Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Cultura La columna de Paula

Salta, salta...¡Se gastó la cama elástica!

Hagamos un juego: vamos a saltar en una "cama elástica". Cada Salto significará para cada ser un logro; obvio al ser todos diferentes, cada logro será distinto. Pero habrá un factor común: ¿cuándo deberíamos dejar de saltar y salir de la cama elástic

Por Lic. PAULA MONSBERGER

Todas las personas, buscan de alguna manera alcanzar logros en su vida. Ya sea desde el punto de vista familiar, personal, laboral y comunitario, nos preguntamos: ¿qué significa lograr algo? ¿Y si lo hemos logrado, nos hace sentir bien? ¿Es lo que buscábamos? ¿Nos permite ese estándar de paz interior que anhelamos? ¿O nos permite crecer en todo sentido proporcionalmente al esfuerzo que hemos hecho y/o estamos haciendo?

Hagamos un juego: vamos a saltar en una "cama elástica". Cada Salto significará para cada ser un logro; obvio al ser todos diferentes, cada logro será distinto. Pero habrá un factor común: ¿cuándo deberíamos dejar de saltar y salir de la cama elástica para descansar? Saltar ininterrumpidamente sin concretar nada por causas externas a nosotros, puede llevar a cansarnos, estresarnos y/o desgarrarnos, ¿no es cierto?

Bien comenzó el juego: ¡Salta, salta, salta!

Primer salto: salto con esfuerzo, honradez y trabajo, porque desde pequeño me enseñaron el valor del esfuerzo, palabra y trabajo para alcanzar lo que deseamos; segundo salto: salto con motivaciones porque en el primer salto alcanzo lo que deseo y eso me da motivaciones para seguir adelante; tercer salto: salto por saltar, total todos lo hacen y yo no puedo quedar atrás; cuarto salto: salto por convicción de lo que hago, aunque sea contracorriente a los demás; quinto salto: salto por amo a los míos, a la familia, a los amigos, a mis tareas; sexto salto: salto con libertad y respeto, porque para lograr algo en comunidad con otros, en sociedad, necesitamos de la libertad individual y social y del respeto mutuo para hacerlo; séptimo salto: salto al vacío, a veces no encontramos la meta por la cual queremos dar ese salto, no porque no tengamos motivación o metas claras, sino por la ficticia realidad aparente del mundo circundante. Entonces saltamos anhelando un mundo mejor, un lugar mejor, un sueño mejor, un trabajo mejor y porqué no un yo, un todos, un nosotros mejor, una sociedad mejor. Entonces con gran esfuerzo seguimos saltando y es ese Octavo Salto; el Salto hacia Uno Mismo...es donde nos encontramos con sabores dulces y amargos, con alegrías y penas, con días y noches, con risas y silencios, con astucias y temores,  con corazón y mente...Y así, sigo enumerando saltos, que cada uno sabrá que significan.

¿Pero que pasaría si los elásticos de la cama estuvieran estirados, desgastados, casi rotos? ¿Que pasaría si los pilares que sostienen la cama, también se mueven de lado a lado, no permitiendo que los que queremos saltar firmes, concientes, libres y respetuosos del otro y del todo, no lo podemos hacer porque la cama elástica está a punto de vencerse?

Para algunos, saltar es la única manera que tenemos de poder lograr nuestras metas económicas y sociales, de ser productivos en nuestro trabajo y manutención diaria, de darle una calidad de vida a nuestros hijos para su porvenir. ¿No creen ustedes que si saltamos, saltamos y saltamos con la incertidumbre de no saber si obtendremos el costo-beneficio de ese esfuerzo proporcionalmente al mérito que nos corresponde, llegará un momento que gran parte de los que participan del juego de la cama elástica, pueden dejar de disfrutar el proceso en sí mismo y ya no seguir saltando?  Sería como tratar de llegar al castillo de Kafka, que en ese proceso de querer llegar el sinuoso camino lo impide..

Pero también la gran cantidad de saltos improductivos, implicarían un gran esfuerzo físico y por ende pueden resultar desgastantes y estresantes. Empezamos a notar a lo largo del juego que nuestro cuerpo ya va doliendo, que nuestras piernas están cansadas, que nuestra mente no está en paz, que nuestra salud en general se va deteriorando y por ende nos damos cuenta que en ese proceso de saltar y saltar, nos perdimos de estar con nuestra familia y seres queridos, y también con nosotros mismos. Y comenzamos a darnos cuenta que cada salto ya no nos da la felicidad que esperábamos y que esta también dura menos tiempo. 

Pero el juego sigue y tal vez para vos yo voy perdiendo o ganando. O tal vez para mí vos vas perdiendo o ganando. O tal vez para otros nosotros vamos perdiendo o ganando. ¿Qué debemos hacer? ¿Seguimos saltando y saltando hasta que la cama se rompa, o hasta quedar exhaustos, o damos un salto fuera de la cama elástica, poniendo nosotros mismos, fin al juego?

Esa respuesta no me pertenece. Esa respuesta la sabe cada uno. Dependerá de...¡Fin del Juego!

¡Hasta la próxima Columna Amigos!

PERFIL. Paula Monsberger es: Magister en Relaciones Internacionales. Lic. en Ciencia Política, Relaciones Internacionales y Comercio Internacional. Profesora de Alemán. Maestra en Declamación y Recitado. Conductora de Radio y TV. Actriz.

Comentarios

Últimas noticias

Te puede interesar

Teclas de acceso