Arrancó con los homenajes el diputado Eduardo Valdés, con una frase de Mafalda: "Paren el mundo que me quiero bajar", que es lo que debe haber pensado, dijo, el dibujante al dejarnos la semana pasada.
"Es un honor para mí homenajearlo, y al mismo tiempo me invade una tristeza", señaló el diputado del Frente de Todos, que reivindicó su extensa obra artística. "La virtud de Mafalda es que los italianos creen que es italiana; los franceses la sienten propia; en España es tal vez la tira más leída… Llegó a Estados Unidos, a China, a Japón", señaló, para agregar luego que "Mafalda es hasta hoy una de las historietas más reconocidas en todo el mundo y sus personajes son convocados para describir emociones y situaciones de la vida cotidiana".
Desde esa misma bancada, la diputada Estela Hernández reivindicó la "inclusión" a la que ayudó Quino, y reivindicó a su principal obra, Mafalda, a la que describió como "una nena de los años 70 que pudo ser democrática, rebelde, que pudo rebelarse a muchas cuestiones sociales y a través de esas maravillosas historietas hizo pensar a muchos y a muchas que algo distinto era posible. Y a partir de ahí hubo muchas luchas sobre la equidad, la diversidad, sobre el trabajo de las mujeres en la política, y todo esto se traslucía en la pluma de nuestro querido Quino".
La mendocina Marisa Uceda señaló luego que "hablar de Quino es hacerlo de los amores más profundos. Fue un mendocino, pero lo adoptó el mundo entero", remarcó, recordando que el dibujante "debió exiliarse en los años más oscuros de la Argentina, como tantos otros".
Su comprovinciana radical Claudia Najul dijo de Quino que fue "el mendocino más universal" y resaltó que su partida "logró aunque sea por un instante llenar de cariño y admiración esa grieta que tanto nos separa. Creo que puso en suspenso por un rato las diferencias que tanto daño nos hacen".
Comentarios