Cultura

De dioses y olvidos (cortocuento)


Por PANCHO CABRAL


"Multitudes devoran lo que queda / en el envase de los dioses". (Pía Cabral)
I
Lo vi de niño jugar con su sueño en la palabra
acariciar ilusiones desde el barro del campito.
su cortito pantalón, su soquete a media asta en la canilla,
ojos luminosos y el anhelo de  jugar en la selección
ganar un mundial.
cuánta ilusión cumplida desde una villa
cuánto anhelo dibujado en su pie,
una cabeza con rulos y los sanos movimientos de un niño.
A partir de allí, después, mucho …después 
un adiós de  zapatillas 
los zapatos de cuero y el malabarismo
en las previas de un partido.
El pasto amontonado a su costado
el aplauso  bullicioso de las barras
el deleite del domingo en tribunas
y miles de niños soñando con ese niño nuestro.
Pero es tan injusta y desigual la vida
tan selectivo "el llegar" cuando se sueña 
desde un barrio pobre, 
tan hiriente el andar 
que parece ser que uno  solamente llega...


II
A partir de allí, un nuevo pantalón corto
las medias a media asta son otras
y hay canilleras resguardando esquives
camiseta nueva y colores cambiados en los ojos.
De aquel niño al adolescente hay reflejos de barro y barrio
que asombran los estadios y se inaugura cantar, un:
Marado, Marado, Marado...
Los juegos y las partidas son otros...
su pelota, la solo-suya,  llena de goles
los cielos de otros cielos.
Un desastillado tobillo casi lo detiene para siempre - creíamos -
y el niño que soñaba con césped en sus pestañas 
regresa y recorre un napolitano triunfo.


III
qué símbolo de pie tu mano, Diez-go
que dios tu amague, cuantos quedaron en gramilla 
sin poder detener tus malabares , tu mudanzas y gambetas.
y fueron dos los soles, no uno y la reina no reía, lloraba
y todo un tuyo-pueblo cantaba...
 pensábamos que fue la mano de un  dios, equivocadamente,
fue la magia de un  Diez-go sobre la esfera de un gol...
y no fue su culpa y su grandísima culpa, fue culpa de todos los
que estábamos soñando, su amague , su malabar, su esquive
y aquí no hay culpas, hay aciertos y hubo uno para decir: Malvinas 
y atravesar mares que nos duelen, pues:
Uno se olvida siempre de las cosas sucedidas
por eso ya ni me acuerdo de ciertas fantasías
y me sorprende la vida  en mil novecientos- frio
sobre manteles de invierno quedo mi voz sin sentido
casi que tengo un sueño de memorias repetidas 
en una isla perdida.
uno se olvida siempre, uno se olvida
con una piel de barcos se nos llevaron los hijos
al hermano de un amigo 
y al muchacho del vecino
uno se olvida siempre
uno se olvida.
(Jueves 3 diciembre 2 de la mañana)



EL AUTOR. PANCHO CABRAL. Cantautor riojano nacido en 1944, quien alcanzó la popularidad, tras ser uno de los integrantes de los legendarios Huanca Huá, el grupo del Chango Farías Gómez que revolucionó la música vocal folclórica argentina en la década de 1960. Antes de grabar su primer CD solista en 1976, Pancho Cabral integró Los Andariegos. En 1977 se radicó en París y junto al Ballet Folclórico "Los Indianos", emprendió una gira por Alemania, España e Inglaterra. Al año siguiente se transformó en miembro fundador de la Brigada Cultural Roque Dalton junto a Daniel Viglietti, Juan Saavedra, entre otros. Esa entidad trabajó en beneficio del pueblo salvadoreño y fue el brazo cultural en Europa del frente Farabundo Martí para la liberación. En el '85 volvió a Argentina para participar en la obra poético-musical La Cantata Riojana del poeta Héctor David Gatica y música del cantante y compositor Ramón Navarro presentada al año siguiente en el Teatro Colón. En 1993 se radicó en Francia desde donde continúo su carrera como cantante y escritor. En el '96 regresó al país y al año siguiente reeditó su disco Cantor del Viento presentándolo en distintos escenarios del país y de España, mientras conducía en su provincia el programa Latinos y Cantares en Radio Universidad. Cabral es autor de, entre otras canciones, "Ay, este azul", "Sanagasta en el viento", "Topador y vidalero" y "El carnaval de mi pueblo" y ganó, en 2006, el Festival Cosquín de la canción con su chaya "Coplas atadas con chala", lo que le permitió ser distinguido por los más grandes artistas folclóricos a nivel nacional.

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