El hombre se había vuelto un fantasma. Y, a la vez, era una obsesión para los investigadores. Sobre todo por la forma en que se había escapado y por la manera en que había desaparecido de los lugares que solía frecuentar. Lo buscaron en su casa y nada. Lo rastrearon en los hogares de familiares, de exparejas, de amigos y compinches del delito. Se tumbaron varias puertas de aguantaderos. Y nada. Nada de nada.
Leandro Oscar Guillermo Luna (30), el preso que se había fugado de las narices de la Policía y a las corridas de los Tribunales II de Córdoba, se había vuelto un completo, un absoluto fantasma.
Sin embargo, un grupo de investigadores policiales se puso la misión de su recaptura como un objetivo a cumplir a toda costa.
Así fue que, a la par de que se hacían averiguaciones, se montaban sigilosos "aguantes" en distintos domicilios y zonas de Capital.
El trabajo silencioso finalmente dio sus frutos: Luna, el fugado hace casi dos meses de los Tribunales II de Córdoba, fue recapturado este domingo en barrio Yofre.
El fugitivo había ido a saludar a su pequeña que cumplía 5 años.
No está claro si lo atraparon cuando llegaba o cuando se iba de la fiestita de cumpleaños. Lo concreto es que, tras una persecución, donde hasta hubo una colisión, el fugitivo fue cercado y otra vez esposado.
Por seguridad, personal del grupo Eter esta vez quedó a cargo de su custodia y traslado. Fue llevado a Jefatura de Policía y luego a la Cárcel de Bouwer. "A este tipo lo va a custodiar el Eter. No queremos más sorpresas", expresó una fuente policial.
Cabe citar que por la fuga del preso un efectivo de la Policía fue imputado por el delito de evasión culposa (imprudencia), por orden del fiscal José Mana.
Este policía (Brian Bringas) estaba a cargo del cuidado del delincuente cuando pasó todo.
¿Y cómo fue todo?
Escape a la corridas
Todo se produjo el pasado sábado 12 de junio a la tarde.
Leandro Luna había sido detenido, junto con otros tres secuaces, tras un robo domiciliario ocurrido en el barrio Nuevo Jardín, en la franja sur de la Capital de Córdoba.
La banda había entrado a robar a una vivienda que se encontraba sin moradores y se apoderó de electrodomésticos y de distintas pertenencias. Hicieron lo que en la jerga se conoce como un "escruche".
Un llamado alertó a la Policía sobre el robo y algunas patrullas acudieron.
Tras una breve persecución, los sospechosos fueron detenidos a bordo de un Ford Focus blanco que tenía pedido de secuestro por otro robo.
Hubo cuatro detenidos, de 20, de 30, de 33 y de 40 años. Se les halló un revólver cargado, se informó oportunamente en la Policía.
Al tratarse de detenidos in fraganti, fueron derivados de inmediato a Tribunales II, donde funciona la Unidad Fiscal de Atención Inmediata (Ufai).
Los móviles con los policías y los detenidos ingresaron y se quedaron en el estacionamiento interno, donde supuestamente hay más uniformados, a la espera de entregar el procedimiento.
El procedimiento consiste en una revisación médica y luego los acusados son llevados a la Alcaidía subterránea, donde, a través del sistema de videollamadas, son entrevistados por un funcionario judicial a quien le brindan sus datos.
Todo esto no llegó a hacer Luna.
Mientras estaba dentro del patrullero, rompió la puerta del lado de adentro y logró salir corriendo, según la versión dada inicialmente.
Una filmación de una cámara de seguridad captó cuando el fugitivo huyó corriendo ya sin esposas.
Incluso, se lo ve saltar un muro y ganar la calle. Luego, desapareció.
No fue una fuga prearmada o con cómplices afuera esperando.
La causa prosigue por parte de los pesquisas policiales y judiciales.
En la fiscalía de Mana, donde se dispuso la imputación de evasión culposa al policía Bringas, se continúa con la investigación para determinar todos los aspectos que rodean el bochornoso escape de junio.
La causa de la recaptura quedó en manos de otra fiscalía.
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