La secuencia se inició poco antes de la medianoche cuando al Puesto 3 de atención al público ingresó un hombre con el torso desnudo, descalzo, y pantalón bermudas, el que estaba en evidente estado de desequilibrio.
El recién llegado comenzó a vociferar a los gritos frases de índole religiosa, intercalando luego otras de tono amenazante. Todo eso delante de gran cantidad de personas que aguardaban ser atendidas.
Pero lo peor sucedió cuando en un momento dado el hombre agarró a un niño de 11 años, lo abrazó por el cuello, y comenzó a pegarle en la cabeza ("coscorrones").
Lo ocurrido provocó la lógica reacción de un grupo de padres que de inmediato fueron contra el violento sujeto a quien, tras darle algunos golpes, pudieron reducir logrando a su vez rescatar al menor.
A todo esto otras personas dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo al personal policial que se hizo presente y terminó de asegurar al irascible individuo, colocándole las esposas.
Poco después el hombre fue trasladado a sede policial donde se constató que tiene 40 años, y quedó a disposición del fiscal en turno.