Existe consenso acerca de que, el coronavirus, o covid-19, va a impactar de sobremanera en la economía mundial. Esta crisis, cuya raíz es sanitaria, está desmantelando todos los sistemas sociales, y, se espera una gran recesión económica.
Autoridades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), del Fondo Monetario Internacional (FMI), y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), han afirmado que la pandemia va a hundir la economía con alcances más profundos que la crisis de 2007 y 2008.
La crisis del coronavirus se puede traducir en un shock de oferta y de demanda agregada. Muchas cadenas globales (o regionales) de producción y suministro de bienes y servicios quedaron interrumpidas, al mismo tiempo, mucha capacidad de demanda no puede ser satisfecha por la situación de cuarentena social.
Los mercados financieros se han comportado al ritmo del pánico. Las oscilaciones en las principales bolsas del mundo muestran una profunda desconfianza de cara al futuro inmediato. El flujo de capitales se retrovierte, desde aquellas economías con escenarios más inciertos e inestables, hacia aquellas de mayor estabilidad y confianza.
Esto ha supuesto un duro golpe para las economías emergentes. Según declaraciones de la Directora General del FMI, Kristalina Georgieva, desde que comenzó esta crisis, han salido 83 mil millones de dólares de los diferentes sistemas financieros del mundo emergente. Jamás se ha registrado tamaña fuga de capitales.
América Latina y el Caribe ingresan a esta crisis mundial en un escenario de desarrollo económico mediocre. En 2019, la economía regional creció 0,1 por ciento, según la CEPAL, que también proyectaba un crecimiento para el 2020 de tan solo 1,3 por ciento.
Sin embargo, las nuevas proyecciones están diciendo que, finalmente, la economía regional se contraerá 1,8 por ciento. Esto representa una situación crítica de cara al futuro, y una preocupación no menor para los tomadores de decisiones.
Esta caída esperada, puede aumentar el desempleo en un 10 por ciento, suponiendo un fuerte aumento de las personas que viven en situación de pobreza.
Se sabe que, de 620 millones de latinoamericanos, 185 millones viven actualmente en la pobreza. La perspectiva de cara a futuro indica que la población en situación de pobreza puede alcanzar hasta 220 millones de personas.
La región va a entrar en una crisis económica relativamente grave por cinco principales canales de transmisión: 1) Disminución de la actividad económica de los principales socios comerciales: China, EEUU y Unión Europea; 2) Caída en la demanda de turismo, que golpeará principalmente a las economías del Caribe; 3) Freno a las Cadenas Globales de Valor; 4) Caída de los precios de los productos básicos de bienes de exportación; 5) Aversión al riesgo de los inversionistas, que explica la fuga de capitales (Alicia Bárcena, 2020).
En conclusión, esta pandemia, que ha desatado una crisis sanitaria y sistémica a nivel mundial, golpeará severamente a los países de la región. Para Argentina, esto se desenvuelve en un escenario adverso, ya que la economía se encuentra en recesión desde hace dos años, y en un proceso de renegociación y reestructuración de la deuda externa.
La aversión al resigo de los inversores, la salida de capitales y la necesidad de aumentar el gasto social significarán enromes desafíos para la economía argentina en el mediano plazo, marcada por la urgencia de la inflación, el peso de la deuda y la presión sobre el tipo de cambio.
La provincia de La Rioja, por su parte, sufrirá los efectos económicos de esta crisis global. No solamente reducirá sus ingresos que provienen de exportaciones (ventas de bienes y servicios), sino que también, sufrirá una restricción presupuestaria importante, aunque el gobierno ha dispuesto un redireccionamiento mayor de los recursos económicos hacia el sistema de salud y a la población civil que dejará de percibir su renta diaria por el frenazo en la marcha de la economía.
Desde el punto de vista de la Gestión Exterior, la zona transfronteriza de ATACALAR puede verse afectada enormemente por el hundimiento de China en la crisis sanitaria y la fuerte caída del PIB esperado. La crisis macrosocial puede hacer que pierda relevancia estratégica la relación transfronteriza, al menos de manera temporal.
El día a día de la economía local, nacional y regional, estará marcado por el "combate contra el coronavirus". Si bien, hubo una fuerte decisión política del gobierno provincial, acompañado por los municipios, en un marco integral con la política nacional, de amortiguar lo máximo posible las consecuencias derivadas de la parálisis en la actividad económica, el desafío proviene principalmente del tiempo que será necesario mantener la situación de aislamiento.
(*) Licenciado en Relaciones Internacionales, Universidad Siglo 21. Ex Director General de Asuntos del Interior del Ministerio de Desarrollo Social. Actualmente, se desempeña en el equipo técnico de la Secretaría de Asuntos Estratégicos del Gobierno de La Rioja.
Coronavirus y crisis económica
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