Los ladrones rompieron la alcancía del santo para llevarse lo recaudado, dejando no solo un daño material, sino una profunda herida en los vecinos y fieles que encuentran en ese lugar un espacio de fe y contención.
La inseguridad no da tregua, y lo que antes era impensado, hoy se convierte en parte de una realidad dolorosa que golpea no solo a Chamical, sino a toda la provincia y al país.
A raíz de este lamentable episodio, la Comisión y la comunidad religiosa decidieron restringir los horarios de apertura de la Capilla.