El IPC (dato de inflación) en Estados Unidos (EEUU) de febrero se situó en torno al 7,9% interanual, máximos no vistos desde enero de 1982 (8,26%). El dato coincide con la expectativa de los consultores privados que apuntaban a un 7,9% después del 7,5% en enero.
Respecto al IPC subyacente, que excluye los precios de la energía y alimentos frescos, en febrero repuntó hasta un 6,4% interanual frente al 6% en enero y al 5,9% que esperaban los economistas.
En la estadística mensual, el IPC escaló en febrero un 0,8% respecto a enero tras ser el aumento del 0,6% el mes previo. En lo relativo al subyacente, el repunte mensual ha sido del 0,5% frente al 0,6% registrado en enero.
Según datos oficiales, los aumentos de precios fueron motivados por mayores costos del gasoil, alimentos y vivienda. La inflación aún sigue presionando a la economía que ya se encontraba en una situación difícil tras la pandemia de coronavirus. El IPC sigue creciendo a tasas interanuales anormalmente altas como producto del fuerte estímulo monetario y fiscal que ha tenido lugar en EEUU tras la crisis del covid y las restricciones en la oferta global de ciertos inputs y materias primas. Así, la inflación se está viendo impulsada sobre todo por el auge de los precios energéticos, de la vivienda y de los alimentos. Ahora se espera que el IPC en EEUU toque techo en marzo, según las previsiones de Deutsche Bank.
Estos datos siguen poniendo presión sobre la Reserva Federal que celebrará una nueva reunión el 15 y el 16 de marzo. Economistas estiman que el aumento de tasas quedaría en 25 puntos básicos, pese a que la inflación parece no encontrar techo.
La inflación en Estados Unidos alcanzó 7,9%, un máximo en 40 años
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