“Estamos en niveles extremos de incendios forestales, cada vez más cerca de las viviendas”. La advertencia se da en un contexto de condiciones climáticas adversas, alta presencia de vegetación seca, y con una población que sigue incurriendo en prácticas de riesgo, como la quema de basura.
“El 95% de los incendios tienen origen humano”, señaló Cruz, atribuyendo la mayoría de los focos a quemas no autorizadas de residuos, podas y limpieza de terrenos baldíos, prácticas que están prohibidas por ley. “Hay zonas que se usan reiteradamente para quemas, aunque esté prohibido”, denunció.
Lo más grave es que estos incendios no solo afectan flora y fauna, sino que cada vez con más frecuencia comprometen viviendas. “Ya hemos tenido incendios donde el fuego llegó a medianeras. Eso es un incendio de interfaz urbano-forestal declarado”, afirmó.
La situación se vuelve más compleja con la escasez de recursos hídricos. “No se puede hablar de quemas controladas en La Rioja. No tenemos ni el agua ni el personal para garantizarlo. Y el viento es un enemigo diario”, explicó la vicepresidenta.
El cuerpo cuenta con 70 bomberos activos y un sistema de guardias 24/7, más un grupo de reserva que refuerza durante las grandes emergencias. En jornadas de alta actividad pueden enfrentarse hasta a ocho incendios en simultáneo, cada uno demandando entre cinco y seis horas de trabajo.
A pesar de las limitaciones, el compromiso del cuerpo es total. Incluso reciben apoyo directo de vecinos que, en medio de la emergencia, ceden el agua de sus piletas para que las unidades puedan recargarse rápidamente y volver al combate del fuego.