Desde Tel Aviv.- Anoche un primer contingente de 200 soldados norteamericanos, provenientes de Estados Unidos y de bases en Medio Oriente, comenzó a llegar a Israel bajo la coordinación del almirante Brad Cooper, jefe del Comando Central de Estados Unidos.
El objetivo central de este despliegue es montar un centro de control conjunto e integrar a militares egipcios, cataríes, turcos y posiblemente emiratíes, en una base establecida en Egipto, según revelaron fuentes de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). Esta operación, enmarcada en un acuerdo negociado directamente por Donald Trump, busca garantizar la liberación de rehenes y el repliegue parcial de las fuerzas israelíes de Gaza, con la intención de evitar una nueva escalada en el conflicto.
Las autoridades estadounidenses aclararon que no está previsto que sus tropas ingresen en la Franja; su función será coordinar y facilitar la supervisión del alto al fuego junto a la IDF y los demás actores implicados. Fuentes militares israelíes confirmaron que la fuerza internacional tendrá como base Egipto, desde donde se gestionarán las operaciones de supervisión y enlace con las autoridades israelíes y referentes palestinos.
La llegada de estas tropas norteamericanas suma un granito de alivio en los familiares de los rehenes israelíes que contienen la respiración desde hace dos años, y por fin ven cerca la posibilidad de reencontrarse con los suyos. Para las familias de los secuestrados, sólo Trump puede traerlos de vuelta.
Itzik Horn, padre de uno de los rehenes argentinos, Eitan, expresó: “El éxito tiene un solo padre, un solo padre que se llama Donald Trump. Y eso es lo que me da a mí y a todos nosotros cierta tranquilidad”.
Esta percepción se repite entre otros familiares, como Raz Ben Ami, sobreviviente de Hamas, que relató a Infobae que, durante su reunión con Trump en Washington, ella y otros familiares le pidieron al norteamericano que lograra un acuerdo sin prolongar el uso de la fuerza: “Queremos que vuelvan todos los secuestrados, vivos o muertos”. Para estas familias, la intervención directa del presidente estadounidense resultó determinante para destrabar las negociaciones y avanzar hacia la liberación de los cautivos.