El gobierno de Leandro Zdero enfrenta fuertes cuestionamientos por una operación millonaria que involucra la compra de módulos alimentarios del programa social Ñachec, en la que se adjudicaron productos de dudosa calidad a una empresa con antecedentes polémicos.
A principios de marzo de 2025, Fiduciaria del Norte S.A., el organismo estatal que administra los fondos provinciales, licitó 480.000 módulos por un total de $7.324.940.800, adjudicando los tres tramos del concurso a la empresa Cheek S.A. Entre los productos entregados, figuraron 128 toneladas de leche en polvo de las marcas “Bongú” y “Purilac”, cuestionadas por no cumplir con los estándares nutricionales y organolépticos exigidos por el Código Alimentario Argentino.
De hecho, estudios realizados en la Municipalidad de General Pueyrredón concluyeron que la leche Bongú no cumplía con los requisitos de calidad, mientras que la leche Purilac es promocionada oficialmente como “bebida láctea”, con al menos un 49% de aditivos químicos y grasas, y no es un sustituto de la leche. A pesar de estos antecedentes, Fiduciaria del Norte aceptó la entrega, y solo se informó que el Ministerio de Desarrollo Humano “aprobó la oferta”, sin aportar evidencia de estudios nutricionales ni relevamientos entre los beneficiarios.

El monto asignado a la compra de leche en polvo alcanzó $3.570.048.000, convirtiéndose en el rubro más caro dentro de los módulos Ñachec. La adjudicación se realizó a Cheek S.A., una empresa que ya había sido protagonista de un escándalo en 2018, cuando desaparecieron 200 toneladas de leche en otra compra estatal, conocido como el caso “Leche Robada”. En aquel entonces, el fiscal auditor del Tribunal de Cuentas de Chaco, Raúl John París, determinó que el Estado provincial pagó 86% más que lo que había gastado Nación por un volumen similar de leche, y que la distribución y documentación de los productos fue irregular.
La intervención de Fiduciaria del Norte genera además críticas por su opacidad. Desde que Zdero asumió, todos los concursos públicos de mercadería para programas sociales se realizan a través de este organismo, evitando los controles de los órganos provinciales y cambiando la metodología: ahora se licita “por bulto”, en lugar de “por renglón”, lo que elimina a los productores locales y favorece a supermercados mayoristas. Según especialistas en compras públicas, esta modalidad eleva los precios y reduce la competencia.
La falta de transparencia se repite en el Operativo Impenetrable de 2024, donde se adquirieron 22.000 módulos por $1.003.200.000 sin licitación pública, con sólo dos oferentes, entre ellos Cheek S.A. Los precios estaban inflados y el proceso incumplió la Ley de “Compre Chaqueño”. Tras la intervención del gobierno nacional, la Provincia debió modificar la metodología, pero las irregularidades de Zdero ya habían quedado registradas.

El esquema actual de compras, la adjudicación a un proveedor con antecedentes cuestionados y la entrega de productos de dudosa calidad alimentaria generan serias dudas sobre la gestión de los fondos públicos y el cuidado de los beneficiarios, en su mayoría niños en situación vulnerable.
Expertos en derecho administrativo sostienen que, aunque Zdero podría intentar deslindar responsabilidad cargándola sobre Fiduciaria del Norte, la decisión de trasladar todos los concursos a este organismo y permitir adjudicaciones sin control directo lo coloca en el centro del escándalo.
En Chaco, la pregunta que muchos se hacen es clara: ¿cómo se garantiza que los recursos destinados a los más vulnerables no terminen en operaciones opacas y productos que, literalmente, “no son leche”?
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