Platense dio el gran golpe en el Cilindro de Avellaneda y se impuso por la mínima diferencia ante Racing en la décimo sexta fecha de la Liga Profesional. El único gol del partido lo anotó Hernán Lamberti a los 68 minutos de juego con un remate desde afuera del área que se desvió en el camino y desvirtuó los planes de Gabriel Arias.
El envión anímico una semana después de haber dejado atrás una racha negativa de ocho partidos sin ganar no le sirvió a la Academia para imponerse en el ante su gente. El equipo de Claudio Úbeda volvió a desnudar falencias en la elaboración, está lejos de tener una actitud revolucionaria y sigue sin encontrar el rumbo correcto. Platense tuvo el mérito de animarse un poco más y se llevó tres puntos vitales para alejarse de los promedios.
Si bien el local había tenido un primer tiempo con una leve superioridad, se mostró impreciso para terminar las jugadas y no pasó del cero. El local arrancó trabajando el partido con paciencia, intentando avanzar bajo el dominio de la pelota y, a los 17 minutos, Tomás Chancalay -el arma más punzante- sacó un remate a colocar desde el vértice izquierdo del área que pasó cerca del ángulo.
Los intentos del Calamar en el periodo inicial se resumen en un remate de aire que ejecutó Infante tras un tiro de esquina a los dos minutos. Desde allí, solo acudió a defenderse de manera ordenada para cortarle los caminos al conjunto racinguista, que recién a los 36 se aproximó al arco de Luis Ojeda a través de un disparo de Matías Rojas desde afuera del rectángulo.
Y cuando no pasaba nada durante el segundo tiempo, Platense dio el gran batacazo. Fue Lamberti, la gran figura de los de Vicente López, el que rompió el hielo y redondeó un partido perfecto a los 68 minutos. El capitán tomó un despeje erróneo de la defensa de la Academia y remató desde la medialuna. En su trayectoria hacia los tres palos, el cuero se desvió en un futbolista de Racing y Gabriel Arias quedó descolocado, sin poder evitar el 1-0 de Platense.
Sin mayores argumentos, con algunas llegadas aisladas sin rigor, el equipo de Avellaneda volvió a desilusionar a sus hinchas en el segundo partido con el Cilindro habilitado. Los silbidos representaron que el albiceleste deja mucho que desear en su rendimiento. Inconexo, con escasas individualidades destacadas y casi sin reacción, preocupa el presente de Racing.
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