por SEBASTIÁN BERTOLOSSO IG: diversy.sb
Foo Fighters y su compañía discográfica tenían la idea de lanzar su nuevo trabajo de estudio, Medicine At Midnight, al mismo tiempo que tuviera lugar el regreso de la banda a los tours mundiales, pero como ya todos saben llego la pandemia del Covid para cambiarlo todo, y la incertidumbre se adueño del planeta entero incluida obviamente la agrupación liderada por Dave Grohl, razón por la cual hubo que cambiar todo lo que estaba planeado y buscarle un nuevo sentido.
De este modo, los Foo Fighters se aggiornaron a los nuevos tiempos pandémicos y fueron lanzando uno a uno los primeros tres singles de adelanto de la placa que en un primer momento desconcertaron a sus fans, ya que si bien tenían una fuerte nueva impronta sonora, en un primer momento no fue del agrado de todos y se genero una intensa ola de debates acerca del nuevo rumbo. Para colmo, apareció el bueno de Grohl aclarando públicamente que su principal influencia al momento de meterse en el estudio fue David Bowie en la época de Let's Dance, recordemos que ese disco fue con el que el Duque Blanco se propuso determinadamente volver al mainstream luego de su arriesgada aventura sónica de la trilogía de discos grabados en Berlín y también con Scary Monsters de 1980. "Quisimos hacer un disco muy divertido" asevero el otrora baterista de Nirvana y actual líder, guitarrista y cerebro creativo de Foo Fighters, proyecto que si tiene un rasgo distintivo es el de cambiar en cada nuevo álbum ya sea en lo sonoro pero sobretodo en cuanto a nuevas y originales formas de difusión y de grabación de sus placas, basta recordar la aventura de Sonic Highways que incluyo una serie documental con la cadena HBO en 2014 o el registro del mejor disco de su carrera Wasting Light de 2011 en donde descartaron todas las posibilidades de trabajar en los mejores y mas caros estudios del mundo para recluirse en la casa de Dave Grohl y grabarlo en forma analógica en su garaje, de hecho como souvenir la placa trae en su interior un extracto de las cintas originales utilizadas en el proceso. En este nuevo álbum, el décimo de Foo Fighters la cosa pasa por otra lado, es divertido y optimista por naturaleza, con nuevos matices sonoros con una fuerte impronta funk y si también pop, aunque con el ADN típico de la banda que suena ajustadisima y que no abandona sus raíces alternativas made in Seattle de los 90.
Desde la apertura con "Making a Fire", queda claro que por lejos es lo mas optimista que han hecho a la fecha, en donde Grohl dirige un zigzagueante riff de guitarra que va in crescendo junto con un coro de mujeres, lideradas por su hija Violet que canta un alegre estribillo "na-na-na", junto con aplausos góspel y que todo en su conjunto hace que la banda suene revitalizada y entusiasta al mismo tiempo.
Luego sigue Shame Shame, que fue su primer corte promocional, donde nos encontramos con un hipnótico beat de batería, producto del trabajo conjunto con Omar Hakim, quien fuera uno de los bateristas de Bowie en Let's Dance quien participa en la percusión, y que además colabora en otras canciones, y si bien tiene un sonido distinto al habitual, al momento de llegar al estribillo aparece el sello épico de la banda.
En tercer lugar, llega el turno de CloudSpotter, un gran tema con una base de batería bien funky acompañada de cencerros y otros elementos de percusión que luego comienza a ganar en intensidad hasta llegar a esa distorsión y explosión tan característica del grupo. Luego aparece "Waiting on a War", que es una balada más bien oscura al principio, inspirada en las preocupaciones de su hija Harper sobre una posible guerra, aunque luego hacia el final del tema aparece la pirotécnica batería de Taylor Hawkins para cambiarlo todo y devolver el optimismo.
Sin lugar a dudas uno de los momentos claves del disco llega con la canción que le da su nombre, Medicine at Midnight, el mas funky de todos y con un resultado muy logrado donde todos los miembros de la banda suenan muy ajustados pero una vez mas el que se luce es el bueno de Taylor con una muestra notable de su groove en la batería que tiene en esta ocasión una fuerte impronta del Duque Blanco o también de los Rolling Stones mas funkys de los 70.
Para devolver el espíritu mas rockero de sus orígenes, llega uno de los momentos más refrescantes, en No Son of Mine que es un potente y demoledor homenaje a Lemmy Kilmister de Motörhead donde las distorsiones, percusiones y tambores frenéticos y los característicos gritos de Grohl se adueñan de la canción. A continuación llega el turno de Holding the Poison quizás la mas floja del disco, no tanto por su calidad sino por su similitud a trabajos anteriores de la banda ya que parece salida de algún demo de sus primeros discos.
Ya en el tramo final, nos encontramos con la balada Chasing Bird que aparece para ofrecer un poco de calma sonora ante tanto ritmo y potencia, para acercarse más hacia un aura cercana a The Beatles, lograda con una suave combinación de acordes y una brillante melodía. Y para cerrar a toda orquesta llega a mi entender la mejor canción del disco Love Die Young, dueña de una critica y acida letra al amor y que es acompañada de un sonido rock pop alegre que remite a The Killers y a quien domina toda el aura de la placa, el ya mencionado David Bowie.
En síntesis, en Medicine at Midnight estamos ante un gran disco que se termino de grabar antes de la pandemia de Covid-19, lo que puede explicar un poco su estado de ánimo divertido, alegre y optimista y aunque en esta oportunidad se incluyen nuevos ritmos y paletas sonoras nunca antes incursionadas por Grohl y los suyos, parece ser que aunque por más que intenten una y otra vez hacer algo que nunca hicieron, no pueden dejar ser ellos mismos. Lo cual después de todo no tiene nada de malo, al contrario se mantienen fieles a sus raíces y respetando su impronta distintiva.
Artista: Foo Fighters
Álbum: Medicine At Midnight
Fecha de Lanzamiento: 5 de Febrero de 2021
Duración: 36:32
Producción: Grey Kurstin
Sello discográfico: RCA Records - Rosewell Records
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