a cobrar apenas $2.130 por dos meses de trabajo y que ninguno supera los $200.000 mensuales.
“Somos trabajadores en una cooperativa clandestina, en negro, hace meses. Nunca hubo básico, nunca hubo pago por producción ni nada claro”, expresó con firmeza Busquets, quien afirmó que las condiciones cambiaban constantemente a discreción de la dueña del emprendimiento.
De acuerdo a su relato, el personal cumple jornada completa de lunes a viernes, y eventualmente los sábados, en un solo turno. En el lugar se confeccionan prendas textiles como remeras, buzos, pantalones, camperas y mochilas. Sin embargo, los pagos se realizan de manera aleatoria y por montos irrisorios. “Ella misma prometió pagar un básico de $300.000 más producción. Nunca cumplió. Hoy hay compañeros con sueldos liquidados por $4.000 o $20.000 tras dos meses de trabajo”, indicó.
Los trabajadores decidieron tomar pacíficamente el lugar de trabajo y custodiar las prendas terminadas. “No se va a mover nada de acá hasta que se paguen los sueldos. No vamos a permitir que se lleven ni una prenda. Somos gente de bien, esto está resguardado.
Solo queremos cobrar lo que nos corresponde”, aseguró Busquets.
Según denuncian, la titular de la cooperativa no se presenta y ninguna autoridad oficial —ni siquiera de la Secretaría de Trabajo— se hizo presente en el lugar. Solo la policía acudió para garantizar que la situación no se desborde y oficia como nexo informal entre las partes. “Nos dijeron que como esto es una cooperativa, no aplican las leyes laborales. Pero ni siquiera estamos registrados como cooperativa ni como trabajadores en blanco. No somos monotributistas, ni nada”, aclaró.
Muchos de los trabajadores ya no pueden asistir por no tener dinero ni para el transporte. “Hay compañeros que vendieron su auto, su moto o su bicicleta. Otros sobreviven de prestado, fiado o con ayuda de familiares. Algunos no están hoy acá, pero nos apoyan desde sus casas porque no tienen ni para venir”, relató el trabajador.
El mensaje de los trabajadores es claro: exigen el pago inmediato de sus salarios adeudados y en condiciones dignas. “Queremos sueldos reales, no esta liquidación pedorra, disculpando la expresión. Nadie va a aceptar eso. No vamos a movernos hasta que aparezca la plata”, concluyó.
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