La celebración por la Virgen de la Merced este año estuvo enmarcada en medio de la pandemia de COVID 19. Sin embargo, la devoción católica en la sociedad riojana es mucho más fuerte que cualquier adversidad. Cuidando los protocolos y ente automóviles y motocicletas, acompañaron a la Virgen en un recorrido importante por varios lugares de la Ciudad.
Es que de acuerdo al recorrido organizado por la Cofradía Mercedaria, tocó para su paseo, lugares que son emblemáticos para esta situación que se vive. Por eso es que la multitudinaria caravana paseó por el frente del Hospital Regional Enrique Vera Barros, el Hospital de Clínicas Virgen de Fátima, Hospital de la Madre y el Niño, ERI, el Hogar de Ancianos San José. Estos lugares son quizás lo más importantes para enmarcar en este tiempo de pandemia, con lugares donde se combate a este "enemigo invisible".
La caravana también se detuvo en el Regimiento de Infantería, donde solamente la Virgen entró en las instalaciones militares, con la recepción del Jefe Aldo Vera.
Su historia
Cada 24 de septiembre se celebra a la Virgen de la Merced. El nombre de esta advocación mariana alude a la misericordia de Dios con sus hijos, que nos ha dejado en la persona de la Virgen María una auténtica madre, un canal de gracia y una cabal intercesora. "Merced" significa "misericordia", "dádiva", "gracia", y también "perdón". Los orígenes de esta advocación se remontan al siglo XIII, cuando la Virgen se le apareció a San Pedro Nolasco para animarlo en la tarea de liberar a los cristianos cautivos de los musulmanes.
San Pedro Nolasco, animado por la Virgen de la Merced, organiza junto con sus amigos el grupo inicial de lo que sería la "Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos".
Los Mercedarios, aparte de los votos de pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto, en el que se comprometían a dedicar su vida a liberar esclavos, y, si fuese necesario, quedarse en lugar de algún cautivo en peligro de perder la fe, o por el que no hubiera dinero suficiente para lograr su liberación. Muchos de ellos entregaron la vida, acogiéndose a la "Merced" de Nuestra Madre.
Años más tarde, en 1265, la advocación a la "Virgen de la Merced" fue aprobada por la Santa Sede. Luego, en 1696, el Papa Inocencio XII fijó el día 24 de septiembre como la fecha en la que se debe celebrar su fiesta.
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