Con esta medida, el objetivo del Gobierno de Canadá fue persuadir a la mayor cantidad de ciudadanos a que se vacunen, ya que desde la aparición de la variante Ómicron, las hospitalizaciones por enfermos ascendieron especialmente entre los no vacunados, lo que despertó gran preocupación para el sistema de salud.
Anteriormente, habían aplicado esta medida pero para el ingreso a centros de atención médica, instalaciones deportivas cubiertas, cines, bares y clubes nocturnos. Sin embargo, el efecto que tuvo la última restricción fue el más exitoso hasta el momento.
Conforme al Washington Post, las cifras oficiales demuestran que se pasó de vacunar de 1500 a 6000 personas por día desde que se aplicó la restricción al consumo de marihuana y alcohol para los no inoculados.
En comparación con el resto del mundo, Canadá es de los países con restricciones más rigurosas frente al Covid. El ministro de Salud de Quebec, Christian Dubé comunicó que "si los no vacunados están descontentos con esta situación, tienen una solución muy sencilla: vacunarse. Es gratis y protege contra la enfermedad".
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