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Cinco poesías

Contigo (poema de amor)
Contigo estoy desentrañando vocablos que huelen a poesía y canela.
Me llamas…te llamo…
Me nombras con tu halo musical de mil gorjeos.
Me haces cruzar el arco inaugural de la existencia
cuando tus palabras se deslizan por mi piel.
¡Intuición, presagio ante tus ojos que queman como el zonda
cuando penetran los míos!
Y llega ese aroma de tu tierra bendecida por la lluvia.
Llega a mí como brisa que pulsa las ramas del árbol de la vida.
Y me fundo en bahías doradas y verdes quebradas…
De pronto…entra el verso!!
La semilla se derrama en la rosa sin espinas…
Se humedecen los terrones y del bulbo secuestrado por el tiempo
se asoma un brote verde.
La alquimia de fronda, río, café y yerba mate, le dio
esencia a esta creación divina, de un amor más allá de lo tangible
que transmuta y desafía al destino.
La vida en un instante
En la mansa quietud del campo,
a la hora del ocaso, el alma se desplaza
por el lejano horizonte de la vida.
Allí te ves niña, protegida y amada…
Pero también se ven niños
con la inocencia arrebatada.
Ves a una joven que abre su corazón
y sus sentidos al amor…
¡Sientes cuánto duele crecer!
Y hoy, que ya caminas por la edad de oro,
estás frente a la vida que la recreas en esa línea rojiza
del atardecer…
Surgen a menudo vagos recuerdos
que deseas olvidar y la balanza se equilibra
con el amor que diste y recibiste.
En ese instante donde confluye
el tiempo y el espacio no puedes dejar
de esbozar una sonrisa por todo
lo que has vivido…
¡ Y por lo que te queda por vivir!
Nonogasta… paisaje espiritual
En el manso atardecer de Nonogasta
veo como se descuelga el sol
por los bordes de la tarde, en esa
Lomada del Barrio San Vicente.
Y así comienza una sinfonía del paisaje espiritual
donde se funde el crepúsculo con el estridente grito de los loros
que buscan el nido , pintando el cielo de esmeralda.
Las apocas del campo, esas palomas plomizas
que cantan con el viento…
Los jilgueros, las calandrias…los gorriones,
horneros y zorzales.
¡Todos los pájaros también toman posesión
Del paisaje espiritual de Nonogasta!
Chañares, algarrobos, retamos y jarillales
frotan sus ramas cuando perciben que la noche
se arrima con calma.
Viñedos y olivares emanan esa fragancia de tierra
en terrones apretados , pletóricos de vida.
Y allá a lo lejos, en esos largos callejones,
veo hombres, mujeres y niños…
¡ Paisaje humano de mi pueblo!
buscando leños para encender el fuego y no ser sorprendidos
cuando la noche amenaza con herirnos de muerte.
Y en esa simpleza de ´pueblo se conjuga la risa
y la lágrima…el dulzor de las uvas y duraznos,
y también el trago amargo del ajenjo.
Es así que Nonogasta renace cada año
en la víspera de primavera, despertando en el poeta
el profundo deseo de desenterrar la palabra…
La palabra legada por Don Joaquín que sigue edificando
la cultura de esta tierra.
Nuestro rostro
Cada uno de nosotros reproduce en su rostro
un espejo de mixturas étnicas, sin distingos ni estereotipos.
Tenemos la misma arcilla del mismo alfarero
que nos modeló con sangre india, negra, con puñados de tierra
de la Europa y de Oriente.
Hemos nacido de la misma raíz y disfrutamos
de la misma montaña….
¡De la misma sombra del tacú que nos nutre el alma
con su savia de ambrosía!
¡ y qué decir del cielo de Chilecito!
Cada día más azul, nimbado por los reflejos del Famatina.
Mientras transcurren las horas,
las hebras doradas del sol le dan un toque aurífero…
¿O será Osmán que saca la paleta de colores y se
pone a pintar en el remanso de la tarde?
La ventisca de la siesta nos delinea ese escenario
alfombrado de las hojas multicolores del liquidámbar…
en esa plaza de rosas y tilos donde descubrimos
el parpadeo constante de la naturaleza.
Aunque estoy en el tiempo que señala que he pasado
un poco más de medio siglo, sigo sosteniendo sueños realizables…
y partir, algún día, con el rostro inundado con el sol de Chilecito.
Vivencias
Ya en el ocaso de la vida nos atrevemos a transgredir
normas que impone una sociedad dormida.
Se acaricia cada día como presintiendo que el tiempo
terrenal va culminando…Y nos nace la osadía de remontar vuelo
y mirar desde lo alto del firmamento el corazón del hombre,
herrumbrado por dolor, ultraje… egoísmo, soberbia.
¡Y recién cuando hemos tocado el ocaso
comprendemos cuánto tiempo hemos perdido!
Aprendemos a escuchar el grito de la tierra,
el susurro del aire, los mensajes del agua y la fuerza del fuego.
Vemos con dolor como se alejan personas que otrora
estuvieron adheridas al alma…
Pero también aprendemos a valorar la soledad
que se convierte en nuestra consejera.
Y por fin…recién en esta etapa de la vida…sólo recién…
aprendemos que es bueno nacer y morir cada día.
¡Sólo hay que dejar que todo fluya!
LA AUTORA
STELLA ALARCÓN ES POETA, ESCRITORA E HISTORIADORA, NACIDA EN CHILECITO, PROVINCIA DE LA RIOJA, REPÚBLICA ARGENTINA.
HA PUBLICADO TRES LIBROS: TRAJINANDO VERSOS, CUENCO DE AMOR Y PALABRAS, COEXISTENCIA. PARTICIPÓ EN QUINCE ANTOLOGÍAS PROVINCIALES, NACIONALES E INTERNACIONALES. ESCRIBIÓ 10 MONOGRAFÍAS SOBRE HISTORIA ARGENTINA DEL SIGLO XIX.
AUTORA DE UN CANCIONERO PARA NIÑOS, EN LETRA Y MÚSICA. RECIBIÓ NUMEROSOS PREMIOS EN CONCURSOS DE POESÍA Y NARRATIVA. ES PRESIDENTE DE LA UNIÓN HISPANO MUNDIAL DE ESCRITORES SEDE CHILECITO, EMBAJADORA DEL COLECTIVO INTERNACIONAL MOSAICOS Y LETRAS DE RÍO TERCERO. SOCIA DE SADE LA RIOJA. RECIENTEMENTE RECIBIÓ LA BANDERA DE LA PAZ POR LA FUNDACIÓN “MIL MILENIOS DE PAZ”.

Autor: Stella Alarcón|
SADE LA RIOJA POESÍA

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