Para Juli Gigena, el retumbar de un bombo es igual al latido, al pulso vital de su existencia. Eso que se lleva en la sangre, que corre por las venas, pero que se expande hacia el universo en notas musicales, como si se tratara de inhalar todo el aire que la rodea, para exhalar luego la esencia más profunda y auténtica de sus raíces. Esa riojanidad inmensa y profunda que lleva también en el ritmo de cada golpe en la caja chayera, no es más -ni menos- que una razón para su vivir, envuelta en la herencia familiar que no deja de abrazarla, pero que al mismo tiempo le abre las puertas hacia horizontes propios, perfumados de albahaca, enharinados de febrero.
Hija de una de las referentes esenciales de nuestro folklore como lo es Gloria de la Vega y de Jorge Gigena, quien como cuenta la joven y talentosa música riojana a 1591 Cultura+Espectáculos “viene del palo del rock”, pero a todas luces es también pilar fundamental en la construcción de un proyecto y una carrera que ancla fuerte en el sentir y el decir, a través del canto, de nuestras tradiciones, Juli parece amalgamar a la perfección lo uno con lo otro, haciéndose cargo no sólo de una herencia de sangre, sino también de su propio destino musical que, al menos, desanda en dos direcciones.
Por un lado, está el hecho para nada menor de ser quien acompaña desde la percusión a su madre cada vez que sube a un escenario, y por el otro, un proyecto personal, pero compartido también con otra de las voces que van definiendo el cancionero folklórico actual, Mily Juarez, con quien da rienda suelta también a su expresión vocal en “Perfume de albahaca”, una propuesta que se aproxima mucho al deleite compartido y que se vuelve disfrute en un ida y vuelta que atrapa al público.
De uno o de otro lado, todo confluye -sin embargo- para Juli Gigena en el aferrarse a la raíz más fundamental de su existencia: el parche como el vibrar de nuestra tierra haciendo eco en la herencia aceptada, pero también en el aroma a un futuro que ya le abre sus puertas para que su nombre sea también un legado permanente de lo nuestro.
VENÍS, CLARAMENTE, DE UNA FAMILIA MUSICAL, PERO ¿QUÉ RECORDÁS; CUÁNDO Y CÓMO NACIÓ TU PRIMER ACERCAMIENTO MÁS CONSCIENTE HACIA LA MÚSICA?
Bueno, como bien decís nací en una familia en la que mi mamá y mi papá están muy ligados, inmersos en una ambiente musical; mi papá venía del palo del rock y mi mamá del folklore. Después mi papá empieza a producirla y ahí los dos se meten de lleno en el folklore. Y yo nazco cuando mi mamá ya venía cantando. Más o menos a los 9 años empiezo a tocar el bombo, y ahí es cuando comienza todo. Tengo recuerdos de muy chica en las peñas, en los ensayos, siempre ahí metida. Entonces, de chiquita, los músicos, los cantantes me conocían; pero recién a los 9 años, más o menos, empiezo a tocar el bombo y a intentar tocar como lo hacían los que sabían. Y así aprendí: nadie me enseñó, no fui a ningún lugar a aprender a tocar el bombo, sino que aprendí en las chayas.
¿Y POR QUÉ FUE EL BOMBO Y NO OTRO INSTRUMENTO?
La verdad que fue algo muy natural. Creo que por ahí el instrumento te elige; o bueno, no sé si te elige, pero es un llamado natural que cada uno tiene. Quizás desde chiquita lo percusivo me atrajo y lo primero fue el bombo, y la verdad que para mí, si bien hoy toco la batería también, el bombo es como mi raíz, el lugar donde me encuentro; siempre siento como que es mi latido el parche. Entonces siento que el bombo me conecta con mi raíz, con esta tierra, con esta gente, con esta historia; por eso significa tanto para mí.
CUANDO DECÍS RAÍZ, IMAGINO QUE ESA RAÍZ TIENE QUE VER CON LA RIOJA, CON ESTA TIERRA...
Totalmente; a mí me encanta la cultura, me encanta la historia, me gusta mucho conocer de dónde venimos, por eso digo raíz. Si bien obviamente tenemos nuestra cultura muy enriquecida, en este caso el bombo, también la caja chayera, vienen de nuestros ancestros, de los diaguitas. Entonces es un sonido muy nuestro. Sin embargo me di cuenta después de eso; al principio era simplemente algo natural, no había estudiado nada, simplemente era algo que me llamaba mucho y seguí ese sentir.
¿DESPUÉS VINO TAMBIÉN UNA FORMACIÓN EN ESE SENTIDO, UNA FORMACIÓN MUSICAL?
Claro, exactamente, pero más relacionada a la batería; ahí sí fui a clases, pero de bombo no he tomado clases nunca. Mis clases fueron los patios chayeros y compartir los ensayos, formándome en el toque, pero con la batería comencé con Andrés Cejas y después de más grande continué con Duilio Maldonado, y hace poquito tomé clases con Lucas Millicay, en conga. Formándome también he tomado clases particulares de lenguaje musical, y fui a Colegio I, y la orientación que elegí, por supuesto, fue arte. Así que ahí también vi un poco esto del lenguaje musical.
VOLVIENDO UN POCO A TUS RAÍCES, Y HACIENDO UN POCO EL EJERCICIO DE CORRER A TUS PADRES DE ESE LUGAR, ¿QUÉ ARTISTAS O QUÉ EXPERIENCIAS SENTÍS QUE DE ALGUNA FORMA TE FUERON MARCANDO TAMBIÉN EN ESTE CAMINO A LO LARGO DE ESTOS AÑOS?
La verdad que hay un montón de cosas que se me vienen a la cabeza. Incluso me emociona, porque realmente son personas que son muy importantes para mí, pero no solo para mí, sino para toda nuestra cultura; personas que aportaron muchísimo, como por ejemplo Pancho Cabral, Tubo Moya, Pica Juárez. Compartí y sigo compartiendo mucho con ellos, gracias a Dios, y aprendo todo el tiempo. A Carlos Ferreira lo conocí de más grande, y realmente cuando lo escucho recitar es algo inexplicable. Tengo muy presente a los autores riojanos como Ramón Navarro, poetas y escritores como Daniel Moyano. En los lugares donde más me nutrí fue justamente en las chayas, no la chaya comercial, no el festival. Yo siento esa raíz en los patios, en el patio de Pancho Cabral. La chaya para mí es eso, es ese encuentro, estar cerca y hablar de la vida, compartir, aprender muchísimo, nutrirnos. Ocurre también que en esos patios no solamente hay gente de acá, sino que viene gente de otros lados y también nos traen un poquito de su cultura, entonces, yo creo que viene por ese lado, Pancho, Tubo, o Gloria...
¿CUÁL ES EL LUGAR QUE TIENE LA MÚSICA EN TU VIDA MÁS ALLÁ DE ESTOS ESCENARIOS, MÁS ALLÁ DE ESTOS ESPACIOS QUE VOS ME VAS CONTANDO QUE TE FUERON MARCANDO DE ALGUNA FORMA?
La verdad es que tiene un lugar principal en mi vida. Mi sueño, mi objetivo y camino quiero que sea este y estoy trabajando para que así sea, para que así siga siendo. Además de estar en este proyecto con mi mamá, ya tengo un proyecto propio con Mily Juárez, Perfume de albahaca. Para mí ese fue un paso muy importante, porque fue justamente despegarme un poco de la familia, que para mí es tan importante, pero que al mismo tiempo es una forma, es un paso para seguir creciendo con mucha ilusión, porque realmente la música es muy importante. Tuve, gracias a Dios, la suerte de hacer giras musicales en México, de tocar en otros países como Brasil o Bolivia, y dentro de la Argentina también he viajado tocando, estuvimos en Cosquín, en escenarios muy importantes y también pude grabar en ‘La canción es urgente’ un bloque que hicieron mis padres en cuarentena y ahí se grabó con Víctor Heredia, León Gieco, Teresa Parodi, artistas increíbles y que también son referentes. Teresa Parodi para mí es increíble. No es el hecho de buscar estar con esos artistas, sino porque el camino en realidad nace de este deseo de chiquita, de la inclinación hacia la música. De chica no es que decía: ‘Yo quiero ser como...’, no, la verdad fue algo muy natural y hoy lo sigue siendo, pero ya con un objetivo que es seguir creciendo y desarrollar este camino que espero que sea el que me lleve a seguir creciendo durante toda mi vida.
ENSAMBLE
En la vida de Juli Gigena, tal como ella lo afirma y demuestra, la música nunca fue una imposición ni un mandato: fue un camino elegido, aunque sembrado desde siempre por la presencia luminosa de su madre, Gloria de la Vega y de su padre, Jorge Gigena. Sin embargo, con una de nuestras cantantes de referencia ineludible no solo comparte lazos de sangre y de amor, sino también un idioma profundo que se dice con cada toque de bombo, con cada conjunción de voces y también con cada latido compartido sobre un escenario. Para Juli, tocar junto a Gloria es más que acompañar a una gran representante del folklore riojano: es también abrazar una herencia cultural, un mensaje que las une y que se vuelve ensamble en cada canción. Entre la Pachamama que su madre encarna y la búsqueda de conocimiento que también le transmitió su padre, Juli va encontrando la alquimia que forja su identidad musical. Y en ese cruce de caminos, late un vínculo poderoso que trasciende los roles de madre e hija para convertirse en una comunión artística que trasciende.
“Para mí es un honor, más allá de que la amo por ser mi madre. La admiro por muchas cosas a nivel personal, pero a nivel profesional también, es algo que agradezco mucho la posibilidad de poder acompañarla”, afirma Juli a 1591 Cultura+Espectáculos cuando se le pregunta por su sentir en el compartir un escenario con Gloria. Ese ritual que se encarna en la simiente misma de su primer respirar, es el que le devuelve ahora, también, el aire de su tierra como una pulsión natural que se convierte en canto. Y es así como inhala y exhala musicalidad.
BUENO, AHORA SÍ LLEGAMOS A UN PUNTO QUE ES UN POCO INEVITABLE, QUE TIENE QUE VER JUSTAMENTE CON ESTE CAMINO TUYO TAN DEFINIDO DESDE PEQUEÑA. SOS HIJA DE UNA DE LAS GRANDES REFERENTES DE NUESTRO FOLKLORE RIOJANO Y A NIVEL PAÍS, ¿CÓMO INFLUYÓ ELLA EN ESE CAMINO MUSICAL TUYO?
Bueno, un montón; y al mismo tiempo me pongo a pensar y digo...me surgió esta pregunta hace un tiempo: ‘¿esto lo elegí yo o fue por influencia?’ No soy única hija, tengo tres hermanas y un hermano y la única que decidió seguir con este camino fui yo. Entonces, realmente es una elección, fue una elección y lo sigue siendo más allá de esta influencia, pero por supuesto que si no hubiera estado, la verdad no sé si hoy sería música y estaría incursionando en el canto también. Estoy muy agradecida por esa influencia que fue muy necesaria y que fue desde el amor. Creo que lo que me transmitió ella fue el amor, justamente, a nuestra cultura; y por parte de mi papá, por ejemplo, a él también le gusta mucho leer, siempre me impulsó a mí, a mis hermanas, a que leamos. Entonces, fue esa mezcla de mi mamá que es muy Pachamama, muy espiritual, natural y de buscar también conocimiento en los libros, en la parte más empírica. Esa mezcla fue la que me llevó a donde estoy hoy. Así que sí, fueron una influencia clave.
¿QUÉ SENTÍS, QUÉ TE PASA INTERNAMENTE CADA VEZ QUE COMPARTÍS UN ESCENARIO CON TU MAMÁ?
Para mí es un honor, más allá de que la amo por ser mi madre. La admiro por muchas cosas a nivel personal, pero a nivel profesional también, es algo que agradezco mucho la posibilidad de poder acompañarla, de poder estar en tremenda banda, porque realmente también los músicos que están y que forman parte son tremendos músicos. Entonces, es como que soy realmente una privilegiada, porque son artistas de primer nivel, no solo por la calidad de su toque y de su canto, sino por el mensaje que se transmite también y que comparto, entonces todo es una sola cosa que no se puede separar. Porque vos podés ser muy buen artista en términos académicos, pero si no coincidimos en el mensaje se hace muy difícil, porque justamente el arte es expresión. En este caso con ella nos amalgamamos muy bien con el mensaje y, por supuesto, con la propuesta musical.
¿HAY ALGUNA DIFERENCIA ENTRE SER LA HIJA DE GLORIA Y SER LA MÚSICA QUE TOCA CON GLORIA, LA PERCUSIONISTA QUE TOCA CON GLORIA?
Cuando subo al escenario quizás me olvido un poco, entre comillas, del vínculo, es como que ya siento que todos somos familia en la banda, porque así lo sentimos y compartimos hace mucho tiempo. Entonces es subir ya con la adrenalina por tocar y con esa felicidad, y de alguna manera me olvido del vínculo y paso a conectarme con la música, con lo que vamos a hacer en ese momento.
¿HAY APRENDIZAJES PARTICULARES QUE TE HAYAN QUEDADO DE ESTAR CON ELLA, DE ESTE VÍNCULO MUSICAL?
A nivel musical sí; soy música de oído más que académica. La verdad que si bien he tomado clases, aprendí así en mis inicios y a lo largo de toda mi carrera: escuchando, probando, imitando. Y en el caso de ella, también le preste mucha atención y me sirvió mucho. Me di cuenta a la hora de cantar ahora, que me largué hace poquito a cantar frente a un público, cuestiones como la colocación de la voz, de por ahí trabajar de alguna manera la voz para una actuación, cuestiones así, digamos, pero no es que en algún momento nos sentamos y le dije: ‘che, má, dame una clase’. No, más bien es algo así: una relación que está muy mezclada entre lo musical y la relación de madre e hija
¿SI TUVIERAS QUE DESCRIBIR A TU MAMÁ EN POCAS PALABRAS, NO SOLO COMO MADRE SINO TAMBIÉN COMO ARTISTA, COMO COMPAÑERA DE TRABAJO ¿QUÉ DIRÍAS DE ELLA?
Capaz elegiría una sola palabra: poderosa. Creo que ella no se da cuenta de toda la capacidad que tiene, del poder que tiene en su ser para transmitir. Creo que ella es una artista nata porque sabe expresar. Y no es que lo aprendió de algún libro o de alguna clase, simplemente creo que ella nació para esto porque tiene ese poder de llegar al otro y no solo como artista, sino como persona. Así que sí, la palabra es ‘poderosa’.
PRESENTE, FUTURO
El presente (y futuro) de Juli también se escribe con otra talentosa voz riojana, Mily Juárez, en Perfume de albahaca, un dúo que nace de la amistad y se afirma en la pasión y el amor por la riojanidad. Con frescura y autoexigencia, ambas encuentran en este proyecto un espacio de libertad y proyección, donde la tradición se mezcla con otras influencias para abrir caminos nuevos. Es así como Perfume de albahaca se constituye en símbolo de una generación que honra la herencia, pero que se atreve a sembrar su propio aroma en el aire del folklore. Pero incluso más allá de eso (que no es poco), la conjunción da cuenta a la perfección de que hay encuentros que parecen estar escritos de antemano, como si el destino se encargara de juntar voces que vibran en una misma frecuencia.
De allí que lo que comenzó casi como un juego tímido, alentado por la complicidad de las dos, se va transformando en una realidad concreta que no cesa en su búsqueda por llevar la chaya y el pulso riojano a cada escenario. Además, en esa unión, Juli encontró no solo el respaldo para animarse a cantar, sino también una compañera con la que comparte sueños, raíces y el deseo profundo de dejar huella, lo que hace de Perfume de albahaca no solo una propuesta musical, sino el testimonio vivo de jóvenes y talentosas mujeres que, con orgullo, ofrenda y disrute eligen defender la identidad de su tierra desde la frescura de sus voces y la fuerza de su tiempo.
QUIERO QUE HABLEMOS UN POCO, AHORA SÍ, DE PERFUME DE ALBAHACA, ESTE PROYECTO QUE ESTÁN LLEVANDO ADELANTE CON MILY JUÁREZ, ¿CÓMO NACIÓ ESTA POSIBILIDAD DE TRABAJAR JUNTAS? ¿QUÉ BUSCAN TRANSMITIR CON ESTA PROPUESTA?
Bueno, con Mily nos conocemos hace ya unos años, pero hace relativamente poco empezamos a ser amigas, amigas. No soy tímida en general, pero para cantar sí, no me animaba; estaba rodeada de cantores increíbles y por ahí eso quizás me inhibía un poco. Y ella siempre me alentó a cantar. Entonces le decía: ‘pero vos acompañame, no me dejes sola, cantemos las dos’. Así nos acompañábamos y creo que en alguna juntada fue que nos dijeron, ‘¿por qué no cantan juntas? Está lindo, suena lindo’. Empezamos a pensar y en enero de este año dijimos, ‘bueno, ya está, tenemos que hacer algo’. Justo estaba el Pre Cosquín, ya había sido el selectivo acá en La Rioja y ya se iban se iban a competir los chicos. En ese viaje iba una amiga nuestra, bailarina, y nosotras dijimos: ‘Bueno, vamos a alentarla, pero también vamos a ver si podemos tocar en algún lugar allá las dos’. Acá sacamos la mitad de una canción y allá en Cosquín la terminamos de sacar. Y al otro día que la habíamos sacado, tocamos en la Peña de la Salamanca, que la verdad es una peña muy importante en Cosquín. Fuimos como para preguntar, por las dudas, no creíamos que nos dijeran que podíamos cantar. Llegamos con Mily... ‘bueno, somos de La Rioja, queremos cantar’ y nos dijeron: ‘Sí, chicas’, y nos dieron 25 minutos y... ¡teníamos solo una canción como dúo! Nos miraron y dijimos: ‘¿Y ahora qué hacemos?’ Bueno, cantamos esa canción y obviamente cantamos otras canciones, de caraduras (risas), pero en el buen sentido. La verdad que las dos somos muy autoexigentes, queremos mejorar siempre y dar lo mejor siempre. Somos muy seguras también y sabemos que tenemos algo para dar, entonces creo que nos complementamos muy bien en ese sentido. Y también con esto del mensaje: las dos amamos La Rioja, amamos a nuestros viejos, como decimos nosotras con mucho cariño a Pancho (Cabral), al Tubo (Moya) y a toda la banda esa que la verdad que los adoramos y los admiramos un montón. Entonces las dos compartimos ese sentir, estamos orgullosas de nuestra tierra y queremos que la chaya y nuestra música se conozca mucho más. Tuvimos la oportunidad de ir al primer Encuentro de Bombos que se hizo en Cosquín, que la verdad fue hermoso, conocimos gente hermosa, pero no se tocó ni una chaya y nosotras decíamos, “Wow, eran puras chacareras y, por ahí, un gato, una zamba, pero chayas, nada”. Tenemos una tarea importante ahí.
¿DE QUÉ MANERA TU HISTORIA FAMILIAR Y TU RECORRIDO CON LA MÚSICA SE REFLEJAN EN PERFUME DE ALBAHACA? ¿QUÉ SE VE REFLEJADO DESDE TU LUGAR EN ESTE PROYECTO?
Bueno, está ese sentir. En lo musical tuve otras influencias también, cada una por su lado trae ciertas influencias musicales, que está bueno. Mi papá venía del palo del rock, entonces cuando era chica tuve esa influencia también, no solo folclórica, y creo que también le aporto eso al dúo, por ahí en cuestiones que tienen que ver más con la parte musical de algunos arreglitos, algunas propuestas que puedo hacer, y por supuesto Mily también desde su lugar. Ella hace coro, entonces por ahí hace aportes en los arreglos de las voces; nos complementamos.
EVIDENTEMENTE EL FOLKLORE ES EL CORAZÓN DEL PROYECTO, PERO ESTAS INFLUENCIAS QUE TAMBIÉN ME CONTÁS QUE VIENEN DE TU PAPÁ, ¿ABRE LA POSIBILIDAD A QUE SE ANIMEN A PROBAR CON OTROS SONIDOS?
La marca registrada del dúo es la riojanidad, pero creemos también que no nos tenemos que cerrar. Creemos que para crecer también esas otras influencias están buenas, son necesarias. No estamos cerradas; no tenemos pensado puntualmente decir ‘vamos por este lado, encaremos, metamos alguna canción diferente’, pero tampoco estamos cerradas a eso. Y tenemos ahora un desafío hermoso, nos vamos a presentar en el Pre-Cosquín, así que estamos trabajando en eso, trabajando mucho para poder llegar a ese día y dar lo mejor.
¿CUÁLES SON LOS SUEÑOS, TANTO A NIVEL PERSONAL COMO EN EL CASO DE PERFUME DE ALBAHACA? ¿CÓMO TE PROYECTÁS? ¿LO PENSÁS O SIMPLEMENTE VAS DANDO PASOS EN EL CAMINO?
Es algo que me pregunto mucho, lo pienso mucho. Con Mily sentimos que esto tiene una salida bastante grande, creemos realmente que tenemos mucho camino y que vamos a llegar lejos, por eso apostamos tanto al dúo. Y en mi caso, yo quiero seguir creciendo en este camino musical, pero también siento que está esa otra parte mía de indagar en cuanto a La Rioja, su historia y no solo la Rioja. Me gusta mucho leer sobre la historia, sobre las culturas, los pueblos. Y por otro lado, está la Educación Física, porque soy estudiante del Profesorado. Un pilar muy importante es la música en mi vida, y el otro pilar muy importante es el deporte. También de chica hice deporte y hoy en día sigo haciendo y estoy estudiando para ser profesora de Educación Física, que es el otro objetivo que tengo. Entonces, todavía estoy buscando la vuelta para ver cómo encaro esto, para intentar llegar y dejar algo, dejar una huella. Creo que eso es lo que me gustaría: dejar una huella desde lo musical y por supuesto, si puedo llegar en muchos más aspectos, mejor.
POR LO PRONTO, SE NOTA QUE ESTÁS DISFRUTANDO MUCHO DEL CAMINO...
Así es... bueno, eso creo que es una de las mejores cosas que nos dicen: ‘se nota que lo disfrutan’. Creo que de esa manera también hacemos que el otro disfrute, o sea, se contagia. Al fin y al cabo es para eso que lo hacemos, porque es algo que necesitamos, porque nos nace, porque es la forma que encontramos para expresarnos, y si esa forma ayuda a que el otro se sienta mejor, a que quizás aprenda algo a nivel cultural, la verdad que es el combo completo.
En Juli Gigena conviven la raíz y el horizonte: la fuerza de una herencia que la nutre y el impulso de una juventud que busca abrirse camino sin renunciar a su esencia. Hay en ella una manera de vivir la música que es, al mismo tiempo, memoria y futuro, un puente que une el bombo de sus ancestros con la frescura de una generación que se anima a soñar. Cada golpe de parche, cada verso compartido con su madre o con Mily Juárez, suena como una declaración de amor a La Rioja y a la cultura popular que la sostiene. Y en esa declaración se dibuja su deseo profundo: dejar huella, no desde la imposición, sino desde el gozo de compartir, de contagiar alegría y orgullo por lo propio. Quizás ahí radique la verdadera potencia de Juli: en la certeza de que cantar, tocar y crear no es solo un destino elegido, sino también una forma de agradecer, de abrazar y de devolver al mundo, con perfume de albahaca y harina de chaya, todo lo que esta bendita tierra le ofrendó.
SOBRE JULI GIGENA
Juli es una percusionista riojana, que actualmente está incursionando también en el canto con su dúo “Perfume de Albahaca” junto a Mily Juarez. Su camino artístico empezó desde niña, ya que, su madre es cantora y su padre músico y productor, por lo que siempre estuvo inmersa en el ambiente artístico, rodeada de músicos/as, cantores/as, poetas, bailarines/as, escritores y artistas plásticos, lo que generó un profundo amor y orgullo por su cultura, que la impulsó a nutrirse de conocimientos sobre su tierra, su historia y su gente.
A los 9 años empezó a tocar el bombo, escuchando, observando e imitando atentamente a los bombistas que la rodeaban, teniendo como principal referente a Tubo Moya. A los 12 años comenzó a tomar clases de batería con Andrés Cejas y más adelante continuó con Duilio Maldonado; además tomó clases de lenguaje musical con Fernando Álamo y se recibió de la secundaria con Bachiller en Arte.
Acompaña a Gloria De la Vega desde el año 2016 y con ella grabó junto a grandes artistas como León Gieco, Teresa Parodi, Victor Heredia, Pancho Cabral, Tubo Moya, entre otros; con ella también realizó 2 giras artísticas a México (2019 y 2022), actuó en el Teatro Astral (2019), en el Festival de la Chaya (desde 2016 hasta 2025) y en Cosquín (2025). Integró la Delegación de La Rioja en Cosquín en el año 2022, y además, acompañó a referentes como Peteco Carabajal, Bruno Arias, La Bruja Salguero (Festival de la Chaya 2025) y Micaela Chauque (Festival de Cafayate 2025).
Hoy no sólo sigue apostando a su crecimiento como percusionista, si no también como cantante. Con su dúo “Perfume de Albahaca”, tuvo la dicha de presentarse en peñas como “La Salamanca” y “Añoranza Santiagueña”, ambas en Cosquín, como también en diferentes escenarios de La Rioja, destacando la actuación en el Teatro Víctor María Cáceres, como invitadas de Maggie Cullen.