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Policiales

El día a día de los rugbiers en la cárcel: libros, cigarrillos y un pastor

Los ocho detenidos están "bastante adaptados" a la vida en el penal, según confiaron fuentes del Servicio Penitenciario bonaerense a TN.com.ar. Reciben visitas, leen y cuentan con asistencia espiritual. Cómo es la relación con los otros detenidos.

Poco quedó de aquellos cuerpos, en su mayoría robustos, exhibidos en las fotos que se conocieron los primeros días después de haber asesinado a golpes a Fernando Báez Sosa. Tras un año de encierro en la alcaidía 3 de Melchor Romero, en La Plata, la rutina de los rugbiers pasa por otro lado: leen, fuman y suelen recibir asistencia espiritual de parte un pastor.

Máximo Thomsen (20 años), Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (19), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20), Matías Benicelli (21), Blas Cinalli (19) y Ayrton Viollaz (21) cumplen actualmente prisión preventiva, acusados de "homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas", por el brutal ataque en manada ocurrido en la madrugada del 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell.

El 17 de noviembre concluyó la etapa de instrucción llevada adelante por la UFI 6, a cargo de Verónica Zamboni. Ese día, la fiscal requirió al juez de Garantías, David Mancinelli, que los ocho rugbiers vayan a juicio oral. Los dos restantes que estuvieron en la discoteca la noche del crimen, Alejo Milanesi (19) y Juan Pedro Guarino (19), pasaron tres semanas en la cárcel, luego se les redujo la carátula a "partícipes necesarios" y, al no probarse su participación en el crimen, finalmente fueron sobreseídos. El magistrado debe definir la fecha de inicio del proceso que puede derivar en la prisión perpetua para los detenidos, aunque se especula que no será antes de julio o agosto.

Los acusados cuentan 365 días tras las rejas, alojados en un mismo pabellón y en calabozos de tres metros por tres, con dos camas y un baño. Recuperaron el ánimo desde que se levantaron las restricciones impuestas a raíz de la pandemia y pudieron volver a recibir visitas: cada semana, familiares y amigos les llevan libros, ropas, alimentos, elementos de higiene, yerba y cigarrillos.

Varios matan el tiempo tendidos en sus camas leyendo y tomando mate. No hacen terapia psicológica, pero sí hablan seguido con uno de los pastores que suele acercarse a los reclusos.

En un intento por recuperar parte de la rutina trunca de sus épocas como deportistas en el club Náutico Arsenal Zárate, algunos hacen abdominales y trotan en las salidas diarias al patio, donde también se reúnen para conversar y tomar sol.

No tienen contacto con otros presos: el riesgo de ser agredidos persiste y todavía cuentan con custodia especial. Incluso, antes de ser trasladados al penal, circuló un video donde eran amenazados. Sin embargo, como le confiaron a TN.com.ar desde el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), mantuvieron conversaciones rejas de por medio con otros detenidos y "hubo buena relación".

"La verdad es que se los ve bastante bien adaptados. Y tienen buen trato también con el personal penitenciario", agregó la fuente. Los rugbiers cumplen con el régimen de la unidad carcelaria de un modo similar al resto de los reclusos: comen los mismos alimentos y duermen en los mismos colchones. La única diferencia reside en los horarios de salida al patio.

El rol de cada rugbier en la golpiza que terminó con la vida de Fernando

Máximo Thomsen

Tiene 20 años, es el líder del grupo y uno de los más complicados en su situación procesal: las pericias apuntan a que fue quien le dio la patada mortal a Fernando. Según el estudio escopométrico, una huella identificada en el rostro del joven asesinado correspondía con la impronta de las zapatillas que el imputado utilizó ese día.

Como deportista, "Machu" -así lo apodan- era el más destacado entre sus compañeros. Al igual que ellos, se formó como rugbier en el Arsenal Zárate Rugby y desde 2017 jugaba en el Club Atlético San Isidro (CASI), pero fue suspendido como socio tras conocerse su detención por el crimen. Estudiaba en un profesorado de educación física y aspiraba a ser kinesiólogo de alto rendimiento.

Los videos que se viralizaron horas después del asesinato lo muestran en la escena del crimen, caminando nervioso de bermudas y camisa desabrochada, mientras Fernando, a sus espaldas, estaba tendido en el suelo.

Ciro Pertossi

Tiene 20 años y es otro de los acusados más comprometidos en el expediente: al menos tres testigos lo reconocieron como quien "le pegó a Fernando en la cabeza, cara y pecho cuando ya estaba en el piso". Una cámara de seguridad lo capturó mientras se chupaba los dedos con sangre al ser interceptado por personal policial.

Casi una hora y media después del ataque, escribió en el grupo de WhatsApp que compartía con el resto del grupo: "Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie". Según la fiscal Zamboni, "esta conversación podría tratarse de un planteo o pacto para guardar silencio entre ellos mismos sobre lo sucedido; corroborando ello la participación de todos en el hecho, como así también la total premeditación". Es hermano de Luciano Pertossi y primo de Lucas Pertossi, otros dos detenidos por el asesinato.

Lucas Pertossi

Tiene 21 años y es el mayor del grupo. La fiscalía determinó que registró con su iPhone la secuencia del ataque, desde que fueron expulsados del boliche hasta que él mismo dejó de grabar la golpiza para agredir a un amigo de Fernando. Diez minutos después del ataque, envió un audio al resto de la banda: "Estoy acá cerca donde está el pibe y están todos ahí a los gritos, está la policía, llamaron a la ambulancia. Caducó". Es primo de Luciano y Ciro Pertossi.

Luciano Pertossi

Tiene 19 años y es el menor de los imputados. Testigos del expediente lo reconocieron como uno de los atacantes de Fernando y distintas filmaciones lo muestran en la escena del crimen. Es hermano de Ciro Pertossi y primo de Lucas.

Matías Benicelli

Tiene 21 años. Una serie de cotejos de ADN determinaron el hallazgo de sangre de Fernando en su camisa. Además fue señalado como partícipe del crimen por diferentes testigos: uno lo acusó de haber sido atacante directo de Fernando, otro lo observó agrediendo a un amigo del joven asesinado y un tercero declaró que también fue arengador, y que le gritaba insultos y amenazas a la víctima.

Le abrió la puerta a la Policía a las 10.30 de aquel 18 de enero, luego de que se ordenara la aprehensión de los rugbiers en la casa que alquilaban en Villa Gesell.

Enzo Comelli

Tiene 20 años. Según consta en el expediente, al ser detenido presentaba un "hematoma sobre el labio inferior". La fiscalía lo acusó de haber atacado "premeditadamente" a Fernando.

Los investigadores establecieron además que fue quien "le propina en la secuencia fílmica golpes a otros sujetos masculinos que se encuentran en el piso y luego observa de cerca la golpiza que recibe la víctima".

Blas Cinalli

Tiene 19 años, es el segundo más joven del grupo y las pruebas que forman parte del expediente lo sitúan como "agresor directo de Fernando". Material genético compatible con el suyo fue encontrado en la uña del dedo meñique de la víctima, quien lo habría lastimado al intentar defenderse.

En el requerimiento para la elevación a juicio se constató que "golpea a unos sujetos que se encuentran en el piso".

Ayrton Viollaz

Tiene 21 años y es el único del grupo que no tenía teléfono celular: lo había vendido para juntar dinero y poder viajar con sus amigos. Según la fiscalía, existen pruebas que lo ubican junto a Fernando "pudiendo quizás tratarse de un agresor directo".

Varios testigos lo señalaron como arengador. Y aparece cerca de Thomsen en la puerta del boliche en los videos que se viralizaron horas después del crimen.

Alejo Milanesi

Tiene 19 años. Fue detenido junto al resto de sus amigos, pero recuperó la libertad tres semanas después por falta de mérito y el 17 de noviembre, la fiscal Zamponi solicitó su sobreseimiento. En el documento donde la fiscal solicitó la elevación a juicio se indica que "se halla en una zona más alejada del altercado".

Sin embargo, Fernando Burlando y Fabián Améndola, abogados de la familia Báez Sosa, alegaron que la eventual responsabilidad de Milanesi en la "coautoría funcional" del crimen debe definirse en un proceso oral.

Juan Pedro Guarino

Tiene 19 años. Fue apresado junto a los otros rugbiers, pero al igual que Milanesi, fue excarcelado por falta de mérito tres semanas después del asesinato. Estaba imputado como "partícipe necesario", pero la fiscal pidió su sobreseimiento.

El "sospechoso N°11"

Identificado como "TC", nunca fue detenido ni imputado. No alquilaba la casa en Villa Gesell junto al resto del grupo, sino que había viajado con sus padres a la ciudad balnearia y la noche del crimen estaba en el boliche. Tras un análisis de las cámaras de seguridad de la zona y de testimonios, se confirmó que salió de Le Brique 11 minutos después que el resto de los imputados. "Solo observa todo lo sucedido (el cual no resulta imputado en autos, ni ha sido identificado durante la investigación como agresor)", describió la fiscalía sobre su participación.

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