En el territorio riojano se distribuyen espacios de alto valor arqueológico, paleontológico y geológico, donde el tiempo puede leerse en capas, fósiles y formaciones naturales que narran millones de años de historia. La provincia también es reconocida por sus cielos privilegiados, con baja contaminación lumínica, que la convierten en un escenario ideal para la observación astronómica. Zonas como Famatina, Chilecito, Laguna Brava o Villa Unión se destacan como verdaderos observatorios naturales donde la experiencia nocturna se vuelve profunda y memorable.
A esto se suman ecosistemas de gran valor conservacionista, áreas protegidas, montañas, reservas y paisajes que permiten desarrollar actividades educativas vinculadas al ambiente, la biodiversidad y los procesos naturales. La observación de flora y fauna, las caminatas interpretativas y los senderos temáticos abren la puerta a conocer el territorio desde una mirada científica y respetuosa.
Todo este entramado convierte a La Rioja en un territorio fértil para experiencias inmersivas en ciencia, que permiten que quienes visitan la provincia no solo recorran paisajes, sino que también aprendan, interpreten, descubran y se conecten con el entorno de nuevas maneras.
Redacción: Carlos Riva - @soy.turistaenlarioja
Comentarios