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Día mundial del árbol: El algarrobo, símbolo ancestral y guardián ambiental del monte riojano

Cada 28 de junio se celebra el Día mundial del Árbol, una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de los bosques y el cuidado del ambiente. En La Rioja, el algarrobo ocupa un lugar privilegiado: no solo por su presencia imponente en los paisajes del monte, sino por su valor ambiental, cultural y alimentario, que se remonta a tiempos ancestrales.

El algarrobo, protagonista del monte riojano

En la provincia de La Rioja y en toda la región del NOA (Noroeste Argentino), crecen principalmente dos especies nativas: el algarrobo blanco (Prosopis alba) y el algarrobo negro (Prosopis nigra). Son árboles resistentes, de lento crecimiento, adaptados a las condiciones semiáridas y con raíces profundas que permiten estabilizar los suelos y conservar el agua.
Estas especies forman parte del bosque nativo chaqueño, clave para la biodiversidad y hogar de aves, mamíferos y otros organismos del ecosistema regional. Su sombra, además, es vital para la vida rural y campesina, tanto para personas como para el ganado.

Un árbol sustentable: alimento, medicina y cultura

El algarrobo no solo da sombra: también ofrece frutos en forma de vainas, conocidos como algarrobas, de alto valor nutritivo. Desde tiempos precolombinos, los pueblos originarios del norte argentino elaboran a partir de ellas una harina natural, sin gluten, rica en fibras, hierro y proteínas. Hoy, la harina de algarroba es revalorizada en la alimentación saludable y forma parte de la producción local sustentable.
Entre sus usos tradicionales y actuales, destacan:

  • Producción de harina y dulces
  • Elaboración de bebidas como el aloja
  • Uso medicinal de corteza y hojas
  • Leña y madera para artesanías
  • Restauración ecológica en zonas degradadas


Rol ambiental y urgencia de conservación
El algarrobo actúa como captador natural de carbono, ayuda a prevenir la desertificación y mejora la calidad del suelo. Su rol es central en la lucha contra el cambio climático en zonas áridas y semiáridas como el oeste riojano.
Frente al avance del desmonte y el cambio de uso del suelo, proteger esta especie es fundamental. Reforestar con algarrobo es una forma concreta de restaurar el monte y promover la economía circular a través de sus múltiples productos.

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