Tienen poco para reprocharse los dirigidos por Hernán Crespo, porque le jugaron de igual a igual a un pesado del continente -de ahí surgieron Pelé y Neymar- y fueron fieles a la idea que pregona el entrenador: juego asociado, ser protagonistas, sin importar la condición ni quién esté enfrente.
Después de un primer tiempo en el que con el cambio de golpe por golpe todo pude pasar (así como salvó Unsain y se lo perdió Soteldo, Hachen y Braian Romero tuvieron una chance cada uno), Defensa salió decidido en el segundo tiempo a buscar el triunfo. Y en una de las primeras veces que pudo profundizar, Rius abrió para Pizzini y su centro preciso desde la derecha encontró a Romero -se juntaron dos ex Independiente- listo para empujar la pelota. Fueron minutos de dominio visitante, donde incluso Isnaldo, casi mano a mano, se perdió el 2-0.
Sin embargo, lo que le faltó para plasmar la hazaña a Defensa fue inteligencia para aguantar el triunfo. O, incluso, no seguir atacando en el final, cuando el 1-1 lo clasificaba, porque Olimpia no podía ganar su partido... Pero quedó mal parado a los 91 minutos -en realidad, casi todo el partido defendió mal-, y el ingresado Lucas Braga asistió al purrete Marcos Leonardo (el delantero de 17 años había sido la última variante local) y no hubo "milagro deportivo", como había dicho Crespo que iban a intentar conseguir en la reanudación de la Libertadores, hace poco menos de un mes.
Allá por marzo, dos derrotas en el inicio de la Copa habían dejado último en la zona al Halcón. Dos triunfos -ante Delfín y Olimpia-, ambos como local, y otros resultados, lo reposicionaron segundo. Pero el equipo -rearmado durante la pandemia en un 80%- no hizo pie en Ecuador (0-3), Y este martes, se ahogó en la orilla: a los 94', Romero tuvo el 2-2 y no se le pudo dar.
El premio consuelo: este viernes en el sorteo, Defensa conocerá a su rival de la segunda fase de la Copa Sudamericana, y ya la semana que viene saldrá a jugar.
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