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Israel retoma la tregua después de un domingo de fuego en Gaza

El Ejército de Israel anunció este domingo por la noche que “reanudó la aplicación del alto el fuego” en la Franja de Gaza, luego de una jornada marcada por intensos bombardeos que dejaron al menos 36 muertos y más de un centenar de heridos, según fuentes médicas palestinas.
La ofensiva fue la respuesta israelí a lo que calificó como una “violación flagrante” de la tregua por parte de combatientes palestinos en Rafah, donde murieron dos soldados israelíes.

En un comunicado difundido al cierre del día, las Fuerzas de Defensa de Israel afirmaron que actuarán “con firmeza ante cualquier violación del acuerdo”, pero insistieron en que continuarán cumpliendo el alto el fuego vigente desde el 10 de octubre.
La decisión llegó tras una reunión del primer ministro Benjamin Netanyahu con el ministro de Defensa, Israel Katz, y altos mandos del Ejército, quienes ordenaron atacar “infraestructuras terroristas” de Hamás.

Bombardeos de Israel
Los ataques israelíes se concentraron en el centro y el sur de Gaza, especialmente en las ciudades de Deir al Balah y Nuseirat. En el primer caso, seis personas murieron a las puertas de un café; en el segundo, varios bombardeos dejaron al menos quince fallecidos, entre ellos tres agentes de la policía gazatí y seis desplazados que vivían en tiendas de campaña.
En Zuwaida, una explosión alcanzó las instalaciones de la empresa Palestinian Media Production, que trabajaba para medios internacionales como Al Jazeera. Allí murieron un técnico y el hijo de un reconocido periodista local.
La Defensa Civil palestina denunció que Israel mantiene “una estrategia de matar y atacar claramente a civiles” en toda la Franja. Los ataques también alcanzaron el norte, donde una mujer y dos niños perdieron la vida en la zona costera de Mawasi, y el sur, en Jan Yunis, epicentro de los enfrentamientos.

Hamás, por su parte, acusó a Israel de haber violado “de forma deliberada” el alto el fuego y de utilizar cualquier incidente como pretexto para reanudar las operaciones militares. Según el movimiento islamista, desde el inicio de la tregua murieron 46 personas y otras 132 resultaron heridas a causa de “ataques intencionados contra civiles”.
En un comunicado, el grupo aseguró que ha cumplido “de manera completa y precisa” los términos del acuerdo firmado con mediación de Egipto, Catar, Turquía y Estados Unidos.
Entre las denuncias más graves, Hamás señaló que Israel mantiene presencia militar activa en zonas que deberían estar desmilitarizadas, ha restringido la entrada de alimentos y medicinas, y solo permitió un 7% del combustible acordado en la tregua. También reclamó incumplimientos en la liberación de prisioneros palestinos y acusó a las fuerzas israelíes de maltratar a algunos detenidos durante su entrega a la Cruz Roja.

Mientras tanto, una delegación de líderes de Hamás llegó este domingo a El Cairo para reunirse con mediadores egipcios y representantes de las facciones palestinas, en busca de “garantizar el cumplimiento de los compromisos asumidos y estabilizar la situación en Gaza”.
El episodio que desató la nueva ola de violencia ocurrió en la mañana del domingo en Rafah, cuando combatientes, presuntamente de la Policía del Gobierno de Gaza, abrieron fuego contra soldados israelíes y lanzaron un misil antitanque. El Ejército israelí atribuyó el ataque a milicianos de Hamás, aunque tanto el grupo como su brazo armado, las Brigadas Al Qasam, se desvincularon de los hechos y aseguraron que siguen comprometidos con el alto el fuego.
Horas después, Israel desplegó decenas de bombardeos a lo largo del enclave, que destruyeron viviendas, instalaciones públicas y zonas de desplazados. Las imágenes difundidas por medios locales mostraron calles cubiertas de polvo y escombros, ambulancias trasladando cuerpos y equipos de rescate trabajando entre los restos de edificios colapsados.
A última hora del domingo, y tras la presión de los mediadores internacionales, el Ejército israelí anunció la reanudación de la tregua. Sin embargo, la desconfianza domina a ambas partes: Israel advierte que responderá ante cualquier nuevo ataque, mientras Hamás exige la presencia activa de los garantes para evitar que el acuerdo colapse definitivamente.

En el terreno, la población civil sigue siendo la principal víctima. Hospitales saturados, cortes de energía y falta de insumos médicos configuran un panorama crítico. “No sabemos si mañana habrá tregua o bombas”, dijo un habitante de Deir al Balah en declaraciones a la prensa local. En Gaza, la calma nunca dura demasiado.

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