El expediente se inició cuando la menor escribió “tengo miedo” en un ejercicio escolar. Su maestra alertó a la escuela y luego a la familia. Entre llantos, la niña señaló a un joven de 16 años como autor de abusos ocurridos desde 2015.
El padre, miembro de la Policía Federal, radicó la denuncia en la Unidad de Asuntos Juveniles. Un médico judicial informó lesiones compatibles y la causa quedó abierta, pero por alguna razón nunca avanzó y quedó guardada.
A once meses de asumir, Jalil revisa expedientes guardados de la gestión anterior y ordena reabrirlos para que las víctimas encuentren justicia. El caso seguirá con pericias y testimonios pendientes.
Según el dictamen fiscal, la acción penal no prescribió y correspondía seguir adelante con las medidas de prueba. Con esa base, el juez ordenó reactivar la investigación y darle curso a los pasos pendientes.