Sociedad

Bolivia: ante el colapso sanitario, una familia corta una calle con un ataúd


Mientras los contagios y muertes por el coronavirus
siguen en ascenso en Bolivia, el colapso de los sistemas sanitario y funerario
sigue exhibiendo situaciones dramáticas, como la decisión de una familia de
cortar con el ataúd de un familiar una calle de Cochabamba, ante la falta de
respuesta de los servicios para la inhumación del cuerpo.



Durante seis días los familiares de Roli Pinto Centeno, fallecido en su
domicilio el domingo 28 de junio con síntomas de coronavirus aguardaron a que
los servicios funerarios dieran respuesta a sus pedidos para retirar el cuerpo.
Este sábado los familiares y otros vecinos de la avenida Simón López y Beijing,
en Cochababmba, decidieron bloquear la calle con el féretro de esta persona.



"Estamos muy indignados, estamos muy asustados. El cuerpo está en
descomposición. Sólo pedimos una cristiana sepultura", dijo uno de los vecinos,
citados por el diario local Página Siete.



Mientras, otras personas se encontraban alrededor del ataúd que estaba cubierto
con plástico negro y ubicado sobre una carretilla de donde colgaba un letrero
con la frase: "Q.E.P.D, siete días muerto por Covid". Horas después, a las
11:00, una funeraria y autoridades recogieron el féretro.







Según Juan Carlos Orellana, presidente de la Asociación
de Funerarias de Cochabamba, hay en estos momentos entre 20 y 30 cadáveres de
víctimas de coronavirus, confirmadas o sospechosas, que permanecen en sus
domicilios porque no encuentran un espacio en el horno crematorio y en el
Cementerio General.



Además, varias familias se ven obligadas a mantener los cuerpos en sus casas
porque deben esperar la verificación de los funcionarios de la Fuerza Especial
de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y el Servicio Departamental de Salud (Sedes),
quienes se encargan de emitir el certificado de defunción. Este documento es
requerido por las funerarias para levantar un cuerpo, precisó Orellana al
diario boliviano.



El titular de la asociación de funerarios agregó que en más de un caso las
familias se ven obligadas a trasladar los cuerpos de sus muertos de las
clínicas a sus casas, porque varios establecimientos privados de salud no
tienen depósitos y dan entre seis y 12 horas para retirar los cadáveres.



Además del riesgo sanitario que implica tener en un domicilio un cuerpo en
descomposición, las familias que enfrentan este problema son atacadas por sus
vecinos, que exigen retirar los cuerpos por temor a la propagación del
coronavirus.



Tras el corte de protesta con el féretro de Roli Pinto Centeno una funeraria
llegó al lugar y trasladó el féretro a un ambiente alejado de la ciudad.



Ante esta situación y para no ser rebasadas, la alcaldía de Cochabamba informó
que en el Cementerio General de esa ciudad se habilitan tres tipos de
inhumación: en nicho, en fosa y por cremación de forma coordinada con el Sedes
y el Ministerio de Salud.



El último fin de semana de junio, el cementerio de Cochabamba no operó por
protestas del personal y las funerarias no tenían un sitio donde dejar los
cuerpos. El administrador de una de las empresas fúnebres -que prefirió guardar
su nombre en reserva- contó que no podían embalsamar los cadáveres, así que
optaron por dejarlos en las casas previa descontaminación y aislamiento. "Lo
que está haciendo nuestra empresa es brindar el aislamiento para que el cuerpo
se quede en el domicilio hasta que sea derivado al cementerio. Dejamos los
cadáveres en bolsas plásticas mortuorias que son impermeables y no permiten que
se salgan líquidos ni olores", contó.



Situaciones similares amagan con replicarse en La Paz y El Alto, donde las
condiciones no son muy diferentes a las de Cochabamba.



Bolivia, según el recuento que realiza la universidad estadounidense Johns
Hopkins, acumula hasta el momento 38.071 casos confirmados de coronavirus y
1.378 muertes.

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