Cuando se trata de algo tan inusual y tierno, es normal que se hable de eso durante... más de un año. Ese fue el caso de Fatiga, un perro que fue adoptado por un jardín de infantes y que lo nombraron como uno de los abandonados de la institución.
Las fotos del hecho fueron difundidas por una de las maestras jardineras, pero quien se encargó de soltarlas por Twitter, la red social de la viralización por excelencia, fue el hijo de otra de las maestras del lugar.
El tweet fue tendencia al momento, consiguiendo muchos 'likes' y retweets. Tal fue la repercusión que otros usuarios levantaron el hecho un año después y... ¡volvió a ser viral! ¡A un año!
Sin embargo, el nuevo tweet de Fatiga abanderado sirvió para que lo viera más gente que tuvo experiencias similares con perritos adoptados por insituciones escolares.