Sociedad

Nueva hormona semanal promete cambiar el tratamiento del déficit de crecimiento en Argentina

Durante décadas, el estándar de tratamiento consistió en inyecciones diarias que, aunque seguras y eficaces, imponen una carga significativa para los pacientes y sus familias. La nueva opción semanal reduce la cantidad de aplicaciones de 365 a 52 al año, lo que genera una diferencia tangible en la calidad de vida.
El Dr. Ignacio Bergadá, endocrinólogo pediatra y vicedirector del CEDIE del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, señaló que “pasar de una aplicación diaria a una semanal significa mucho más que comodidad, es una estrategia concreta para favorecer la adherencia”. Según explicó, perder una dosis semanal equivale a 52 días de tratamiento en un año, lo que a lo largo de siete años representa la pérdida de un año completo de terapia.
El impacto de la adherencia también fue destacado por asociaciones de pacientes. Inés Castellano, presidenta de la organización Creciendo, afirmó que “los olvidos, cierta reticencia y frustración pueden atentar contra el cumplimiento del tratamiento, y es importante que nada interfiera durante el tiempo que este se lleve adelante”. La posibilidad de espaciar las aplicaciones se presenta como una herramienta para reducir esas dificultades.
La evidencia científica acompaña la aprobación. El estudio REAL46 mostró que la velocidad de crecimiento anual en niños tratados con Somapacitán una vez por semana (11,2 cm/año) fue comparable a la observada con las inyecciones diarias (11,7 cm/año), manteniendo un perfil de seguridad similar. La diferencia radica en la disminución de la carga del tratamiento y el impacto en la vida cotidiana.
Más allá de la disponibilidad de terapias, el diagnóstico temprano sigue siendo un factor determinante. El Dr. Bergadá remarcó que “mientras más temprano se diagnostica y comienza el tratamiento, más posibilidades hay de que el niño o niña alcance una estatura final dentro de su rango genético”. Por eso, pediatras, docentes y familias cumplen un rol esencial al detectar señales de alerta.
Entre esas señales se incluyen un crecimiento más lento que el de los pares, la falta de cambios en el talle de ropa, la superación en altura por parte de un hermano menor o la confusión frecuente con niños de menor edad. En muchas ocasiones, son los controles de salud periódicos los que permiten identificar el desvío a tiempo.
El crecimiento en talla no se limita a sumar centímetros. Especialistas y referentes subrayan que impacta en la autoestima, el bienestar y la calidad de vida, permitiendo una mejor integración en ámbitos sociales y laborales. Además, recalcan que la baja estatura suele exponer a los niños a estigmatización y a un entorno físico poco adaptado a sus necesidades.
Con esta aprobación, Argentina se suma a otros países que ya disponen de hormonas de acción prolongada como alternativa a las diarias. El objetivo es sostener los tratamientos de manera efectiva, garantizar un mejor cumplimiento y asegurar que los niños con déficit hormonal tengan mayores oportunidades de alcanzar su potencial.

DEFICIT DE CRECIMIENTO ANMAT TRATAMIENTO SEMANAL

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