Este sábado por la tarde, miles de personas se movilizaron en distintas ciudades del país para reclamar justicia por Morena Verri, Brenda Del Castillo y Lara Gutiérrez, las tres jóvenes asesinadas en una vivienda de Florencio Varela. La convocatoria principal tuvo lugar en Buenos Aires, con una multitud que marchó desde Plaza de Mayo hasta el Congreso Nacional, bajo la organización del colectivo feminista Ni Una Menos. La consigna también se replicó con fuerza en las provincias.
La Rioja: la plaza 25 de mayo como escenario de reclamo
En la capital riojana, la concentración comenzó a las 19 en la plaza 25 de Mayo, epicentro social y político de la ciudad. Allí, los cánticos y carteles de las manifestantes se mezclaron con la feria habitual de los fines de semana. Aunque no todos los presentes se sumaron a la marcha, muchos expresaron su apoyo con gestos y palabras de aliento, dejando en claro que la consigna “Ni una menos” atraviesa a toda la sociedad.
La protesta tuvo un momento de tensión cuando varios automovilistas intentaron atravesar la calle ocupada por el grupo. La respuesta fue inmediata y colectiva: “Vecino, vecina, no sea indiferente, nos matan a las pibas en la cara de la gente”. Ante la presión de las voces, los vehículos debieron desviarse.
Durante la jornada se escucharon consignas como “Justicia ya”, además de fuertes denuncias contra la violencia patriarcal y la falta de políticas efectivas para prevenir femicidios. El clima estuvo marcado por el dolor y la bronca, pero también por un profundo sentido de unidad.
Una jornada federal
La marcha en La Rioja fue parte de una movilización federal que se extendió a todas las provincias, mostrando que el reclamo por justicia trasciende las fronteras de Buenos Aires. En cada punto del país se repitió el mismo pedido: que el Estado actúe con urgencia frente a la violencia de género, garantice políticas de prevención y proteja la vida de mujeres y diversidades.
En la plaza riojana, el escenario estuvo cargado de simbolismo: entre feriantes, familias y jóvenes, resonó con fuerza un grito colectivo que no se calla: “Vivas, libres y sin miedo nos queremos”.