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Sociedad A tener en cuenta. En el Centro de Salud del Barrio Antártida Argentina

Adultos mayores: "vivir dignamente no tiene edad"

Isabel Martínez reflexionó sobre esta franja etaria y sus posibilidades en el aislamiento.

Durante este tiempo de aislamiento siempre se hizo hincapié en la prevención de los adultos mayores. Y por ello es que la médica especialista en Salud Comunitaria y Social, Isabel Martínez reflexionó acerca de esta franja etaria, que muchas veces se la relaciona con "pasividad o improductividad". "Soy una convencida de que vivir dignamente no tiene edad, que la salud es un derecho humano fundamental y que trasciende lo meramente orgánico, todo a nuestro alrededor ayuda o desfavorece nuestro desarrollo", indicó la profesional médica.

"Si bien a lo largo de mi carrera profesional siempre me interesó trabajar con este grupo etario, mis diferentes funciones me llevaron a desenvolverme mayormente en la clínica. Hace varios años ejerzo mi profesión en el CAPS Antártida Argentina. Considero que hay experiencias fundantes que nos interpelan y nos obligan a replantear nuestro rol como agentes de la salud en la comunidad", aseveró, mientras que recordó una consulta de una adulta, que padecía diabates e hipertensión. "Cuando se acercaba al CAPS mas que recetas y medicamentos buscaba una mirada que no la evitara y se animara a escuchar", recordó.

"La comunidad demostraba una necesidad y debía ser satisfecha, los adultos mayores del Barrio Antártida eran una población vulnerable que quizá no estaba recibiendo la atención que ameritaba. Era momento de generar una estrategia superadora que los contenga, conserve y aumente su calidad de vida. Es entonces cuando nace la idea de hacer talleres para adultos mayores. En un principio invitábamos a quienes eran atendidos en el CAPS, luego también visitábamos las casas del barrio, identificando en cuales familias había mayores y les hacíamos llegar la invitación", afirmó.

"Nos juntábamos cada martes por la mañana a compartir cuatro horas que constaban de un desayuno a la canasta, un momento de taller de actividades como manualidades, tejido y pintura el cual era acompañado por una segunda etapa de bailes coreográficos adaptados para que todos pudieran realizarlo. De este modo cada semana éramos mas y el grupo se consolidó con personas de entre 40 y 92 años de edad. Al espacio le pusimos por nombre "Estoy aquí para ser feliz", ya que resumía lo que buscábamos. El entusiasmo era tal que hasta en días de lluvia no querían dejar de asistir, por lo que los buscaba en mi auto o el de alguna colega por sus casas para que no se perdieran la oportunidad de tener su momento de protagonismo en la semana", destacó la médica.

"De a poco fuimos experimentando salir del CAPS y vincular a los adultos mayores con la comunidad, de este modo, en algunas oportunidades las "Abuelas Cuentacuentos" visitaban el jardín de infantes del barrio, como también, realizábamos obras teatrales de promoción de la salud que presentábamos en el CEPAR NORTE, entre otros lugares", afirmó, mientras que relacionó que a fines del año pasado, tras jubilarse, no pudo continuar acompañando a los adultos mayores, "aunque los canales de comunicación continúan funcionando".

Sobre el contexto

"El fenómeno del "Aislamiento social preventivo y obligatorio", a causa de la actual pandemia Covid-19, les afectó fuertemente en el desarrollo de sus actividades diarias, como así también a nivel emocional, pero como acostumbramos, le buscamos la vuelta y no nos dejamos ganar", apuntó.

"Estar aislados no es fácil para nadie, mucho menos para los adultos mayores que de por si sufren la falta de oportunidades para involucrarse socialmente, razón por la cual, reactivar el grupo de WhatsApp que tenemos en conjunto fue indispensable. Muchos se preguntarán ¿y esto de qué sirve? Pero logramos hacer de él, el espacio más parecido a los talleres donde todos somos recibidos y siempre hay algo para conversar, donde no solo se trata de un intercambio de palabras,sino que de a poco, se fueron definiendo roles que definitivamente dan sentido a una parte del día a esas personas. De esta manera tenemos la amiga "despertador" encargada del mensaje de "Buenos días amigos" acompañada de alguna frase motivadora, también tenemos quien nos comparte sus recetas culinarias y nos enseña a cocinar con lo que tenemos en casa, por otro lado, está quien encontró su forma de pasar el tiempo mediante la confección de barbijos los cuales dona al CAPS del barrio, entre otros que creativamente buscan ocupar su tiempo y lo comparten con el grupo", aclaró.

"Cerca de finalizar la jornada comienzan a llegar los mensajes de "buenas noches" y los deseos de que el mañana sea un día mejor. Cabe destacar que, para ellos, vivir, compartir su espiritualidad y su esperanza en Dios, es fundamental, ya que mejora su visión del mundo y del momento por el que estamos pasando", aclaró.

"En momentos de tanta desmotivación como el que estamos transitando considero indispensable sembrar la esperanza mediante este tipo de procesos colectivos que ayuden a mirarnos desde el lado más humano, dignificando cada segundo de nuestras vidas que en definitiva a eso aspiramos quienes construimos la salud. Siempre hay una forma de gestar la esperanza, solo es cuestión de arremangarse y poner manos a la obra, porque, al fin y al cabo, estamos aquí para ser felices", reflexionó finalmente la médica.

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