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Fascinados por Maradona

"...Creo que Maradona hubiera aceptado de buen grado que le colocaran cámaras permanentes como al personaje de la película The Truman Show; cámaras que grabaran su vida, sus actos, sus palabras..."

Por ROBERTO ROJO

Fascinar: Ejercer [una persona o una cosa]una atracción irresistible en alguien por sus cualidades extraordinarias.

Diego Armando Maradona suscitó múltiples fascinaciones, en el mejor y en el peor sentido. En los últimos tiempos fascinaba el Maradona-Truman Show, es decir la exposición impúdica de su día a día, particularmente en la televisión argentina, que reproducía una especie de reality con muchos extras: novias, ex novias, amantes, hijos legítimos y extra matrimoniales, amigos y ex amigos y varios etcéteras…

Creo que Maradona hubiera aceptado de buen grado que le colocaran cámaras permanentes como al personaje de la película The Truman Show; cámaras que grabaran su vida, sus actos, sus palabras… 

Sus palabras. Hay varias frases de Maradona incorporadas al lenguaje popular; tenía en este sentido ocurrencias felices. Y en otro sentido decía lo que quería a quien quería, sin frenos, sin inhibiciones de ningún tipo, cosas que los simples mortales callamos por respeto, por cobardía, por conveniencia…

DIEGO, FASCINADO POR MARADONA

Diego, el pibe humilde de Villa Fiorito, el fenómeno que debutó casi niño en la primera de Argentinos Junior, quedó fascinado para siempre con el personaje Maradona. El inolvidable Roberto Perfumo decía: En la vieja Roma, cuando un emperador triunfante entraba en la ciudad, había un tipo en el carro encargado de recordarle que era humano… Con Diego fue al revés, desde los quince años siempre hubo alguien que le dijo que era Dios…

A Diego lo devoró el personaje, decían y dicen muchas personas que lo conocieron. Se podía llegar a la misma conclusión sin necesidad de conocerlo personalmente. Maradona se tomaba muy en serio, tenía una actitud solemne ante sí mismo, grave, con tendencia al dramatismo. Roberto Sánchez, Sandro, separó muy bien su vida pública y su vida privada. Solía bromear con su personaje público, símbolo sexual, seductor, una verdadera estrella de la canción. Sandro sabía que la fama es puro cuento, y llevaba una vida privada tranquila y plena lejos de la mirada de periodistas e intrusos varios… 

Maradona no quiso, no pudo o no supo resguardar su vida privada. La fama planetaria le dio poder, influencia y una visibilidad insólita. Excesivo, desbordado, descontrolado, parecía que siempre estaba librando batallas. Tenía abiertos muchos frentes de conflictos simultáneos, y no rehuía a ninguno. 

MARADONA, FASCINADO CON LOS RELATOS

Me dice mi amigo Alberto S. que Maradona era para la construcción de relatos tan hábil como en la cancha. Y agrega: Era un gran actor, siempre en pose, hasta para patear un tiro libre. Recordé entonces la reflexión de un pensador que se refería a cierta clase de personas: Son actores de su propio ideal. Diego actuaba, en efecto, pero con un poderoso relato que origina el mito: el chico humilde que cumple el sueño de ser campeón del mundo siendo la figura excluyente. De la villa miseria al escaparate del mundo. El Diego del pueblo, de la gente.   

Desde ese relato fascinante y originario derivan todos los demás hasta sus posiciones políticas de izquierda, con la amistad de Fidel y el tatuaje del Che Guevara, el sindicato mundial de jugadores y otros reclamos reivindicativos contra el sistema, contra la FIFA y demás. 

Un director técnico portugués de cuyo nombre no me quiero acordar dice que nadie como Maradona tuvo más pasión por el fútbol. De paso este portugués descalifica a su compatriota Cristiano Ronaldo y a Messi: Cristiano muy poquita pasión, Messi nada. Es decir que el técnico portugués se compró el relato de Maradona ama el fútbol como ninguno. A favor de Diego hay que decir que tuvo varias pasiones, en tanto que Cristiano y Messi parecen monotemáticos: hace más de quince años sólo se dedican al fútbol con un profesionalismo extraordinario. ¿Se puede trabajar en la elite durante más de quince años sin amor? Maradona se reprochaba a sí mismo por las adicciones que lo alejaron del fútbol y pedía disculpas por no haber dado todo lo que podía dar... 

EL MUNDO, FASCINADO CON EL "MONO" MARADONA

La religión del fútbol, en poco más de cien años, se extendió por casi todo el planeta, más que la iglesia católica y otras iglesias masivas. Con sus rituales, sus misas en grandes estadios, sus transmisiones televisivas a todo el planeta, sus grandes y pequeños dioses, sus grandes y pequeños negocios…

La fascinación por la esfera, diría mi amigo Carlos Alanís, por la pelota, verificada en diversas culturas como la china y la azteca, explotó con el invento inglés. Fascinación global por el globo que alguien tiene que explicar, si es factible. Y la globalización se consolidó con los medios de comunicación. Pelé estaba en las revistas deportivas, y en consecuencia es una figura borrosa, sostenida por fotos y artículos periodísticos, pero Maradona es el héroe de la era de la televisión. El mundial de Argentina, año 1978, inaugura la televisión a color. Maradona es la figura global deportiva de los años ochenta, Michael Jordan de los noventa. 

Solíamos decir en conversaciones familiares: Maradona es al mundo lo que el Mono Gatica fue para Argentina. (Ver película de Leonardo Favio). Ambos personajes tienen muchas similitudes: origen humilde, ídolos populares, desacomodados con el mundo, extravagantes, contradictorios, decadencia deportiva, estragos físicos, fascinantes por sus virtudes y defectos. Gran adhesión popular en la vida y en la muerte.

FASCINADOS CON EL JUGADOR

Las primeras noticias que tuve de Diego Armando Maradona fue temprano, año 1974, cuando mis hermanos y los amigos del barrio volvieron de Río Tercero, de los campeonatos Evita, donde compitieron en básquet defendiendo al glorioso Club Independiente. Contaban maravillas de los "Cebollitas" y, por supuesto, de un changuito que juega como nadie –todavía no se decía chico-.  

¿Qué contaban? Que los Cebollitas eran maravillosos; que jugaban muy bien en equipo y que Maradona y Polvora –apodo de un wing izquierdo muy rápido y hábil que era como Caniggia pero que nunca llegó a primera-, se cansaban de hacer goles; que donde jugaban los Cebollitas había una multitud mirando; que Diego se pasaba todo el día pateando la pelota contra los frontones… Varios se sacaron fotos con la estrella naciente…

La segunda noticia de Diego fue en la revista El Gráfico. Contaba que en un partido aburridísimo lo mejor había sido el chico que hacía malabares con la pelota en el entretiempo. Se llamaba Diego Armando Maradona. La tercera noticia fue al poco tiempo, cuando debutó en la primera de Argentino Junior.

Antes de la irrupción fantástica de Maradona era muy común que los periodistas, en parte para vender y en parte porque lo creían, calificaran de "Pelé blanco" a jugadores de esta etnia que prometían… Con Maradona pasó a retiro esa expresión, Maradona era Maradona, alguien incomparable, único e irrepetible. Maradona desplazaba a Pelé y se convertía en el Papa –o Jesucristo- de esa religión fanática y extendida por el mundo…

Roberto el Negro Fontanarrosa decía que Maradona era uno de los pocos 10 que Argentina podía exhibir al mundo. Otro era Borges y unos pocos más y pará de contar. Alcanzó la excelencia en junio del 86, con la conquista del campeonato del mundo y sus goles maravillosos y reivindicativos a los ingleses. 

Maradona nos redimía.

EL AUTOR. ROBERTO ROJO. Profesor de Historia y Educación Cívica egresado del Instituto de Estudios Superiores "Albino Sánchez Barros", La Rioja. Licenciado en Historia Egresado de la Universidad Nacional de Catamarca (UNAC). Publicó los siguientes libros: Noticias del periodismo riojano (1991); Héroes y cobardes en el ocaso federal (1994); El bello arte de robar (1996); Y Galileo tenía razón, en coautoría con el profesor Carlos Alanís (1999); Angelelli, la vida por los pobres (2001); Queridos maestros ¿Apóstoles o trabajadores? ¿Víctimas o impostores? (2003); El Divino Joaquín. Vida y obra de Joaquín V. González (2005); Ética y comunidad. Texto pedagógico destinado al Polimodal (2006). Otras publicaciones: Vida y muerte de los caudillos riojanos (folleto); numerosos artículos periodísticos sobre arte, literatura e historia.

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