Opinión

Julio Verne

También es una especie de mago. Que hace volar sus sueños. Y estoy aludiendo a un singular escritor francés, que se adelantó a su tiempo y que falleció en 1905. Se llamó Julio Verne. Había nacido el 8 de febrero 1828.­
Verne estudió simultáneamente dos carreras: Letras y Derecho, y joven aun se doctoró en ambas. Pero jamás las ejerció y casi ni las mencionó. El solo quería ser escritor. A los 25 años publicaba en un periódico francés no muy importante, una tira diaria que había titulado “Cinco Semanas en Globo”.­
Y la suma de esas publicaciones del diario, se transformaron en un libro con ese título.­
Le llegó el éxito, el bienestar económico y el prestigio. Escribía a un promedio de una obra por año.­
A los 38 años, publicó “De la Tierra a la Luna” donde predecía con una lucidez excepcional y ¡100 años de antelación! la increíble aventura del hombre llegando a la luna.­
Pero además en ese libro y no es poco, profetizó que serían 3 los astronautas que llegarían primero a ese misterioso y desconocido lugar. Y todavía, calculó con exactitud la velocidad que desarrollaría el vehículo espacial.­
Salieron también de su pluma otros libros: “Veinte mil Leguas de Viaje en Submarino -¡cuando aun no existía el submarino!- “. Y también “La Vuelta al Mundo en 80 Días”.­
Hay además otro aspecto a destacar en su obra. Sus personajes son siempre nobles y siempre intrépidos, sin caer jamás en exageraciones. Había en ellos un fondo de humanidad y altruismo.­
Pero él no hacía a sus personajes totalmente perfectos. Porque comprendía que el hombre virtuoso, lo es, porque posee muchas virtudes, pero no todas las virtudes. Su estilo literario -que muchos adolescentes hemos disfrutado- era ameno y chispeante.­
Julio Verne no escapó a las feroces críticas de sus colegas escritores y tampoco al disenso de los científicos. Estos argumentaban que su imaginación era tan fantasiosa como poco creíble. Otros lo calumniaban por envidia, que es en definitiva una admiración disimulada. Y se llega a un episodio incomprensible aunque quizá relacionado con lo que acabo de expresar.­
Verne tenía 58 años y una noche estaba entrando a su casa, de regreso de una conferencia. Repentinamente, un hombre lo insultó groseramente sin motivo alguno. El escritor se sorprendió, naturalmente y sólo atinó a decirle:­
- “¡Usted está confundido!”­
El hombre, que era un escritor frustrado, sacó una pistola y un balazo dio en la rodilla del escritor, que cayó sobre la vereda. Renguearía toda su vida.­
Es que “cuando los lobos abundan, los corderos parecen desentonar”.­
Julio Verne siguió escribiendo, hasta pasados largamente los 70 años. Y llegó el 24 de marzo de 1905. Con 77 años ocupaba un puesto de consejero municipal en la ciudad de Amiens, a 300 Km de París.­
En un atardecer lluvioso le dijo a su ayudante: - “Hoy no te diré hasta mañana. Solamente adiós”. Jamás saludaba así. Y Julio Verne que pudo profetizar tantas cosas, quizás intuyó también su propia muerte.­
Esa misma noche moría serenamente, este visionario increíble que vio el futuro mucho antes que sus contemporáneos, gracias a su singular talento.­
Y este ser humano, que tanto ayudó al progreso de la humanidad, trae a mi mente este aforismo: “Muchos miran sin ver. Pocos ven, sin mirar”.­


Autor: José Narosky|
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